“Y al
entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo
adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y
mirra.” Mateo 2:11
Una de
las palabras más repetidas de esta época es REGALO. Es muy fácil, saber el
porqué. Cristo fue el regalo enviado por Dios para salvar a la humanidad. Hubo
una fusión eterna entre la Gracia y el Amor. Dios quería perdonar a la
humanidad de su maldad. El hombre necesitaba perdón, misericordia, libertad y
una oportunidad de acercarse con confianza a Él. Había sólo una forma de lograrlo: Que Dios
mismo, nos perdonará y lo hizo. Vino a esta Tierra, nació con un cuerpo con limitaciones y
dificultades, entregando su vida por nosotros. Todo por gracia. Todo por amor. “
Ahora
bien, Dios ya nos dio su regalo, enmarcado de amor y esperanza. Nos ha tendido
su perdón. Nos ha brindado su amor desinteresado. Nos abrió las puertas de su
casa, para que entremos confiadamente. “Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Sn. Juan 3:16
Ahora,
la pregunta es ¿Qué le darás a Jesús? Los magos visitantes del Oriente nos
dejaron una lección grande sobre los regalos que Cristo se merece: oro,
incienso y mirra. Oro para un Rey, Incienso para nuestro Dios y Mirra para
nuestro Señor. Esto es lo que aprenderemos hoy de manera detallada.
a)
Oro – Nuestros Talentos y Habilidades.
“Jesús le dijo: Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”
Sn. Mateo 22:37
El primer regalo que
debemos entregar a Jesús es nuestro corazón. No sólo para que habite en él,
sino para que nos utilice para su obra. Este metal siempre ha representado
lo mejor y eso es lo que tenemos que entregar. Lo mejor de nuestro tiempo, de
nuestras fuerzas, de lo que somos.
No importa si crees que no
es lo suficiente. No importa si piensas que no es importante. Para Él todo lo
que recibe es necesario. No puedes hablar en público, pero tienes otras
habilidades numéricas, creativas o vocales, Dios las usará.
Y muchas veces las usará
para hacer un gran milagro: un asno para entrar en Jerusalén. No fue un hermoso
caballo de pura sangre, no fue el mejor carruaje de la época. Otro ejemplo: Un
establo. Habiendo buenas casas, palacios,
Dios uso un establo, para darnos una lección: Utilizo cosas pequeñas,
para hacer cosas grandes. Así que no lo dude, para Él sus
talentos, dones y/o h abilidades tienen el mismo peso, lo único que cambia es la
DISPOSICIÓN. Eso es lo que hace valioso nuestro oro.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para
el Señor y no para los hombres.”
Colosenses 3:23
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