Lecciones que un padre debe aprender.


La sombra de la figura paterna es muy grande. Aunque se trate de minimizar el poder del amor paterno, los psicólogos y los estudiosos de la vida hablan que los niños con menores índices de estima son aquellos que no tienen un padre a quién seguir. No hay ningún hombre de edad madura -en ninguna etapa de la historia reciente- que haya crecido sin padre y no admita que le hizo falta poder tener en casa a su padre. Los niños logran ver en su padre alguien que los impulsa a crecer, que los corrige y los induce a ser lo que realmente quieren ser. Por lo cual, un padre plantea un hecho realista y poderoso: NO SE PUEDE HUIR DE LA RESPONSABILIDAD DE SER PADRE. 

Las niñas por su lado, identifican la protección y su valor propio cuando hay un hombre a su lado que la valore y le enseñe el valor que tiene como niña y luego como señorita. No hablo de que las supedite a su machismo y le de valor por comprarle cosas. Hablo del valor que le proporciona a su hija cuando cuida su corazón, cuando la apoya, la conduce a la toma de decisiones y al final, que sea una niña capaz, que no mendigue amor, ni acaricie la idea de que encontrará en un hombre la felicidad, porque ella por sí misma es plena y va teniendo momentos felices que logró labrar en su hogar. Sabe que su padre es alguien que no solo la protege físicamente, sino que la llena de plenitud. 

Esto no quiere decir que únicamente debemos vivir en la casa. Como hombres debemos de crear el hogar, ese lugar donde hay una convivencia franca y es un lugar de refugio para todos los miembros de la familia en medio de un mundo que nos pide ser algo que no somos. Los hombres debemos aprender a generar las condiciones para que haya comunicación franca y sincera. No debemos dejar que los momentos de amor o de sensibilidad en la familia, los cree nuestra esposa. Un hombre debe ser capaz de -además de proveer- demostrar afecto, inculcar una cultura de cercanía y desterrar de su vida el hecho de que no debe ser molestado por sus hijos. Acercarse, hablar, abrazar deben ser momentos naturales y no excepciones a la regla en nuestro trato con la familia. No podemos ser ausentes emocionales. No estamos llamados a abandonara a nuestros hijos para que el  mundo destruya su inocencia y construya una mentalidad que involucre la idea de que el placer está por encima de todo.

Sé que muchos padres no tuvieron un ejemplo de cariño, de un hombre responsable y tuvieron que convivir con alcoholismo, infidelidad, violencia y destrucción familiar, pero eso no es motivo para no tomar la DECISIÓN de transformar nuestra historia familiar. No fuimos creados para revivir o repetir culturas o tradiciones familiares. 

Un padre no puede ser indiferente ante su influencia en la familia y tomando una decisión del corazón puede trastornar lo escrito en su vida familiar. No podemos ser indiferentes y enviar a los niños a batirse con la vida en medio de una sociedad plagada de drogas que se consiguen con suma facilidad, donde el sexo se ha degradado a una función biológica y nada más con el fin de generarnos la satisfacción personal, sin tener en cuenta, el corazón de los demás y un bombardeo constante de buscar la gratificación instantánea por encima del esfuerzo, la determinación y la tenacidad, es necesario tomar nuestro rol como algo indispensable para salvar a un mundo de lo que quieren programar en la mente de nuestros hijos. 

Daniel Habif escribió hace poco en twitter y me gustó mucho: "Una generación enamorada de los atajos. No existe camino más largo que un atajo". Como padres no hay posibilidades de entregarnos al camino fácil de ver crecer a nuestros hijos y no hacer nada por influir positivamente en su estima, carácter y propósito de vida. No debemos ser timoratos y pensar que simplemente todo va a salir bien con nuestra presencia física pero sin presencia emocional. Dante Gebel dijo en una cruzada hace un par de años: "Vos podes estar físicamente en tu hogar pero emocionalmente a kilómetros de distancia” Esto es real y que impacta la vida. Otra maravillosa frase de este predicador argentino que quiero compartir es esta: “Asegúrate que tus hijos sepan que no sos una sombra, un fantasma, que sepan que su papá es real. El sentimiento de orfandad es mas aceptable si es acompañado por un cuarto vacío. Pero lo peor es cuando el padre está presente y te sentís sin padre” 

No podemos ser indiferentes. No podemos dejar de involucrarnos en la educación de nuestros hijos. NO podemos dejar pasar una vida sin influir positivamente en la espiritualidad de nuestros pequeños. El mayor éxito es dejar un legado de integridad y amor en la nueva generación. Capaz de tomar decisiones. Capaz de mantener sus convicciones firmes y no vender sus valores por cualquier cosa. Un padre debe ser como Moisés, capaz de llevar a sus hijos y cambiar su mentalidad para entrar a la Tierra Prometida. Probablemente él no vea las bendiciones del mañana, pero sus hijos vivirán conforme a las convicciones delegadas por él. Un padre debe ser gentil. Es fuerte pero sensible a las necesidades de sus hijos. Es protector pero no controlador. Proveedor pero no solo de necesidades materiales, sino de necesidades emocionales y físicas.

No pienses que serás un gran padre si dejas la vida espiritual de tus hijos a un lado. Ellos necesitan saber que hay algo más grande que está vida y que no la pueden dejar pasar la oportunidad de cuidar los tesoros del cielo. Su vida eterna está en tus manos. No entregues a tus hijos a que la vida los golpee y busquen a Dios adoloridos, golpeados y destruidos. Ellos verán si realmente amas a Dios y lo sigues, no por conveniencia, ni por necesidad, sino por convicción. Que nuestros hijos vean que somos capaces de entregarnos al 100% por la obra de Dios. Con esto no habló solo de servir, sino demostrar que Dios es lo más importante para nuestras vidas.
Recuerda que tus hijos admirarán a un gran jugador de fútbol, al cantante del momento, al youtuber más famosos, pero jamás serán su héroe. Su héroe será aquel que se tomó el tiempo para leerle un cuento, que le contó sus errores de vida, le dio una fuerte abrazo para que no desistiera, le aconsejó, lo corrigió, revisan calificaciones, tomó un par de turnos extras para satisfacer sus necesidades, pero jamás dejo de estar allí para sus hijos.

Estar presente en cuerpo y alma en la vida de la familia. Un padre. Un modelo. Un consejero. un hombre apasionado y capaz de dejar huella en las nuevas generaciones. Como dijo Josué: "—Así que ahora respeten al SEÑOR y sírvanle total y fielmente. Quiten de entre ustedes los dioses que sus antepasados adoraban al otro lado del río Éufrates y en Egipto, y sirvan al SEÑOR. Si no desean servir al SEÑOR, decidan hoy a quien servirán, ya sea a los dioses a los que sus antepasados servían al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra viven. Pero yo y mi familia serviremos al SEÑOR"

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