Una Palabra de Dios para tu Corazón: Lo que el Espíritu Santo produce en nuestras vidas. Parte No. 2 (Paz y Paciencia)


En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23


a)      Paz.

“Les doy la paz, mi propia paz, que no es como la paz que se desea en este mundo. No se preocupen ni tengan miedo por lo que pronto va a pasar.” San Juan 14:27


La paz, no es un verbo, pero nos lleva a una acción. Nos provoca realizar una limpieza interior para eliminar de nuestro corazón pensamientos o sentimientos negativos. Además, en la vida cristiana, la paz no es ausencia de dificultades y problemas, sino más bien, es entereza, valor y esperanza que se atravesará por momentos nada gratos, pero que hay una salida, que hay un brazo fuerte donde se logra fuerza y autoridad. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Sn. Juan 16:33.

Dios nos llama a estar en paz con él, a través de una vida de integridad, si le hemos fallado siempre nos llama al perdón, y volvemos a estar en paz.  “Vengan ya, vamos a discutir en serio, a ver si nos ponemos de acuerdo. Si ustedes me obedecen, yo los perdonaré. Sus pecados los han manchado como con tinta roja; pero yo los limpiaré. ¡Los dejaré blancos como la nieve!” Isaías 1:18.


b)      Paciencia.

Es de sabios tener paciencia, y es más honroso perdonar la ofensa.” Proverbios 19:11

La paciencia es la capacidad que se tiene para afrontar una situación sin perder la calma. Se puede definir como tranquilidad o entereza. Aunque parezca extraño, y está es una definición propia, la palabra Paciencia puede derivarse de PAZ – Esperar CIENCIA- Sabiduría, es decir, esperar con sabiduría.

Cuando hablamos de la paciencia, siempre se detalla la respuesta a nuestra oración y siempre se llega a una conclusión clara: Dios responde a nuestra oración en el tiempo indicado, siempre llega a tiempo aunque no lo parezca. En ocasiones, las respuestas de Dios son un claro pero amoroso: N-O, pero que nos ayudará a saber que Él tiene bajo control todas las cosas.

Otra de las situaciones que el Espíritu Santo moldea en nuestras vidas es la paciencia para convivir con los demás. Nos ayuda a comprender a nuestro hermano, a no criticarlo por sus caídas sino  ayudarle a restaurarlo, para que siga su crecimiento espiritual.

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