Jesús estaba cerca de los demás. Él no se preocupaba por tocar a un
leproso, por conversar con una persona pecadora, o ser agradecido con
una persona de mala reputación. Su santidad en lugar de hacerlo
antipático y soberbio, lo hacía acercarse. Amar, buscar a los demás,
destruir los límites que la vergüenza coloca y la culpa construye. Jesús
nos enseña que la santidad engendra gracia, entre mejor relación con
Dios, mayor demostración de perdón, pero el santurrón señala el pecado
ajeno, crítica las acciones de los demás y se siente orgulloso de
necesitar menos la gracia que los demás. No necesita a Dios porque él es
su propio Dios.
“De pronto, un hombre que tenía lepra se acercó a Jesús, se arrodilló
delante de él y le dijo: —Señor, yo sé que tú puedes sanarme. ¿Quieres
hacerlo?
Jesús puso la mano sobre él y le contestó: —¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás
sano! Y el hombre quedó sano de inmediato”. Sn. Mateo 8:2-3 TLA
No dejemos que la indiferencia venza nuestras convicciones.
“«No te vas a salvar sólo porque estás en el palacio. Si no te atreves a hablar en momentos como éste, la liberación de los judíos vendrá de otra parte, pero tú y toda tu familia morirán. Yo creo que has llegado a ser reina para ayudar a tu pueblo en este momento».” Ester 4:13-14 PDT
Disfruta el proceso. Aprende a conocer el desierto. Crece para mejorar. Apunta alto. No te confíes. No busques atajos. Avanza con fe. Vive con pasión.
“Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada.” Santiago 1:4 NTV
Mañana es el presente de los visionarios.
“Todas estas personas murieron aún creyendo lo que Dios les había prometido. Y aunque no recibieron lo prometido lo vieron desde lejos y lo aceptaron con gusto. Coincidieron en que eran extranjeros y nómadas aquí en este mundo.” Hebreos 11:13
Los comprometidos asumen responsabilidades, encaran los problemas, retoman lo olvidado, mejoran sus debilidades, abrazan al trabajo duro, mantienen sus convicciones, se arriesgan, ambicionan, crecen, se desarrollan. Fracasan y se levantan. Lloran y se recuperan. Deciden. Viven.
Valiente es aquel que dice NO a lo que le daña y hace lo que debe hacer, aunque no le guste.
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.” Daniel 1:8
Los sueños son iluminados con el fuego de la pasión, el brillo de la determinación y la intensidad del compromiso que se adquiera para convertirlo en realidad.
“Por eso te pido que me des la región montañosa que Dios me prometió aquel día. Tú bien sabes que los descendientes del gigante Anac viven en ciudades grandes y bien protegidas. Pero con la ayuda de Dios los podré desalojar, y así conquistaré esas ciudades, tal como Dios lo prometió».” Josué 14:12 TLA
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