10 Compromisos de Hombres: Cumplir el Propósito de Dios. (No. 8) ¡Interesante!




El compromiso de Cumplir con el propósito de Dios.
“El SEÑOR llevará a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh SEÑOR, permanece para siempre. No me abandones, porque tú me creaste.” Salmos 138:8 NTV

Aunque no lo parezca, Dios tiene un plan, un proyecto, un propósito para nuestra vida. Tal como un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto.

Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: "Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar". 

El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua... ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca... o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no sé cuánto tiempo atrás? 

Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia... Agua fresca, cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase: "Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente". 

Como la botella, nosotros podemos tener un propósito instantáneo de tener éxito en la vida, satisfacer las necesidades o mejor dicho, cumplir los deseos de nuestro ego, lograr labrarnos un nombre en el mundo de los negocios, riquezas, entre otras. Una posibilidad. Respetable, pero descuidando el deseo original del Creador. Tal como la historia, Nuestro propósito es vaciar nuestro contenido completamente para cumplir la misión original implantada por Él en nuestros corazones. Nuestros dones, talentos, habilidades, carácter, personalidad, temperamento, conocimientos y actitudes son las herramientas que Dios pretende utilizar – no a medias, ni en partes- para desarrollar sus planes. Muchas veces Sus planes riñen con los nuestros. No se encajan a nuestros estándares. A Nuestras necesidades. A lo que evaluamos como éxito. Peleamos porque nuestro nombre aparezca en los titulares o en los créditos finales. Sin embargo, Dios tiene planes diferentes.

Muchas veces se nos olvida que somos simples instrumentos y queremos ser los directores de la orquesta. Somos los que emitimos los sonidos, pero nada sucede por nosotros mismos. No debemos perder la perspectiva, somos llamados a cumplir con algo grande para nuestro Señor. Como el niño con su almuerzo, que no sabía que Jesús usó lo que tenía para alimentar a más de  cinco mil personas. Como el dueño del asno, que nunca supo que un animal de su propiedad serviría para dar cumplimiento a una profecía. Como cada hermano que dio su apoyo para que Pablo pudiera descansar en cada viaje. Dueños de poco, que marcaron la diferencia porque lograron entender que nada les pertenece.

Dios quiere usarnos. Para Él, no hay cosas pequeñas o grandes. Todo es grande. Cuidar nuestra familia. Ser obrero en una maquila, ser un gran ejecutivo, ser misionero, maestro de escuela Bíblica. No hay diferencias para Él.

Si hemos perdido el rumbo, es necesario evaluar nuestra perspectiva, he aquí unos consejos para valorar y regresar a cumplir lo que Dios quiere hacer en nuestra vida.

1.    Regresar al camino
“Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre. Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él. Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo, y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.” Entonces regresó a la casa de su padre...” Sn. Lucas 15:17-20 TLA
 
Como hombres hemos perdido el rumbo de nuestra vida y nos hemos dedicado a cumplir deseos, pero lo mejor que podemos hacer es comprender que nos hemos equivocado, pero que estamos dispuestos a transformar nuestra vida. Nuestro error puede parecer imperdonable, como un divorcio, maltrato físico, verbal o emocional, o darle importancia a cosas vanas, pero todo puede regresar a su origen.

Es la primera decisión y la más importante, pedir perdón, arrepentirse y si es posible enmendar el error, esto hará que nuestro propósito sea retomado y sin lugar a dudas nos llevará a un nuevo nivel de vida, cerca de Dios y de aquellas personas que amamos.

2.    Enfocarnos nuevamente con el llamado
“Vuelve a lo que escuchaste y creíste al principio, y retenlo con firmeza. Arrepiéntete y regresa a mí. Si no despiertas, vendré a ti de repente, cuando menos lo esperes, como lo hace un ladrón.” Apocalipsis 3:3 NTV

Pablo nos recuerda: “Pues lo que Dios da, no lo quita, ni retira tampoco su llamamiento.” Romanos 11:29 DHH. Debemos retomar el camino y evaluar a dónde nos quedamos y avanzar. Quitarse el pensamiento fatalista que Dios te ha olvidado y regresar con fuerzas para continuar dando lo mejor para Él, entregando nuestras fuerzas, mente, corazón y alma. Deja a un lado aquello que destruye e inicia a edificar o reconstruye tu altar para que la presencia de Dios sea la única que alumbre tu camino y te de las fuerzas para seguir en ruta a tu llamado.

3.    Recuperar la pasión
“Sin embargo, si digo que nunca mencionaré al SEÑOR o que nunca más hablaré en su nombre, su palabra arde en mi corazón como fuego. ¡Es como fuego en mis huesos! ¡Estoy agotado tratando de contenerla! ¡No puedo hacerlo!” Jeremías 20:9 NTV

Sin pasión, todo propósito está llamado a ser dejado a medias. Que tu corazón arda nuevamente por la determinación de ser un canal de bendición y trabajar diariamente por satisfacer las necesidades que Dios tiene  para continuar su obra en nuestra comunidad, iglesia, trabajo o cualquier lugar donde logremos impactar. Habrá dificultades, pero debemos seguir firmes. Probablemente en nuestro servicio o ministerio la gente no querrá escuchar, tal como a Ezequiel. Quizás habrá demasiada crítica y adversidad, como en el caso de Jeremías; sin embrago, es necesario determinar en nuestros corazones que cumplimos con la misión de Dios y sin lugar a duda se cumplirá esta palabra: “pero ellos deseaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos, pues les tiene preparada una ciudad.” Hebreos 11:16 DHH

4.    Ordenar nuestras prioridades
“Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesite” Sn. Mateo 6:33 NTV

Nuestro Señor Jesús dijo: “Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón.” Es decir, que actuaremos según el orden de importancia que tengamos de las cosas. Si vives para ti, tus prioridades serán buscar complacerte en todas las áreas que crees que te harás feliz. Si tu prioridad es el reino de Dios, trabajarás para que más gente conozca de Jesús y que Su luz alumbre sobre más vidas y corazones. Esta es una decisión personal, es la parte más dura de la jornada porque se debe cumplir con las cláusulas de selección de los discípulos de Cristo: “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” Sn. Lucas 9:23 RVR1960

5.    Mejorar nuestra disciplina
“Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad.”  2ª Timoteo 2:15 NTV

Habrá ofertas tentadoras para renunciar a cumplir con el propósito de Dios. Probablemente será un enfrentamiento con las 3 f´s: la fama, la fortuna y las faldas. Cada vez podrá ser más difícil decir que no a una de ellas o a las tres en conjunto, sin embargo, si dejamos que el Espíritu Santo actúe en nuestras vidas, siempre cada tentación obtendrá un tajante, NO. Tal como las palabras de José ante la tentación: “Nadie aquí tiene más autoridad que yo. Él no me ha negado nada, con excepción de usted, porque es su esposa. ¿Cómo podría yo cometer semejante maldad? Sería un gran pecado contra Dios.” Génesis 39:9 NTV
6.    Esforzarse continuamente
“Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer. De lo contrario, temo que, después de predicarles a otros, yo mismo quede descalificado.” 2ª Corintios 9:27 NTV

Un cristiano no puede vivir sin disciplina. Pablo describe las armas del discípulo de Cristo que te hará enfrentar la batalla de cumplir con el propósito de Dios con éxito:
“Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes.
Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios.
Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados.
Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo.
Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios.
Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.” Efesios 6:13-18 NTV

Será una batalla agotadora y extenuante, pero que tendrá sus recompensas, cada día, tal como Jesús detalla en la parábola de los talentos:  Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Sn. Mateo 25:21 RVR1960

7.    Continuar paso a paso
“Presta suma atención a estos asuntos. Entrégate de lleno a tus tareas, para que todos vean cuánto has progresado.” 1ª Timoteo 4:15 NTV

Nehemías afrontó el plan de Dios para su vida, tuvo que renunciar a su vida, su trabajo, el rechazo del mismo pueblo, el desánimo, las críticas, la oposición, la falta de recursos, pero eso jamás lo desenfocó de su misión. Cada paso era determinado, seguro y con fe, pues sabía que Dios quería cumplir un propósito. Jamás dejó que el avance lo cegara. Espero, trabajo y triunfó. Eso fue la clave para terminar el trabajo delegado por Dios.

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1 Comentarios

  1. Muy exelente estudio que nos guia a conocer mejor a Dios.

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