“Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y
misericordias;
El
que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila.”
Salmos
103:1-5 RVR
Ser hijo de Dios es algo especial,
su amor eterno, su salvación, su misericordia y otras tantas virtudes que son
gratuitas para nosotros.
Como seres humanos las olvidamos,
pero nadie mejor que David para hacernos un recuento de esos beneficios, a
través de uno de los salmos más admirables por su sencillez, pero que enmarca
una realidad majestuosa. El Ser Humano recibe muchos favores de Dios, sin
merecerlo, por su Gracia perfecta y suficiente; por lo cual, no queda más que
alabarlo.
Nos recuerda, por lo menos de 6
cosas que son de gran importancia y que
sólo recibimos cuando lo aceptamos como único y verdadero Dios.
a)
Nos
da su perdón:
“Él es quien perdona todas tus iniquidades…”
Salmos 103:3 a
Nuestra vida tiene mal olor, tiene
fecha de caducidad por el pecado. Hemos sido esclavizados por el odio y las
rencillas. El pecado edificó un muro infranqueable entre nosotros y la santidad
de Dios. Nos redujo a sobrevivir y llevar cargas demasiado pesada como: la culpa,
la amargura, la tristeza, la infelicidad, el rechazo y la falta de amor. Nos
tocaba nada más herir a otros, porque quién no ha sido perdonado, no entiende
la dimensión del perdón. La vergüenza nos hacía huir de Dios y cada paso que
dábamos era hacia el lado contrario del
Señor.
Pero,
Él nos liberó de la deuda del pecado: la muerte física y, la más importante la
espiritual: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais
muertos en vuestros delitos y pecados,” Efesios 2:1.
Y lo
mejor: Todo es absolutamente G-R-AT-I-S, sin límites, condiciones y
restricciones. Cambio nuestros pasos y nos condujo a su perdón que no cambia a
pesar de las circunstancias. “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por
amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.” Isaías 43:25
Además, este beneficio se puede
usar siempre, ya que si volvemos a
fallar nos da una oportunidad de acercarnos confiadamente a Él para ser libres.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y
justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1ª. Juan 1:9
No importa si parece lo más malo,
no le importa lo que has hecho, le interesa lo que Él hará por ti. No le des más vuelta. Lo
necesitas.
b)
Nos
da Salud física y espiritual:
“El
que sana todas tus dolencias…” salmos 103:3 b
Tenemos muchas limitaciones, un
cuerpo que se cansa, palidece y se enferma. Necesitamos ser sanos y uno de los
beneficios que Dios nos brinda es la Salud. Salud Espiritual. Nuestro corazón
ha sido herido. Un gesto negativo, no daña el cuerpo, no deja rasguños en el
rostro, pero si en el corazón. Hemos sido marcados por palabras, más que por
hechos. ¡No lo lograrás!, ¡Eres un inútil!, ¡Eres un hijo no deseado!, ¿No
puedes hacer nada bien? Algunos las oímos, las sentimos y quién más las sufrió
fue nuestro corazón. Se incrustaron, se posesionaron en la mente y nos dejaron
mutilados y paralíticos. Sueños rotos y
corazones heridos. Dios se encarga de sanar, cambiar y hacer nuevas
todas las cosas. Arranca toda raíz de amargura, sana nuestra estima y purifica
nuestra mente. Nos llena de fe, cubre
nuestra vida con la coraza de justicia y el yelmo de la salvación. (Efesios 6:13-14). Revitaliza el corazón
golpeado y herido por el pecado. Somos sus hijos. Hijos del Rey de reyes y
Señor de señores. Él habló y por su palabra fueron hechas galaxias,
estrellas, constelaciones. Quién dijo y fueron creadas más de miles de especies
de animales y plantas. Él tiene cuidado de ti, ¡No lo crees! Él tiene cuidado
de ti, no quiere verte embarrado en el pasado. Quiere dar sanidad a tu corazón
para que nuevamente puedas sentir, puedas amar y recordar que eres el Sello de
su creación.
También nos brinda salud física. Isaías
53 nos dice que por las llagas que Él tuvo en la Cruz hemos sido curados. Su
dolor alivia el nuestro. Su afrenta nos cura. Nos toca llevar esa enfermedad a
la cruz y dejarla allí.
“Ciertamente
llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido
de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:4-5
Y no se queda nada más con eso. Él nos da una
promesa fiel y que se cumple hasta el día de hoy:
“y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo
recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos
sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a
ti; porque yo soy Jehová tu sanador.” Éxodo 15:26.”
5 Comentarios
Buenos días. Me gustó mucho esta explicación de los beneficios de ser hijo de Dios.
ResponderEliminarMe gustaría recibir información similar.
Gracias.
Bendiciones.
y la 2da parte
ResponderEliminarMuy buen tema me gustaría ver el tema completo bendiciones
ResponderEliminarExcelente me gustaría conocer la otra parte
ResponderEliminarGracias por su excente explicacion
ResponderEliminarManda tus comentarios del blog, puedes escribir tus testimonios, o historias que desees.