Este
post es un tanto personal. Nace después de meditar en la herencia que se le
puede dejar a un hijo. En este momento de la historia, tengo un hijo que cuenta
con año y 8 meses de vida. Para mí será un gran hombre, alguien que marca la
historia. Sin embargo, la decisión es de él. Como padre tengo que corregirlo,
amarlo, guiarlo y aconsejarlo. Ayudarle a enfrentar la vida. Que logre amar a
Dios. Que cuide su corazón. Que trate de vivir en integridad. Que sea un
ejemplo para todos. Mi deber es liderar su proceso de enseñanza, su deber será
tomar las decisiones correctas.
Es
por ello, que trataré de escribir algunos consejos. Muchos serán personales.
Aplicados nada más a nuestra relación padre-hijo. Conociendo sus habilidades,
conocimientos y experiencias. Otros serán sueños que como padre tengo para que
sea un hombre de bien, que es el deseo de cualquier padre. Un adagio popular
detalla que una persona antes de morir debe “plantar un árbol, escribir un
libro y tener un hijo”, Salomón detalló: “Educa a tu hijo desde niño, y aun cuando
llegue a viejo seguirá tus enseñanzas.” Proverbios 22:6.
Otros
serán palabras que escuche cuando era un pequeño, que aún resuenan en mi cabeza
después de casi 30 años de vida. Inspiradas en una conversación, en una lectura
o algún video. La intención como padre es inspirarlo, desafiarlo a creer,
retarlo a luchar, infundir valor ante los problemas, valorar sus fortalezas y
defectos para que busque siempre el crecimiento continuo.
Ahora
bien, lo comparto en la Web por dos motivos. El primero, para que quede una
evidencia de ello y que él pueda acceder en cualquier momento a ellos. La
segunda, es para motivar a otros padres a que le enseñen a sus hijos a vivir en
esta Tierra como debe ser. Mi hijo sabrá que no tiene un padre perfecto, que tiene
una montaña de errores, que tal vez no es el mejor, pero que tiene la confianza
plena en Dios que su vida será mejor.
De
tal manera, que no serán posts continuos, algunos tardarán días, otros meses,
quizás hasta años. No lo sé. Algunos los escribiré en su niñez, otros en su
adolescencia y su juventud, trataré de que sea lo mejor posible. Dios me lo ha
prestado, lo devolveré pulido, refinado y brillante, para poder sacarle una
sonrisa a mi Señor, de que una generación cambió gracias a la decisión de un
padre, que condujo a su hijo por esta vida. Un lugar difícil, complicado y
complejo, pero después de este corto paso por ella, viene la siembra que se
siega en la eternidad.
1. Nunca te retires sin luchar.
Sin dar lo mejor de ti. En esta vida no hay tiempo para los remordimientos por
lo que dejamos de hacer.
2. Pide ayuda. No hay problemas
que no tengan solución. Siempre pide una mano y que no te quepa duda que habrá
alguien allí para apoyarte.
3. Siempre encontrarás personas
más brillantes, más talentosas, más hábiles, con mejor estatus; pero siempre
debes ser tú el mejor preparado, el más perseverante para que siempre seas tomado
en cuenta.
4. No llores por las derrotas,
aprende de ellas; te harán más fuerte y te enseñarán tus errores. Tampoco vivas
de las victorias porque te creerás invencible y perfecto. Aprende de ambas.
Aprende a soltarlas a tiempo y serás una mejor persona.
5. Nunca dejes de luchar y de
aprender. La constancia y el conocimiento harán que avances por la vida.
6. Lo más fácil siempre parecerá
la decisión correcta.
7. Ama a Dios con locura. Entre
más extravagante parezca para los demás, más agradable a Sus ojos será.
8. Que tu vida valga la pena no
consiste en los recursos que logres acumular o los éxito alcanzados. Hacer algo
que valga la pena es alegrarte porque diste lo mejor en cada momento y en cada
lugar.
9. Siempre puedes dar más.
Exprime tus habilidades y te sorprenderás de lo que eres capaz de hacer.
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