“¡Ahora, manos a la obra y que el Señor esté contigo!”
1 Crónicas 22:16 b NTV
Construye a través de palabras cariñosas, gestos amables, una estima fuerte para todos los miembros de tu familia. Escúchalos y trata de comprenderlos. Esto implica evitar juzgar y entender las motivaciones del corazón. Construye en tu hogar un lugar de refugio que permita a tu familia sentirse segura, amada y protegida ante un mundo que cada vez nos hace distanciarnos de las personas que amamos.
Construye paz a través de evitar críticas que destruyan, a ceder un espacio en el tráfico, a ayudar a un desconocido. La paz no solo es ausencia de guerra, sino la búsqueda constante de la armonía, a través de ser empáticos y amar al prójimo como a nosotros mismos. Edifica las bases para que tus palabras permitan perdonar y dar una nueva oportunidad a quién lo necesita.
Construye puentes que permitan acercarnos a los demás de una manera desinteresada, que permita crecer y ser capaces de formar un nuevo estilo de vida basado en el agradecimiento. Recuerda que el amor es la forma más fácil de acercar dos corazones, no solo en el amor romántico, sino en la convivencia y el respeto.
Construye una relación personal con Dios. Esto implica destruir lo límites impuestos por la religión que nos dan los pasos para acercarnos a Él y que genera solo un esfuerzo vano por mostrarle a los demás algo que Dios no desea; pero a la vez, significa llegar y poner nuestra vida en las manos de Dios, donde permita transformar nuestro corazón y “vaciarnos” ante Él. Esta forma de adorar diferente permitirá oxigenar tu alma y con cada oración poder respirar y sentir esa fragancia fresca del cielo que nos permite vivir con el deseo de ser cada día mejor y esperar el regreso de nuestro Señor.
Construye una fortaleza que te permita vivir bien y esta es la Integridad. Escucha tus palabras. Cuídalas y trata de unirlas con tus hechos. Que cada día te cueste menos hacer lo correcto.
Construye el futuro de manera tal que te sientas orgulloso de haber sido perseverante, persistente y esforzado.
Construye uniendo tus dones con la constancia. Esto te hará brillar y conseguir muchas metas.
Ríe. Gózate. Disfruta la vida. David escribió lo siguiente: “Este es el día que hizo el SEÑOR; nos gozaremos y alegraremos en él.” Haz el bien cada día y hazlo bien. Construye aquello que te permita conectar tu misión, tus talentos, tus sueños y tu trabajo para que te regocijes de tener la oportunidad de existir y cumplir el plan de Dios para nuestra vida. Recuerda lo que dijo Pablo: “Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire.” y camina seguro con fe: “No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.”
(1) Salmos 118:26
(2) 1 Corintios 9:27
(3) Filipenses 3:13-14
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