2 En lugares de delicados pastos me
hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de
muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la
misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.” Salmos 23:1-6
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.” Salmos 23:1-6
¿Quién está guiando tu vida?
“El portero le abre la puerta, y el
pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las
saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina
delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.” Sn. Juan
10:3-4.
El ser humano
siempre busca alguien a quien seguir para que le dé respuestas a sus dudas e
insatisfacciones, en ese sentido, se juntan muchas voces para decirnos lo que
debemos hacer, muchas veces es la autosuficiencia,
la que nos dice hacia dónde ir, como comportarnos y que debemos de hacer, nuestro
ego nos lleva a tomar decisiones para sentirnos bien, pero en muchas ocasiones
nos lleva al destino incorrecto. “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No
hay quien haga el bien.” Salmos 14:1.
La presión del grupo es otra voz que
escuchamos y nos lleva a distanciarnos de lo que Dios ha preparado para nuestra
vida y nos empieza a moldear según los criterios del mundo y de la sociedad:
que si tengo aquello, soy más popular, que si tengo dinero, fama u otras cosas
materiales, podremos ser felices, pero lamentablemente no es así y quedamos
otra vez, vacíos y sin entender nuestro propósito, “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis
que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera
ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” Santiago 4:4.
Y en
otras ocasiones, es Satanás el que
desvía nuestra atención al prometernos que a través de placeres y deleites, de confiar en nuestras
fuerzas, de dudar de la existencia de Dios, de que sólo existe una vida y que
todo se acaba aquí, por lo cual debes de sacra máximo provecho a que tu cuerpo
disfrute del sexo libre, de la violencia, de la destrucción; al final de eso,
sólo queda más tristeza y depresión. “El ladrón no viene sino para hurtar y matar
y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.” Sn. Juan 10:10
Entonces, que
queda, la única voz que te acompaña siempre, aquella voz que te anima, que te
manda mensajes de amor y de confianza, que te pide depender de Él y luchar por
tener una vida diferente, enfrentándote a la vida con una actitud positiva y
buscando un propósito y una razón para vivir. No te olvides que Dios te llama y
quiere darte vida en un mundo lleno de muerte y dolor; esperanza, en un mundo
deprimente. No dudes en oír la voz del Señor, el siempre te llenará de paz y no
dañará tu corazón. “pues tu Dios está contigo y con su poder
te salvará. Aunque no necesita de palabras para demostrarte que te ama, con cantos de
alegría te expresará la felicidad que le haces sentir,”
Sofonías 3:17.
¿Qué harás?,
¿qué voz estás escuchando?, ¿qué decisión tomarás?, Dios siempre te dejará
escoger, sabiendo que te ofrece lo mejor.
“A
los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he
puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues,
la vida, para que vivas tú y tu descendencia;” Deuteronomio 30:19
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