La zona de la comodidad es el lugar donde mueren
los sueños y reina la pereza y la mediocridad. Nos hace sentirnos bien con sólo
estar y vivir y pasarla.
-Evita los
riesgos- nos grita en cada momento.
- Disfruta la rutina- replica a diario.
Nos engaña. Nos hace encender el piloto automático
de la vida y dejar pasar grandes oportunidades. No digo de ser famoso ni
exitoso. Sino dejar un legado en la vida. Algo que nos haga aprovechar los 80 o
90 años que Dios nos regale de caminar por este mundo. No se trata de acumular
riquezas o de hacer hazañas. Simplemente de aprovechar el propósito de Dios y
hacer algo para que las semillas sembradas hoy con esfuerzo y trabajo duro, sea
una cosecha de bendiciones para futuras generaciones. Es por ello que aquí se
detallan algunos consejos para salir de la zona de comodidad.
1.
Visualizar
el entorno.
La zona de comodidad es un lugar
muy seguro, donde no hay desafíos, se detesta el cambio y se vive en el día a
día sin ningún avance o mejora. Es un lugar hermoso a simple vista, porque no
hay riesgos, ni temores. Es un lugar donde no hay batallas, decisiones
complicadas, pero es donde los sueños mueren. Donde las metas acaban. Donde los
visionarios, caen.
En esta zona, el propósito de la vida es sobrevivir: pagar
cuentas, trabajar, descansar entre otras. Así sin más. Parco. Escueto.
Lacónico. No hay nada malo en ello. Es parte de la vida, pero no es todo en la
vida. Arraigarse en esta zona nos atará. Nos llevará a pensar que los soñadores
son perturbadores. Que los visionarios son desequilibrados que buscan destruir
la tranquilidad que emana de nuestro perímetro. Nos ata a la mediocridad, a la
falta de ambición y vivir sin un destino claro. Si percibes que tienes alguno
de estos síntomas, es un indicador probable de que tu vida está en un momento
de letargo y es necesario tomar decisiones. Probablemente será una noche sin
dormir desconcertado por el camino de nuestra vida. Será una conversación.
Podrá ser una predicación. O Como Gedeón será un ángel en medio de la noche que
te diga: “…varón valiente y esforzado…”
Lo importante es sentir la
necesidad de salir y tomar el camino complicado. Es hora de volver a soñar. El
momento de planificar. De genera nuevas estrategias y esforzarse. Recuerde que está
vida, es un ensayo de la eternidad y la eternidad será cuando recojamos la cosecha
de lo sembrado aquí en la vida. Es por ello que debemos ver cómo está nuestro
entorno. Si la somnolencia es parte de nuestra vida. Si la rutina es nuestra
eterna compañera. Es momento de tomar decisiones. Esto no implica olvidarse de
las obligaciones presentes, sino de darles el lugar que corresponde. No
significa salir en búsqueda de la felicidad, sino que cada día sea feliz. Que haya cada día un nuevo desafío. Que haya
nuevos horizontes. Nuevas batallas. Esto marcará la diferencia. Esto no hará
sentir la necesidad de salir del confort.
Versículo de aplicación de este
consejo:
“Por la mañana
siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál
es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.” Eclesiastés
11:6 RVR1960.
2. Proponerse nuevos
desafíos:
Desafíos. Un desafío es una oportunidad de
demostrar nuestra experiencia, carácter y fe. Como se enfrentan depende de cómo
se observen. Si estás en la zona de confort, parecerán problemas. Si se ven como
oportunidades, estás a un paso de ser mejor. Los desafíos disponen nuestra vida
a cambiar y a usar nuestra capacidad creativa, solucionar problemas y crear
algo nuevo o innovar. Es hora de tomar manos a la obra.
Si le llama la atención escribir, abre un blog.
Pierde el temor de tomar papel y lápiz o teclear en tu computadora algunos pensamientos
que pueden ser bendición para otros. Si quieres ayudar a otros, inscríbete en
clubes de alfabetización, en clubes o ministerios de tu iglesia local o de la
comunidad. Nunca es tarde para ayudar a otros. Esa ayuda humanitaria servirá
como proyectos a corto plazo para mejorar la vida de otras personas y entender
que hay muchas personas que sufren necesidades.
Cuando retamos nuestra vida, surge una chispa de
vida y aflora lo mejor de nosotros, lo que nos lleva a perfeccionar nuestros
talentos y ser una bendición para los demás.
Versículo de aplicación de este
consejo:
“El Señor le había dicho a Abram: «Deja tu patria y a tus parientes y a la
familia de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una gran nación; te
bendeciré y te haré famoso, y serás una bendición para otros.” Génesis
12:1-2 NTV
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