No. No es un error. Aprovechando el día del padre que es cercano, comparto algunos pensamientos que describen lo que muchos hijos desean de sus padres. Son solicitudes retadoras pero alcanzables. Es necesario asumir las funciones que Dios nos ha entregado y sembrar en nuestros(as) hijos(as) algo que transforme su destino. Está en tu elección ignorarlo o retomarlo. Es un desafío de vida que nos proponen nuestros hijos. Es probable que así logremos salvar a una sociedad que cada vez más se desmorona.
1. Hazme sentir valioso(a), pero ayúdame a no convertirme en una persona orgullosa. Que ame lo que soy, pero que no me idolatre. Que encuentre el apoyo para crecer como persona y no solo para lograr resultados al corto plazo.
2. Enséñame a enfrentar la vida con entereza, a deponer mis deseos y a dejar de buscar privilegios. Ponme freno cuando actúe incorrectamente. Enséñame a entender la enorme diferencia entre lo correcto o incorrecto y a sobreponer los valores enseñados en casa por encima de lo que la sociedad dicta que debemos hacer.
3. Muéstrame tu ejemplo como la garantía para saber cómo actuar en la vida. Que tus palabras sean apacibles y llenas de sabiduría y con mucha firmeza. Que tus actos estén enlazados a tus principios y valores y créeme: ¡yo seguiré tus pasos!
4. No cedas mi proceso de educación a la escuela, ni mucho menos a la sociedad. Ayúdame a aprender y a desaprender lo que me conviene y no. No dudes en leerme o regalarme un libro. No creas que no necesito un consejo. Cuando llegué a adolescente creeré que todo lo que dices es absurdo, pero dejará en mí una enorme lección de vida. No tengas miedo en corregirme con respeto, sabiduría y firmeza. En verdad lo necesito.
5. No dudes en conversar conmigo cuando sea un niño. No me ignores. Ponme en tus prioridades y así, cuando venga mis momentos de rebeldías, sabré que hay alguien que me escucha, valora mi opinión y sabe qué hacer en momentos de crisis.
6. Que la humildad sea la firma con la cual finalices cada acto hecho para los demás.
7. Que mi casa sea un oasis donde encuentre rumbo, tranquilidad y las pautas necesarias para enfrentar lo que la vida me ponga enfrente.
8. Suelta el piloto automático de tu vida. Disfruta de todos los momentos que Dios nos ha regalado para caminar juntos. Arriésgate. Disfruta. Ríe. Ama. Cáete y levántate. Siempre me sentiré orgulloso de ti.
9. Enséñame a amar. Que no tema reflejar mis sentimientos. A saber que los temores se enfrentan. Que el odio es un veneno que destruye el alma. Que aprenda de ti que siempre hay que dar segundas oportunidades. Que no hay nada mejor que sonreír y siempre tener un buen chiste a la mano para cambiar una atmósfera tensa. Que haga todo lo posible por hacer sentir a cualquier persona alguien de verdad especial y valioso. Que mi carácter no sea moldeado por las circuntancias, sino por lo aprendido por tu ejemplo.
10. Ayúdame a encontrar el propósito de mi vida. Siembra en mi corazón generosidad, honestidad, deseos por hacer lo correcto, tener pasión, determinación y paciencia. Tómate un minuto cada semana en preguntarme: Hijo ¿Qué es lo que te gusta hacer?, ¿Qué te apasiona?. Si no te lo digo con mis palabras te lo demostraré con lo que hago mejor.
11. Muéstrame quién eres. Cuéntame tus errores. Habla sobre lo que te enamoro de mi madre, sobre las novias que tuviste. Platícanos de que es lo que haces para ganarte la vida y cuál es tu pasión. No tengas miedo de que te vea llorar, afligido o triste. DC Comics y Marvel ya crearon lo súper héroes necesarios para mis fantasías, pero necesito a un hombre de carne y hueso a quién pueda imitar.
12. Enséñame a amar a una mujer. No dudes en abrazar a mi madre enfrente de mí. No temas darle un beso que la deje sin aliento. No dudes en mandarle flores. No tengas miedo en meterte a la cocina y hacernos el mejor platillo que has preparado. Prefiero aprender en casa a estimar a una mujer y apreciarla como una persona y no verlas como objetos que están para complacer mis deseos sexuales (Como me lo propone Ozuna, Bad Bunny o todos esos "artistas" enlatados).
13. Conviérteme en alguien amable. Es decir, alguien que sea fácil de amar.
14. Ayúdame a evitar caer en la tentación de la gratificación inmediata. Que aprenda a seguir los procesos correctos y no a buscar atajos que "me solucionen" la vida. Es decir, necesito aprender a esforzarme y a trabajar duro por lo que deseo alcanzar. Que aprenda a comprometerme con lo que creo al 100%.
15. Abrázame. No dudes que aunque tenga dos, quince, veintidós o cuarenta años, siempre necesitaré del abrazo de un padre para fortalecer mi corazón y sentirme amado.
16. Profetiza sobre mi futuro. Habla palabras de vida. Dibuja con tus palabras mi futuro y será un desafío para mí tratar de alcanzarlo.
17. Aconséjame a qué hacer cuando me sienta tentado ante la pornografía, sexo antes del matrimonio, drogadicción u otras situaciones complicadas. Acompáñame cada momento hasta que haya logrado triunfado sobre cada una de ellas.
18. Ayúdame a encontrar la felicidad en lo eterno y no en las cosas que pueda acumular durante la vida. Lo más importante del hombre
19. No necesito un amigo más. Necesito un padre. No necesito solo a un proveedor, sino a un hombre que ame a su familia. No necesito solo a alguien que me corrija, sino a una compañía que me haga ser mejor persona. Necesito un padre que cada día se emocione en serlo y que no se quedé atado al machismo.
20. Enséñame a adorar a Dios. Que verte arrodillado no sea algo de lo cual admirarme. Que verte levantar las manos, disfrutando de la Presencia de Dios no sea algo extraño. Que la Biblia siempre esté abierta y qué alguien la lea todos los días y que trate de vivirla. Qué Dios reine en tu vida y me sea fácil ser un discípulo de Cristo y no sólo un asistente a un Templo. Qué la mejor herencia que me puedes dar es una vida eterna en el cielo acompañado de Dios y no una vida llena de asuntos materiales que me deje las puertas abiertas en el infierno.
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