- Recordar
las actuaciones Dios ha tenido en Nuestra Vida.
“Y
al ver que tenían miedo, me puse de pie y dije a los nobles, a los gobernantes
y al resto del pueblo: «No les tengan miedo. Recuerden que el Señor es grande y terrible, y luchen por sus
compatriotas, por sus hijos e hijas, mujeres y hogares.»” Nehemías 4:14
El
desánimo es parecido al cáncer porque se multiplica rápidamente, hasta destruir
completamente la obra iniciada. Pero hay algo importante que no se debe
olvidar: Dios nos ha dado muchas victorias anteriormente, ayudándonos en
situaciones límites, que para el ojo humano eran imposibles.
En el horizonte de Nehemías sólo
había dos imágenes: Dios y su obra. Desde el inició entendió que iba luchar
contra Sambalat, Tobías, Gesem y sus aliados que no pararían de amedrentarlos
hasta que la obra se detuviera. Pero los enemigos no sabían que este hombre
sabía a quién acudir: Dios. Nehemías 2:20 nos permite observar una declaración
poderosa que debe perdurar en nuestra mente y corazón: “Pero yo les contesté:
—El Dios del cielo nos
dará el éxito. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción, y
ustedes no tienen parte, ni derecho, ni memoria en Jerusalén.”
Cuando
el desaliento toque la puerta de tu vida, trate de amenazar tus proyectos,
cuando venga un ejército de pensamientos, personas y problemas, nunca olvides
que Dios está interesado en ti y en todas tus cosas. Aunque no lo parezca Dios
es personal, te conoce y está pendiente de tus situaciones por mínimas que
parezcan, por lo cual, enfrenta cada batalla recordando las siguientes
situaciones:
1. Dios lucha en nuestro lugar.
“y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores
de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os
amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.” 2ª Crónicas 20:15
RVR 1960.
2.
Dios siempre dará una respuesta.
Sea un sí o un
no. Esa respuesta nos llenará de paz y confianza. “¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar
preocupado?
Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi
Dios y Salvador!” Salmos 42:11
3. Recuerda su obra en ti y confía plenamente que Él tiene el control de
todas las cosas:
Después de una batalla no te
olvides de reconocer lo que Dios ha hecho por ti, a través de una transformación en tu vida.
Deja una señal que perdure para que tus retoños puedan ver que Dios está con
ellos como estuvo con sus padres.
“y les dijo: «Entren hasta el centro del Jordán, delante del arca del
Señor, el Dios de ustedes, y cada uno de ustedes échese allí una piedra al
hombro, una piedra por cada tribu de Israel, para que sean doce en total. Ellas
les servirán como prueba para que, en el futuro, cuando sus hijos les
pregunten: “¿Qué significan estas piedras?”, ustedes les contesten: “Cuando el arca de la alianza del Señor
pasó el Jordán, el agua del río se dividió en dos partes delante del arca.
Estas piedras sirven para que los israelitas recuerden siempre lo que pasó
aquí.”»” Josué 4:5-7.
Sólo
así, toda tiniebla de inseguridad y de incertidumbre es iluminada por la fe que
Dios hará su obra perfecta y no la dejará sin finalizar. Si Dios está con
nosotros debemos seguir hasta el final, recordando que: “¿Qué más podremos
decir? ¡Que si Dios está a nuestro
favor, nadie podrá estar contra nosotros!” Romanos 8:31
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