“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas...” Eclesiastés 9:10
En Inglaterra hay un monumento dedicado al deporte del rugby en honor a un joven cuyo entusiasmo sacó lo mejor de él. La estatua representa a un joven agachándose para recoger el balón. En la base está una inscripción que dice lo siguiente: “Con una fina indiferencia hacia las reglas, tomó el balón y se echó a correr.” Esta estatua cuenta la historia de un encuentro de rugby entre dos escuelas británicas. Las escuelas eran los dos rivales más populares, de manera que la intensidad del juego nunca decepcionaba a los espectadores.
Durante los últimos minutos del partido un joven salió al campo por primera vez en su vida. En cuanto el entrenador gritó su nombre, el joven saltó de la banca para entrar al partido que precisamente en ese momento estaba empatado.
Desafortunadamente, el joven estaba armado con más entusiasmo y espíritu escolar que experiencia. Así que olvidándose de las reglas del juego, tomó la pelota y comenzó el esprint de su vida hacia la meta. Tomar la pelota con las manos en está etapa del partido era contra el reglamento pero al perecer al chico ni siquiera le pasó por la mente las reglas del juego. Los árbitros y los otros jugadores se quedaron congelados al ver lo que este chico estaba haciendo. No sabían cómo responder ya que tomar la pelota con las manos y correr de esa forma no tenía sentido para un juego de rugby. Algunos chicos se reían de él…otros señalaron y gritaron algo sobre el reglamento. Unos comenzaron a corretearlo a través del campo, pero los espectadores estaban encantados. El joven ni siquiera había corrido 10 yardas cuando la multitud se puso de pie. Y mientras el equipo contrario lo comenzaba a corretear para alcanzarlo, las personas en las gradas comenzaron a gritarle al joven para que corriera aún más rápido. De inmediato las reglas del juego fueron irrelevantes y llegó a ser una carrera hacia la meta.
Al cruzar la meta, el joven alzó sus brazos en señal de victoria. Para este entonces la multitud estaba tan conmovida por el espíritu escolar del chico que los fanáticos de ambos equipos le dieron una ovación inolvidable.
La inscripción de la estatua dice: “Con una fina indeferencia hacia las reglas, tomó el balón y se echó a correr.” El entusiasmo de ese joven borró cualquier otra memoria aquel día. Fue en ese día que nació un nuevo deporte: El Fútbol Americano. El Fútbol Americano no fue la idea de los árbitros de la N.F.L. (National Football League, por sus siglas en inglés) en una mesa directiva para formular un nuevo deporte. El Fútbol Americano no nació porque los presidentes de algunos colegios se sentaron a platicar sobre cómo podían aumentar el espíritu escolar. El Fútbol Americano nació debido al entusiástico error de un joven.
Salomón, el hombre más sabio que jamás vivió, lo dijo de esta forma: “Cualquier cosa que hagas, hazlo con todas tus fuerzas.” El experto en negocios, Tom Peters, afirma que “el entusiasmo es la comodidad más recompensada en el mercado.”
Si algún día llegaste en soñar ser alguien grande en la vida. Hoy es el día perfecto para que pongas manos a la obra. Persigue ese sueño hasta materializarlo. No permitas que las opiniones o críticas de otros te roben ese sueño. Si lo intentas y fallas, vuélvelo a intentar y si vuelves a fallar, inténtalo de nuevo. El fracaso no existe salvo que te des por vencido. Si dejas de intentar entonces has fracasado.
Se ha dicho que los sueños son metas con fecha de vencimiento. ¿Cuándo se te vencen los tuyos? Recuerda: Cualquier cosa que hagas, hazlo con todas sus fuerzas.
Tomado de reflexiones de Jorge Cota
2 Comentarios
excelente!!!
ResponderEliminarok.
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