“Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba.” Proverbios 31:28 RVR 1960.
Describir a una madre es muy complicado. Tiene un corazón sensible a las necesidades de los suyos, pero a la vez un carácter que permite asumir responsabilidades fuertes que requieren de su tiempo. Además, debe formar los corazones de sus hijos para perseverar en un mundo complicado. Ser madre no es una tarea. Es una misión. Una misión delegada por Dios a las mujeres que sin lugar a dudas tendrá su recompensa.
Ser madre es un desafío. Es un don de Dios. Una hermosa experiencia donde es una aprendizaje continúo. Las madres son el corazón del hogar. Son el pegamento amoroso que sostiene y mantiene la estabilidad emocional de la familia. Cuando su familia cae, ella se levanta y anima a continuar.
Una madre es perseverante, cobijadora y transmite fe. Todo eso es una madre. Ahora en un mundo donde se trata de debilitar los roles y límites, tiene enormes desafíos. Retos que la convertirán en una mujer y madre conforme al corazón de Dios.
1. Mantiene su lámpara encendida.
Por nada del mundo pierden su vista de Dios. Una madre exitosa logra tener a Dios en su casa y en cada momento establece una relación real, sincera y primordial con Dios. Los valores de lo Alto son innegociables. Su oración es fresca, agradable y acorde a la necesidad de su familia, no perdiendo la fe que Dios está con ellos.
“Después ella vivió como viuda hasta la edad de ochenta y cuatro años. Nunca salía del templo, sino que permanecía allí de día y de noche adorando a Dios en ayuno y oración.” Sn. Lucas 2:37 NTV
2. Desarrolla una fe inquebrantable que permite tener el don de esperar.
Una madre es capaz de mantener la fe aun cuando parezca que no haya esperanza. Es aquella mujer que incomoda al juez injusto. Es aquella que se abre paso entre la multitud para ser sana del flujo de sangre. Es aquella que ignora los prejuicios y discriminación de la sociedad para darle esperanza a su suegra. No importa la espera, ella sabe que Dios tiene el control y la respuesta es positiva.
“Y Ana le dijo:—Perdone usted, señor, pero tan cierto como que usted vive es que yo soy aquella mujer que estuvo orando al Señor aquí, cerca de usted. Le pedí al Señor que me diera este hijo, y él me lo concedió. Yo, por mi parte, lo he dedicado al Señor, y mientras viva estará dedicado a él.
Entonces Elí se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, delante del Señor.” 1° Samuel 1:26-28 NTV
3. Equilibrar su vida entre sus múltiples ocupaciones para situar en el corazón de su familia la necesidad de la búsqueda de Dios.
No se queja de no tener tiempo, busca la forma en mantenerse tranquila a pesar de las adversidades, en los momentos de enfermedad y otros. Motiva a su familia a seguir a Cristo y si todos desean otras cosas, ella mantiene dentro del hogar un altar apartado al Señor para rendirle tributo siempre. Eso conquista el corazón de Dios.
“Se reviste de fuerza y dignidad, y el día de mañana no le preocupa.” Proverbios 31:25 NTV
4. No convertir a sus hijos en seres completamente dependientes de ella, sino con capacidad de tomar decisiones y hacer útiles a la sociedad.
Una verdadera madre que ama a sus hijos quita de ellos toda necesidad de ser dependientes de ella. Todo lo contrario elimina la “mamitis” de la vida de sus hijos. Produce en sus hijos una inteligencia emocional capaz de ser autosuficientes ante los retos de la vida, agradeciendo que fueran enseñados a ser autónomos y sin necesidad de ser cuidados siempre.
“Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará.” Proverbios 22:6 NTV
5. Mejorar el ambiente familiar.
Una madre es el corazón de su familia. Alienta. Motiva. Consuela. Ríe de los chistes. Siente dolor por la desilusión. Acompaña. Protege. Da una nueva oportunidad. Mantener su corazón libre de cualquier dolor, la lleva a ser una gestora perfecta de las emociones de su familia.
“Luego se echó a sus pies y le dijo: —¡Que la culpa, mi señor, recaiga sobre mí! Yo le ruego a usted que me permita hablarle, y que escuche mis razones. No haga usted caso de Nabal, ese hombre grosero, porque él, haciendo honor a su nombre, es realmente un estúpido. Siempre actúa con estupidez. Esta servidora de usted no vio a los criados que usted mandó.” 1° Samuel 25:24-25
6. Sabe mantener abiertas las puertas del perdón dando nuevas oportunidades.
No hay madre que se resista a las palabras de perdón. No hay madre que no pueda perdonar. Siempre tiene una palabra, un café y una cama disponible para quien se fue. Es en esta característica que se parecen mucho a Dios.
“Pero ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré.” Isaías 49:15 NTV
7. Establece claramente tus prioridades.
Una madre no deja nada al azar. Establece prioridades claras y las lleva a feliz término, no importando las circunstancias, de hecho, jamás es esclava de las circunstancias.
“Pero Rut le contestó:
—¡No me pidas que te deje y que me separe de ti! Iré a donde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.” Rut 1:16 NTV
8. Educa, protege y forma en sus hijos el carácter de Dios.
Conduce a sus hijos(as) a trabajar en tener el carácter de Cristo en su vida: Que amen a todos sin diferencias, que mantengan el gozo de vivir en paz, ser pacientes, abnegados, bondadosos con todos, tolerantes y fieles.
“Habla siempre con sabiduría, y da con amor sus enseñanzas.” Proverbios 31:26 NTV
9. Mantiene altos sus estándares, convicciones y principios.
El amor de una madre es tan grande pero tiene sus límites. No alcahuetea. No promueve valores relativistas. Perdona y da nuevas oportunidades pero disciplina para que la conducta negativa no vuelva a ser reproducida. Mantiene sus convicciones firmes donde sea, con quién sea y a costa de lo que sea. Edifica en sus hijos una claridad en los valores morales para que sepan diferenciar entre o bueno y lo malo, para que en los momentos de presión no sean cobijados por la gratificación temporal, sino que sean revestidos por el carácter suficiente para decir NO cuando sea necesario.
“Me acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma fe de la que primero estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé que esa fe sigue firme en ti.” 2ª Timoteo 2:5
10. Se responsabiliza de sus acciones y no se deja llevar por sus emociones y sentimientos.
Una madre que desea ser conforme al corazón de Dios no pone excusas, ni responsabiliza a otros de sus yerros. Pide perdón y reinicia para mejorar su conducta y llevar su vida de nuevo a la responsabilidad. No toman decisiones por lo que siente o está viviendo, sino que lo pone en las manos para que su fortaleza no se encuentre en su capacidad pero si en el poder de Dios.
“Se reviste de fortaleza y con ánimo se dispone a trabajar.” Proverbios 31:17 DHH
1 Comentarios
Ser mejor mama cada dia es un reto, pero de la mano de Dios es un paseo a lo maravilloso, al descubrimiento de lo que Dios es capaz de hacer a travez de nosotras. Las bendigo
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