Escribo del tema no desde el sitial de ser el mejor amigo (La verdad, soy una persona que no se ha ganado el derecho de ser llamado amigo), pero estaba recordando y la nostalgia siempre es un buen consejero e inspirador para escribir algunas líneas.
Los amigos son - creo que alguien lo escribió antes- esa familia que uno elige, la cual no se comparte ningún lazo sanguíneo, ni de parentesco. La amistad es una cercanía de dos corazones completamente dispares que se unen para que la cargas de la vida sean más livianas.
La amistad nos permite entablar las charlas más improductivas, incoherentes y sin sentido como momentos de consejos que salvan vidas. Nos regalan momentos de risa por una anécdota o un mal chiste pero también nos permite compartir nuestro hombro para derramar lágrimas por momentos dolorosos. Momentos sublimes, situaciones ordinarias, ratos de ocio. Eso nos deja la amistad.
La amistad escapa a cualquier definición pero jamás evade a lo importante y esto es que cada letra con la que escribimos A-M-I-S-T-A-D está impresa con el color del amor, con la fuerza de la sinceridad y la inspiración de estar presente.
No hay procesos de selección. No hay cualidades que tener. Requisitos que cumplir. Aficiones que compartir. A un verdadero amigo no se le quiere por lo que tiene o por lo que podría llegar a ser, sino porque quién es. Porque está allí. Porque entiende cuando hablar y cuando acompañar en silencio. Cuando admitir un error. Hacer una broma. Cuando se necesita un mensaje. Cuando una palmada en la espalda. Cuando dejarse envolver por la nostalgia y recordar. Recordar y disfrutar. Caminar y relajarse. Acompañar. Abrazar. Vivir.
La vida es muy difícil para no emprender el viaje acompañado. Por eso es importante un buen amigo. Habrá personas que ya no nos acompañen en este camino, pero, eso no implica que el título de amigo se haya perdido por no estar en el presente. Un amigo jamás deja de serlo.
Empecé a escribir esta publicación porque vi fotos de algunas personas, las cuales Dios me dio la oportunidad de cruzar nuestros caminos en algún momento de esta historia llamada vida. Los vi risueños, felices, cercanos. Me hicieron revivir bromas, pláticas, sueños, ambiciones y sobre todo un calor humano que nos hacen creer y colocarlos en un sitial especial en la vida.
Gracias Dios, por los amigos.
Gracias Jesucristo, porque de todos los títulos que le concediste a la relación nuestra ha sido AMIGOS. "Ya no les digo siervos, porque un siervo no sabe los planes de su amo. Les digo amigos porque les di a conocer todo lo que he escuchado del Padre" Juan 15:15
Gracias amigos, por estar allí. Por compartir. Por vivir. Por todo.
0 Comentarios
Manda tus comentarios del blog, puedes escribir tus testimonios, o historias que desees.