Pero Rut le contestó: —¡No me pidas que te deje y que me separe de ti! Iré a donde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Rut 1:16 DHH.
Cuando enfrentamos decisiones, nuestras elecciones nos conducen hacia senderos de bendición o crisis. Muchas veces, el camino que aparenta ser más difícil es precisamente aquel que abre la puerta a las recompensas que cambian nuestra vida.
No permitas que tus emociones te dominen; confía en la sabiduría, ese faro que ilumina lo correcto.
Decide con fe y valentía, dejando atrás cargas que limitan tu propósito y te atan a la trampa de la complacencia. Con Dios en el centro, el mañana te sorprenderá con tesoros inimaginables y milagros inesperados.
a) Ora antes de actuar – "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento." (Proverbios 3:5)
b) Elige la verdad sobre la emoción – "Engañoso es el corazón más que todas las cosas." (Jeremías 17:9)
c) Busca consejo sabio – "En la multitud de consejeros hay seguridad." (Proverbios 11:14)
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