“Porque no tenemos lucha contra sangre
y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” Efesios
6:12-13
Los
cristianos hemos sido llamados a pelear. Arrebatar las almas de los que se
están perdiendo. Vencer la tentación. Vestirse de la Armadura de Dios. Vencer
al mundo. Enfrentar al enemigo. Pero, se nos han olvidado estas premisas y nos
hemos enfoca en lo material. Es por eso que en esta pequeña reflexión se
recuerdan 7 responsabilidades que tenemos como soldados de Jesucristo:
1.
Defender
nuestra patria.
“Pero ustedes son
una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un
pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras
maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en
su luz maravillosa.” 1ª Pedro 2:9
No somos ciudadanos del
mundo. El lugar de origen de nuestro pasaporte ha cambiado al momento de
recibir a Cristo como Señor y Salvador de nuestra vida. Es por eso que debemos
poner el nombre de Dios en alto y luchar para ser Luz en medio de las tinieblas
y que rindamos nuestra vida y corazón a la causa del Señor.
2. Mantenernos alertas.
“Estén siempre
atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo, el diablo, anda buscando a
quien destruir. ¡Hasta parece un león hambriento!” 1ª Pedro 5:8 TLA
El día tiene 24 horas y no
podemos bajar la guardia en ningún momento. Las tentaciones vendrán a
bombardear nuestra vida y las seducciones de entregarnos al placer y al deseo
nos retarán.
Como Goliat a al ejército
de Israel, el diablo nos provocará todos los días a toda hora, hasta que nos
vea en el suelo derrotados, pero como buenos guerreros, cada herida servirá para
estimularnos y saber que la victoria fue dada por Cristo en la cruz y nuestro
enemigo está derrotado. Por lo cual, estar pendientes, trabajar en nuestras
debilidades para mejorarlas, fortalecernos en Cristo serán importantes para no
perder las batallas diarias.
3. Nunca rendirse.
"Tú,
pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo." 2a. Timoteo 2:3
RVR 1960
No debemos dejar de
luchar. Debemos borrar la palabra rendición de nuestro vocabulario y estar
siempre en la línea de batalla, presentándonos ante nuestro Comandante y Jefe
(Jesús) preparados para una nueva lucha. En ocasiones, perderemos cosas
valiosas o no recibiremos la respuesta que queremos, pero que eso jamás detenga
nuestro caminar diario con Cristo y sobre todo, jamás nos separe de su amor.
3 Comentarios
Gracias está muy bueno
ResponderEliminarMuy lindo...la segunda parte?? Falta
ResponderEliminarMuy bueno
ResponderEliminarManda tus comentarios del blog, puedes escribir tus testimonios, o historias que desees.