Anímate a ser un Alborotador

“Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá;” Hechos 17:6 RVR 1960. 


Me encanta el mote con el cual los de Tesalónica etiquetan a Pablo y a Silas. “Estos que trastornan al mundo entero…” Alborotadores. Escandalosos. Impactantes. Pablo no podía pasar desapercibido en ningún lugar. Cuando Pablo hablaba, la gente lo escuchaba. Al actuar, la gente se sorprendía. Cuando llegaba a una ciudad, la atmósfera cambiaba. Al escribir, no dejaba indiferente a nadie. La Palabra era predicada y muchos se convertían. Un poco menos de dos mil años, luego de su vida, su obra ha llegado hasta nuestros días con el mismo impacto de ese momento histórico. 

¿Y nosotros?, ¿Cómo somos conocidos?, cuándo nos ven nuestros hermanos en Cristo, ¿Qué piensan y hablan de nosotros?, ¿Nuestros niños/ jóvenes nos ven como referentes? O somos simples personas que nos cruzamos con otras vidas y no dejamos huellas en los corazones. No por nuestro atractivo físico o carisma, sino por el Espíritu Santo que habita nuestra vida. 

Porque era Él quién marcaba la diferencia en Pablo. 

El apóstol tenía un inigualable amor por las almas, su doble pasión por la obra de Cristo y su implacable cercanía con el precioso Espíritu de Dios. Esto hacía especial a este trastornador. A este referente. A este Titán de la Fe. Cuando nuestra compañía es Dios, no volvemos atrás y somos bendición. Eso nos marca para siempre. La vida cristiana no es simplemente seguir fielmente lo que nuestro líder eclesiástico nos indica. La vida cristiana nos demanda compromiso de vivir y ejemplificar los valores del reino. Nos demanda que busquemos una comunión con Dios para actuar conforme a lo que él necesita y un espíritu diferente que contribuya a ser algo grande e interesante por nuestra área o zona de influencia. 

El mundo demanda más Pablos. 

Que las personas digan lo mismo de nosotros: 

-Esos que cambian al mundo. 

- Esos que aman a Dios. 

- Esos que disfrutan la Presencia de Dios.

 Ellos son los que han venido acá y harán que el nombre de Dios una vez más sea Engrandecido, Alabado y Glorificado. Anímate a ser un alborotador. Un avivamiento empieza con una pequeña llama. 

Nosotros podemos ser el cerillo que Dios utilice para que algo cambie en nuestra comunidad.

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