6 signos
vitales para identificar un noviazgo enfermo.
- Los pleitos son el pan de cada día. Cada momento compartido por los novios se demuestra su distanciamiento, su dificultad para tolerarse y sus problemas para comprender el estado emocional de (l) (la) otro(o). Por ende, los pleitos o discusiones crecen en intensidad, que incluso puede llegar a la violencia física.
Esas discusiones muchas veces son por situaciones
sin sentido, tales como no contestar una llamada, un mensaje o no dar
explicaciones de algo. Si tienes una relación de este tipo es necesario tomar
conciencia que si los dos siguen así (uno maltratando y otro tolerando el
maltrato) al final, si deciden dar el siguiente paso, pensando en que las cosas
cambiarán dentro del matrimonio, será lastimosamente una vida de pareja que va
al fracaso absoluto.
Para sanar una relación de este tipo debe de
esforzarse por mejorar la comunicación, usar mucho la empatía y establecer
límites para que el noviazgo pueda sanar y seguir un buen rumbo. Sino, lo mejor
es evaluar las condiciones del mismo y antes de cualquier situación
problemática mayor, dar por finalizada la relación.
- Se rompe la promesa de ser sinceros y leales. Un noviazgo enfermo presenta síntomas de engaños, interés en otras personas, actuar en forma desleal, en fin. Cuando un noviazgo empieza a ocultar cosas que puede entorpecer la relación, está teniendo problemas, que nada más herirá a la otra persona. Si se empieza a sentir afecto por otra persona, es necesario comentarlo y tomar la mejor decisión juntos, para evitar que se destruya y se hiera a los demás.
- El noviazgo dura demasiado tiempo sin planes de cambiar. No hay una cantidad de tiempo estimado para la duración de un noviazgo. Hay muchos que duran poco y son felices y duraderos matrimonios. Existen otros muy largos, que al ser un matrimonio fracasan en poco tiempo.

Muchos noviazgos largos, ya tienen una vida sexual
activa, lo cual puede impedir tomar decisiones correctas, es por ello el
consejo dado por las Sagradas Escrituras de mantenerse puro para vivir y tener
tranquilidad en cualquier decisión tomada. Si la relación se empieza alargar
demasiado, puede hablar y establecer las metas en común, si hay un deseo de
casarse, salir a estudiar al extranjero, prepararse, en fin. Comunicarlo al
novio(a) para que se tome la mejor decisión.
- Hay demasiados celos, creándose una relación posesiva. El noviazgo es una relación con un destino: El matrimonio. El noviazgo es donde nace un vínculo sentimental, una P-R-O-M-E-S-A de fidelidad y una alianza de proteger el afecto que ha nacido entre dos personas hasta convertirse en un amor verdadero. Todo esto es sano, pero cuando en una relación una o ambas partes son posesivas y celosas “en nombre del amor” cavan la tumba del noviazgo.
La persona posesiva lo manifiesta por su inseguridad
y su incapacidad de estimarse y estimar a otros correctamente. Siempre
confronta por amistades, mensajes y llamadas, por creer que hay intenciones
ocultas, pensando que la otra persona quiere huir, tendiendo actitudes que
confirman ese temor. Lo único que hace es socavar el cariño y afecto del otro.

- Hay tristeza emocional. Cuando un noviazgo está sano, hay un gozo enorme de compartir momentos, desarrollar planes, apoyar al novio(a), conversar por horas, caminar juntos, sonreír, contarse situaciones, en fin. Eso permite al noviazgo florecer y dar los frutos correctos. Sin embargo, llegan momentos en que la pareja se da cuenta que inicio una relación por los motivos equivocados (escapar de la realidad, soledad o por deseos físicos) y empieza la amargura y la tristeza. No se tiene el brillo de la felicidad. No se viven los días contando los minutos para encontrarse. Todo lo contrario, cada vez se evitan más, menos tiempo juntos, más interrupciones. Al final, estar juntos se vuelve una tarea, un trabajo.
Si un noviazgo ha caído en este malestar o
padecimiento, lo mejor es revisar los motivos e intenciones y tomarse el tiempo
para reparar, darle un giro a la situación y dar lo mejor de sí para continuar
con éxito.
- La relación es notablemente física. Un noviazgo enfermo es aquel que está lleno de lujuria. Todo es excitación física. Besos apasionados. Estar en casa solos. Manoseos. Desenfreno. Fotos sugestivas. Cuando una relación es de este tipo siempre está destinada al fracaso, ya que mientras todo se permita, todo va viento en popa; pero, cuando uno de los dos pone límites, siempre busca a otra persona para satisfacer esos deseos.

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