Hay madres que son geniales porque a pesar del cansancio y del esfuerzo hecho durante el día, tienen la capacidad de sonreír y sacrificar un poco de su descanso para satisfacción de su familia.
Hay madres geniales capaces de encauzar el destino de su hijo, desarrollar sus talentos y confiar en ellos a pesar de que todo el mundo está en su contra.
“Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre y no abandones la instrucción de tu madre; porque diadema de gracia serán a tu cabeza y collares a tu cuello,” Proverbios 1:8-9 RVR1960
Existen madres tan geniales que nunca dejan de creer, nunca dejan de clamar y son capaces de cambiarle los planes a Dios "robándole" una respuesta positiva cuando todo parece que es imposible.
"Ana, con una profunda angustia, lloraba amargamente mientras oraba al Señor e hizo el siguiente voto: «Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, si miras mi dolor y contestas mi oración y me das un hijo, entonces te lo devolveré. Él será tuyo durante toda su vida, y como señal de que fue dedicado al Señor, nunca se le cortará el cabello." 1a. Samuel 1:10-11 NTV
Hay madres que reconstruyen corazones, abren caminos y edifican nuevas oportunidades.
Hay madres tan geniales que enfrentan la vida con perseverancia paciencia y determinación. No admiten un "no" por respuesta sabiendo que siempre hay algo mejor que está por venir.
"Allí también vivía una viuda, que siempre lo buscaba y le decía: “Por favor, haga usted todo lo posible para que se me haga justicia en la corte.” Lucas 18:3 TLA
Una madre genial es aquella que acepta sus errores, rectifica y cada día lucha por ser una mejor persona.
Una madre genial que no es menos por ser mujer, por criar a sus hijos, aunque la sociedad diga que su valor está supeditado a tener una buena figura, un buen esposo o una gran posición social. El valor de una madre está en la capacidad de ser una mujer que lucha por cumplir con su llamado y ayuda a sus hijos a encontrar su camino.
Una madre genial es aquella que es capaz de aceptar que sus hijos son un préstamo, que un día se irán de casa buscando un destino mejor pero que confía que ha sembrado una semilla para que ese hijo o hija sea parte de una nueva familia extraordinaria.
Hay madres que despiertan las pasiones ocultas de sus hijos con palabras de afirmación. Los dejan crecer, desarrollarse y tener una crácter suficientemente fuerte para enfrentarse a la vida con las herramientas necesarias.
Hay madres que no abandonan sus sueños.
Madres que no convierten a sus hijos en pequeños dependientes. Madres que no crían con el fin de tener privilegios para ellas mismas. Madres preciosas que tienen un corazón de oro, manos talentosas y palabras que sanan almas.
"¡Por eso, alegra a tu padre y a tu madre! Que sea feliz la que te dio a luz" Proverbios 23:25
Ser madre es tomar el trabajo de la mano derecha de Dios. Cada madre tiene un trozo del corazón de Dios incrustado en él suyo. Nunca son indiferentes. Nunca dejan de ser madres. Se mantienen firmes cuando todos abandonan.
"«¡Jamás! ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible, yo no los olvidaría a ustedes." Isaías 49:15
Madres geniales con aquellas que enseñan que nunca es tarde para prepararse y aprender cosas nuevas.
Aquellas que no se cansan de enseñar.
Aquellas capaces de amar a lo olvidado, desechado y manchado por la sociedad.
Aquellas que plantean responsabilidad claras en el corazón de sus hijos.
Aquellas que orientan.
Que tiene palabras amables pero firmes.
Aquellas que derraman su alma ante el Creador para obtener buenos resultados.
Aquellas que siembran aunque no sean ellas las que sieguen.
Corazones desinteresados. Almas generosas. Mentes brillantes.
Como escribió el sabio Salomón: "Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas." Proverbios 31:29
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