Propósito
No. 3: Comprueba Su Fidelidad.
Las pruebas demuestran el
corazón del hombre, brindan una perspectiva de las razones por las que se sigue
al Señor. Si es interés, agradecimiento, obligación o amor. “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron
atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso
iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú
tienes palabras de vida eterna.” Sn. Juan 6:66-68.
Además, a través de ella, Dios
acredita lo que puede confiarnos o no.
Al prosperarnos, verifica si nuestra confianza está en lo que tenemos y
si nuestra búsqueda es igual a cómo se hacía cuándo no se tenía nada. “Y te acordarás de todo el camino por donde
te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte,
para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no
sus mandamientos.” Deuteronomio 8:2.
O, permite que haya necesidad,
para comprobar que nuestro amor y fidelidad no depende de lo que tengan los
bolsillos, refrigeradoras o cuentas bancarias. “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te
sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido,
para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale
de la boca de Jehová vivirá el hombre.” Deuteronomio 8:3.
Propósito No. 4: Hacer crecer nuestro
amor.
Uno de
los fines de las pruebas es hacernos crecer. Que la madurez se instale en la
vida y que la visión este siempre puesta en el Señor. Las pruebas no dejan mal
sabor de boca. Ayudan a agudizar nuestros sentidos para amar con mayor
intensidad a Dios y que verifiquemos que su voluntad siempre es buena,
agradable y perfecta.
Job es un claro ejemplo: “Entonces Job le respondió a Dios: «Reconozco
tu gran poder; nadie puede impedirte llevar a cabo tus
planes.Tú preguntas quién soy yo, que siendo un ignorante
he puesto en duda tu sabiduría.
Reconozco que he dicho cosas que no
alcanzo a comprender, cosas que son maravillosas
y que en realidad no conozco. » «Tú dijiste:
“Ahora yo voy a hablar, y tú me vas a escuchar”. » Lo que antes
sabía de ti era lo que me habían contado, pero ahora mis ojos te han visto, y he llegado a conocerte.” Job
42:1-5. Job comprendió que su propia sabiduría era
finita y que nunca estará a la altura de Dios. Entendió que su mente y sus
capacidades tienen un límite, que no pueden hacer cambios sustanciales. Al
final, su vista, sus oídos y su pensamiento se concentraron para entender que
el amor de Dios es suficiente y que no bastaba con saber que Él era el Creador
de todo, sino, que en una relación fuerte, a través del amor, hace que exista
una unión duradera y las pruebas se pasan con un aprobado. El amor de Dios no
tiene fin, ni puede medirse con lo que nos da o quita, su amor no puede
evaluarse, sólo puede recibirse.
Conclusiones:
Las pruebas son asignaturas
pendientes que debemos pasar, Dios nos recompensa y está en todo momento con
nosotros.
La prueba no es un castigo, es
una etapa de desarrollo para alcanzar una mayor madurez espiritual. “Después de que Job oró por sus amigos, Dios
hizo que Job volviera a prosperar, y le devolvió el doble de lo que antes
tenía.” Job 42:10
La prueba no tiene como propósito
destruirnos, sino busca construir una mejor relación con Dios. “y Dios
le dijo: «No le hagas daño al niño. Estoy convencido de
que me obedeces, pues no te negaste a ofrecerme en sacrificio a tu único hijo».
Génesis 22:12
La mejor forma de pasar las pruebas es
disponer el corazón con sinceridad y sencillez para aprobar con sobresaliente y
que haya un crecimiento al final. “Hermanos
en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de
dificultades.” Santiago 1:2
Las
pruebas producen paciencia y esperanza que Dios tiene bajo control todas las
cosas. “Y no
sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia;” Romanos 5:3
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