“Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi
boca.” Apocalipsis 3:16 RVR 1960
La
pereza espiritual es el cáncer que elimina la vida espiritual de un líder. Muchas
veces inicia con la comodidad que brinda una victoria espiritual, el exceso de
confianza que siempre se obtendrán resultados satisfactorios en las batalla
espirituales, la falta de retos y objetivos para cumplir la misión de Dios.
En
ese sentido, el líder nunca debe perder la relación con Dios, el Salmo 91:1, “El
que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.” Lo
importante es que la comunión con Dios nos ayudará a mantenernos firmes y
seguros que la presencia de Dios estará con nosotros.
El líder debe
evitar las siguientes situaciones para caer en una vida de comodidad y pereza
espiritual:
a) Evitar el
cansancio extremo:
El
activismo mal practicado abona a destruir nuestra comunión con Dios, porque el
tiempo se dedica exclusivamente a cumplir compromisos, actividades y reuniones.
Al inicio y al final del día no queda tiempo suficiente para pedir dirección a
Dios, por lo cual, es necesario tomar conciencia de ello y no permitir que esto
destruya la base principal para tener victoria en el ministerio. D. L. Moody, un gran predicador del siglo XIX
dijo: “Si tienes tantos asuntos que atender que no te
queda tiempo para orar, es porque tienes más asuntos en tus manos de los que
Dios ha previsto que tengas”.
b)
No perder la pasión por Dios:
El apóstol Pablo
aconseja a Timoteo: “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del
don de Dios que está en ti…” 2ª. Timoteo 1:6.
Muchas veces, tener muchos años como cristianos nos lleva a entender la
liturgia, los ritos, las actividades y olvidamos mantenernos al pie de batalla.
Olvidamos la pasión del inicio y criticamos a todo y por todo.
La
oración es la única que nos mantiene de pie y las batallas espirituales se
ganan de rodillas. La tentación se vence con la Palabra de Dios. La clave es
mantenerse cerca de Dios, eso hace la diferencia. Samuel Chadwick dijo: “No
hay poder semejante al de la oración que prevalece.Transforma
a ordinarios mortales en hombres de poder.Da poder.Da fuego.Da
vida.Acerca
a Dios”.
c) Evitar el
acomodamiento:
Un
líder que acomoda su vida de oración a los tiempos que tiene disponible, va
rumbo a la ruina espiritual. Cuando el deporte, películas, música secular toma
el primer lugar de nuestra vida, vivimos de la gracia de Dios y que Él nunca
deja que su palabra vuelva vacía. Sin embargo, somos un saco vacío, un vaso
sucio u ocioso, no tiene nada que ofrecer, porque no fue a la presencia de Dios.
Siempre dice algo y no tiene algo para decir.
Dios
es severo con los líderes que hablan de ellos mismos, le roban palabra a otros
y que nunca han ido a su presencia a entregarse, para recibir. La clave es ir
al secreto de Jehová, escuchar su corazón y traer un mensaje desde su trono. “«Yo
no envié a esos profetas, y ni siquiera les hablé,
pero ellos salieron corriendo
a hablar en mi nombre.
Si hubieran conocido mis
secretos, habrían
anunciado mi palabra a mi pueblo; lo habrían hecho apartarse de su mal camino
y dejar sus malas acciones.»”
Jeremías 23:21:22
Es importante no olvidar que el llamado de Dios
es 24/7, no hay que descuidarse porque la pereza, paradójicamente trabaja todos
los días por atar a los servidores de Dios a la mediocridad y a la destrucción
de su vida de oración.
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