Los
errores son poderosos. Nos hacen llorar. Muchas veces nos hacen desistir. No
hacen sentir culpa. Dolor. Frustración. También, nos pueden cambiar, mejorar
nuestro carácter, hábitos y personalidad. En la vida podemos colocarlo en un
lado o en el otro. Esa decisión tendrá un impacto significativo en tu futuro.
Puede dejarlo en el lado del lamento y terminarás amargado y frustrado. Puedes
aprender de ellos y te ayudara a crecer.
Todos nos
equivocamos. No estamos exentos de caer en sus manos.
Saúl cayó
en el error de desesperarse por la victoria, tomó decisiones precipitadas,
costándole todo. Perdió el reinado y su familia jamás logró seguir en el linaje
real.
Sansón fue
escogido por Dios para una misión particular. Sólo debía cuidar su corazón.
Prefirió llenar su cama de mujeres. Su final: catastrófico.
David.
Descansó cuando no debía. Vio lo que no tenía que ver. Codició una mujer
sabiendo que tenía esposo. Su linaje sufrió por ese pequeño desliz.
Una serie
de pequeños errores, se convirtieron en derrotas. Es por ello que debemos aprender
de ellas. En estos errores que se escribirán, también veremos el aprendizaje
que se ha obtenido. Son luchas vívidas. Caminos transitados. Decisiones
tomadas. Silencios cuando se debía hablar. Palabras dichas cuando se debía
callar.
La vida
que Dios nos ha regalado es comparable a un camino. Lo que aprendemos es una
bendición.
Gracias a
Dios por la vida y por lo que nos deja vivir.
Gracias
por las victorias y las derrotas.
Su Gracia
ha sido inmensa. Su misericordia, eterna.
¿Cómo
dudar de su amor?
¿Cómo no
amarlo?
Estas son
algunas cuestiones que quizás algunos han vivido. Este servidor, los ha sentido
a flor de piel.
Error No.
1. La autosuficiencia.
Creer que
mis habilidades, conocimientos y actitudes son las mejores. Que nadie sabe más.
Que nadie puede hacer lo que está a mi alcance. Ver de menos a las personas. La
autosuficiencia es el ego subido en un pedestal que no le corresponde. Es
pensar que los logros son porque mi capacidad es única y grande.
Versículo
que abrió los ojos:
“Pues tú
dices que eres rico, que te ha ido muy bien y que no necesitas de nada. Pero no
te das cuenta de que eres un pobre ciego, desdichado y miserable, y que estás
desnudo.” Apocalipsis 3:17 TLA
Dios
siempre me regaló una lección. El Señor me enseñó a prepararme, a estudiar, a
esforzarme. Nunca me entregó nada sin que haya una gota de sudor e incluso,
lágrimas. Saber que siempre hay personas mejores (más preparadas, más hábiles,
más inteligentes) pero que Él me regalaba la oportunidad de depender de Él y no
de mí.
Versículo
de Aprendizaje:
“El discípulo que se mantiene
unido a mí, y con quien yo me mantengo unido, es como una rama que da mucho
fruto; pero si uno de ustedes se separa de mí, no podrá hacer nada.” Sn.
Juan 15:5 TLA
Error No. 2.
Dejarlo todo para después.
Creer que
puedo dejar todo para después. En varios momentos de la vida me convertí en un
“procastinador” compulsivo. Muchas tareas o eventos se dejaban para el último
día. Decisiones a tomar que se espera hasta ya no tener opciones. Esto llevó a
perder muchas oportunidades por un mediocre desempeño en la toma de decisiones.
Versículo
que abrió los ojos:
“El perezoso
desea y no consigue; el que trabaja, prospera.” Proverbios 13:4 DHH
Aún lucho
con la procastinación. Pero he aprendido la lección que Dios me ha regalado de
tratar cada día de ser un poco más diligente porque esto me llevará a ser una
mejor persona y mucho más podrán confiar que puedo dar los resultados
necesarios. La clave es buscar la aprobación de Dios, que cada día siempre nos
confíe algo más.
Versículo
de Aprendizaje:
“Haz todo lo
posible por presentarte delante de Dios como un hombre de valor comprobado,
como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que enseña debidamente el
mensaje de la verdad.” 2ª Timoteo 2:15 TLA
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