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Actitudes Para Sobreponerse a la Crítica.
“La
lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las
consecuencias.” Proverbios 18:21
La crítica duele. Venga
de donde venga. Los desconocidos la ocupan con sutileza para dejar una marca,
pero el dolor es insoportable cuando la utiliza alguien que te ama. Esa crítica
es un mazazo al corazón. Destruye tu estima. Hiere el alma y nos inunda en
pensamientos de fracaso. ¡Lo hiciste mal!, ¡No ocupaste el tiempo
correctamente!, ¡lo que haces no sirve!, ¡Por qué me casé contigo! Son solo
algunas frases destructivas que influyen en nuestro carácter. No hay forma de
escapar de su detonación, si lo vemos con una óptica de venganza. Siempre habrá
crítica. Dolerá. Sin embargo, es nuestra decisión que hacer con ellas. Podremos
utilizarlas de abono para que crezca la amargura. Serán las excusas para tener
una estima baja. Podrán convertirse en una herida para nuestro orgullo y tratar
de demostrarle al mundo que “no es así”. Cualquiera de ellas nos perjudicará.
Al final habrá un efecto rebote y nos hará sentir bien un tiempo, mientras
caminamos entre la autoconmiseración y la venganza. Sin embargo, nunca será
suficiente en ambos sentidos. La conmiseración propia te hará sentir miserable
y la venganza jamás tendrá satisfacción. ¿Cómo librarnos?, ¿Cómo salir de
ella?, ¿Cómo vencer a la crítica que estalla frente a nosotros?
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No sobrestimes lo que dicen,
el deseo es hacer una herida.
Cuando le damos un gran
valor a la crítica, lo único que hacemos es llenar el ego de la persona que
trata de herir. Si cometes un error y alguien lo crítica toma las palabras
según su dimensión real. No lo tomes personal, no es para dañarte a ti, es
(probablemente) para que mejores una acción puntual. Nehemías se dio cuenta de
ello. Trataron de dañar su imagen personal (No podrá hacerlo), trataron de
minar su visión (ese muro que construyen, lo botarán las zorras), trataron de
intimidarlo (cartas para que cese la obra), manipulación (somos tus amigos y
quieren hacer daño). Al final de tanta situación, el trabajo fue concluido con
éxito. Jamás enfrentó las cosas como ataques personales (aunque lo era), sino
que trabajó como detalles puntuales que contestó cortés y hábilmente.
Eso tendrá efectos
colaterales de gran impacto. Reserva tus palabras para el momento correcto, con
las intenciones correctas, de la manera adecuada. Eso es asertividad. La
capacidad de dominar tus emociones, te harán una persona que logre ser prudente
y capaz de solucionar todo con valor. Job nos dio un ejemplo claro de ello.
Mientras su esposa crítica su “fe ciega” en Dios, este hombre simplemente abrió
su corazón, no para hacerse sentir o para demandar respeto, sencillamente, dejo
en claro sus convicciones, sin dañar a su ofensor.
-
No finjas que no te
importa.
Cuando finges,
simplemente tratas de engañarte a ti mismo. Eso sólo provocará que esa
sensación no te deje tranquilo y llegue un momento en que estalles y desees
emprender una acción contra quien lo ha hecho. Tómate un tiempo para
reflexionar y dejar pasar. Toma la decisión de perdonar y escribir en las
arenas del alma para que se borren completamente. Escucha y sigue adelante. No
finjas. Dale su valor real. David no fingió cuando su hermano mayor trató de
calificar sus intenciones. Simplemente observa lo que hizo:
“Pero Eliab,
el hermano mayor de David, que le había oído hablar con aquellos hombres, se
enfureció con él y le dijo:
— ¿A qué has
venido aquí? ¿Con quién dejaste esas cuantas ovejas que están en el desierto?
Yo conozco tu atrevimiento y tus malas intenciones, porque has venido sólo para
poder ver la batalla.
— ¿Y qué he
hecho ahora —contestó David—, si apenas he hablado?
Luego se
apartó de su hermano, y al preguntarle a otro, recibió la misma respuesta. Algunos que oyeron a
David preguntar, fueron a contárselo a Saúl, y éste lo mandó llamar.” 1ª Samuel
17:28-31 DHH
Apártate de ese tipo de
personas que desean intoxicar tu vida con pensamientos de derrota. Enfócate y
sigue adelante.
-
Convive sanamente con
la crítica.
La crítica siempre será
parte de nuestra vida. Es inevitable que llegue. Muchas veces será un pequeño
susurro, otras veces serán vientos huracanados que nos quitarán la tranquilidad
y la paz. Sin embargo, lo importante es que no dañen nuestra estima y la
sobrellevemos con prudencia. Jesús dijo: “Dios
los bendice a ustedes cuando la gente les hace burla y los persigue y miente acerca
de ustedes y dice toda clase de cosas malas en su contra porque son mis
seguidores.”
La crítica tiene su
base en la mentira o verdades distorsionadas, en la burla y en el oportunismo. Sin
embargo, debemos recordar que son opiniones y juicios. No es la verdad. En
muchas ocasiones, la crítica se realizará debido a emociones. No debemos
alterarnos por ello. Si la crítica arrecia, si se califica tus intenciones, si
tus motivaciones son prejuzgadas, deberemos convivir con ello. Utilizo una
enseñanza ilustrada por John Maxwell con respecto a las opiniones de los demás:
“Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas;
cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando
finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en
ti”. Solo debes mantener la cordura y no dejar que esas palabras te quiten
el sueño.
Para concluir, es
importante destacar que la crítica es reprobación, censura o un ataque personal a través de un juicio u
opinión sobre algo, su capacidad de sacudir y despojarnos de la tranquilidad es
grande, no obstante, podemos desarrollar una estrategia para que no dañe
nuestra estima, no reaccionemos ante ella y nos ocasionen heridas emocionales
profundas. Por lo que debemos, darles el valor que corresponde. Si es mentira,
evitar que dañe. Si es verdad, reconocer lo malo y recapacitar y mejorar.
Además, no debes explotar ante una crítica, la prudencia será capaz de
mantenerte firme.
Asimismo, fingir que no
nos importa la crítica es como esconder el polvo que se barre bajo la escoba,
sólo provocará que estén escondidas por un buen tiempo, pero después tengan
terribles consecuencias. Lo importante es tomarlas con madurez y convivir con
ellas, que nos hagan más fuertes y que nos permitan ser asertivos. Tendremos
que convivir con la crítica, pero somos los únicos capaces de permitir que
cumpla su propósito en nuestra vida. Todo depende de cómo actuemos ante ella.
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