Consejos de Oro Para una Vida con Sabiduría. No. 2


“La sabiduría y el conocimiento llenarán tu vida de alegría.” Proverbios 2:10 TLA

Lograr la plenitud es uno de los mayores anhelos de todas las personas. Actualmente, se ha confundido la felicidad con posesiones y riquezas, plenitud con fama y seguidores. Todo pasa por las pertenencias material y no en la estima que tenemos como personas.

Es así, que la vida está llena de decisiones. Pequeñas y grandes. Fáciles y difíciles. Comunes y extraordinarias. En ocasiones hay sólo dos opciones, en otras hay muchas más. Esas decisiones forjarán el futuro y diseñarán nuestro porvenir. Es por eso que las decisiones correctas deben ser tomadas de la siguiente manera:

a) Con prudencia:
La prudencia no es miedo ni temor. La prudencia es la capacidad de reflexionar sobre el impacto de una decisión sobre nuestra vida, viendo todas las posibilidades y viendo el panorama completo. Tampoco esto debe confundirse con “parálisis por el análisis” sino más bien cimentar las bases de una buena decisión. El rey Salomón dijo lo siguiente: Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará.” La prudencia me ayuda a escoger el mejor terreno para la construcción.

b) Con responsabilidad:
Toda decisión tiene un efecto sobre la vida de los demás, por lo que no se debe pensar que podemos pasar encima de los demás para nuestros logros. Que se puede utilizar a otros para conseguir beneficios. El divorcio afecta a los hijos. La sexualidad irresponsable para por encima de sentimientos. La mentira destruye. La infidelidad separa el corazón de un(a) esposo(a). La sabiduría nos ayuda a entender a los demás.


c) Con madurez:
Hay un película de Adam Sandler “Click”, la cual puede controlar el tiempo a través de un control remoto. Todos desearíamos uno, así cuando tomemos una mala decisión poder regresar el tiempo y arreglar la situación, pero no se puede. Por lo cual, si nos regimos con sabiduría, si hay un error, se puede enmendar dicha situación y así seguir adelante.


Al unir estos tres principios, nuestra vida alcanzará la plenitud necesaria y disfrutaremos del presente, sin quejarnos del pasado porque el futuro será conforme al propósito de Dios para nuestra vida.

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