Disfruta la compañía de Dios. Incomodará tus
malos hábitos, borrará tus malos pensamientos, creará en ti un nuevo corazón.
Sólo su Presencia te llenará, te hará vivir mejor.
“Tú
me enseñaste a vivir como a ti te
gusta. ¡En tu
presencia soy muy feliz! ¡A tu lado soy siempre dichoso!” Salmos 16:11
Camina en integridad. Donde vayas no desvíes
tus pasos por donde la rectitud te guíe.
“Fíjate bien en dónde pones los pies, y siempre pisarás terreno firme.” Proverbios 4:26
La prosperidad es fruto de la santidad.
“Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la
casa de su amo el egipcio.” Génesis 39:2
La comunión con Dios se logra cuando la
adoración se convierte en una necesidad y no en un deseo.
“Tú
eres el Dios de la vida, y anhelo estar contigo. Quiero ir a tu templo y cara a
cara adorarte sólo a ti.” Salmos 42:2
La
adoración es el alma de la comunión con Dios. Es el corazón de una relación
entre Dios y su pueblo.
“Entre los dioses tú eres
único, tú eres rey, tú mereces
que Israel te alabe.” Salmos 22:3
La actitud correcta en la
adoración es la fragancia que llama la atención de Dios.
“Por
su parte Abel escogió las primeras crías más gordas de sus ovejas, y se las
llevó a Dios como ofrenda. Dios
recibió con mucho agrado la ofrenda
de Abel,” Génesis 4:4
Deja que Dios continúe afinando tu vida. No te
desesperes sin no ves grandes cambios de la noche a la mañana, porque Él nunca
deja nada sin terminar.
“Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en
ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese.”
Filipenses 1:16
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