Ser hijo de Dios es algo
especial, su amor eterno,. Su salvación, su misericordia y otras tantas
virtudes que son gratuitas para nosotros.
Como seres humanos las
olvidamos, pero nadie mejor que David para hacernos un recuento de esos
beneficios, a través de uno de los salmos más profundos… el Salmo 103.
"Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;
El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila." Salmos 103:1-5.
Los seis beneficios que se encuentran en los primeros 5 versículos de este texto son:
a) Su perdón (La libertad de la carga del pecado)
b) La Salud Espiritual y Física (Nos sanó la estima y nuestro cuerpo)
c) La redención (Nos volvió a adquirir)
d) Nos da lo mejor.
e) Nos fortalece.
Muchos son los beneficios de ser un Hijo de Dios: Su perdón,
su gracia, la salvación, lo que nos da.
-En momento de debilidad, recuerda quién está contigo.
- En
momentos que no te sientas amado, recuerda que te ama con todo su amor.
- En la
dificultad, si confías en Él te fortalece.
-Nuca hará nada para dañarte, siempre da lo mejor.
-Te invita a que compartas con otros, estos beneficios.
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