“Siembra
tu semilla por la mañana, y por la tarde siémbrala también, porque nunca se sabe
qué va a resultar mejor, si la primera siembra o la segunda, o si las dos
prosperarán.” Eclesiastés 11:6 DHH
El
error de la sociedad actual es que hemos encerrado el aprendizaje en 4 paredes,
un escritorio, silla, cuaderno y lápiz (o computadora e internet, para estar un
contexto más moderno). Lo hemos desdeñado a clasificarlo en 18 a 23 años de
estudios desde el kindergarten hasta la universidad. Los conocimientos son
adquiridos y evaluados para lograr cumplir un requisito, sin embargo nos hemos
olvidado de lo esencial: Aprendemos todos los días.
Cada
experiencia, error, victoria, sentimiento, emoción, lectura, consejo, entre
otras. Es importante para ser mejor. Es por ello que debemos de tomar la vida
como una extensa carretera de educación, que hasta el último momento nos dejará
una lección con una profunda enseñanza.
En ese sentido debemos:
- Aprender
a desaprender:
“Y no
vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de
pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es
bueno, agradable y perfecto.” Romanos 12:2
Esta
es una acción necesaria para concluir con éxito nuestro proceso de ser mejores
personas. Esto se debe a que somos influenciados por nuestro entorno y
aprendemos a discutir, a enfadarnos, mediocridad y otras cosas más. Sin
embargo, es necesario desaprender lo malo y edificar buenos hábitos que nos
permitan crecer y desarrollarnos. Esto se puede hacer a través de un finísimo
análisis de nuestro presente.
1) Se debe realizar
un inventario de buenos y malos hábitos:
Escribe
una lista de buenos hábitos y malos hábitos que posees actualmente. No se vale
escribir buenas intenciones o propósitos. Esto nos ayudará a evitar construir
castillos en el aire, porque debemos identificar aquellas cosas que están
destruyendo nuestra vida o nos están conduciendo a vivir a la deriva.
Es
importante fortalecer los buenos hábitos a través de su ejercicio constante.
Por muy pequeño que parezca se debe revisar dónde dejas tu ropa después de un
día de trabajo, levantar el plato de la mesa luego de comer, leer la Biblia y
un buen libro cada día. Eso hará la diferencia. Muchos seguimos actuando como
“niños dependientes de mamá” esto implica, satisfacer mis necesidades, a costa
del sufrimiento de otros. Es importante por ello que a los malos hábitos,
identificar su causa e ir eliminándolos uno a uno.
“Examina
la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos” Proverbios 4:26 RVR 1960
La
actitud correcta es la manera más fácil de lograr mejorar en la vida y
aprender. Toma un tiempo para reflexionar sobre tus buenos y malos hábitos y
toma una decisión firme ¿Qué haré con ello?, ¿Seguiré igual o mejoraré? Aquí es
donde habrá ataques. La comodidad tratará de impedir que se tome una decisión,
pero esta debe ser firme.
“Determinarás asimismo una cosa, y
te será firme, Y sobre tus caminos resplandecerá luz.” Job 22:21 RVR 1960
3) Mantenerse
Motivado
Hay
voces internas y externas que tratarán de obstruir el camino al cambio. Sin embargo,
se debe tomar de la mano de Dios y tomarse de la mano de la fe, la
determinación y la esperanza para avanzar en el camino de mejora. La mejora
tarda tiempo en lograr ser observada. Los errores son más fáciles de ver, sin
embargo sólo la motivación propia nos permitirá que a pesar de la oposición y
los cambios no sean eventualmente grandes, sigamos adelante.
“El camino de los justos es como la luz de
un nuevo día: va en aumento
hasta brillar en todo su esplendor.” Proverbios 4:18
...continuará...
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