Siete Versículos Para Una Semana Victoriosa. (No. 34)

El pecado destruye tu relación con Dios basándose en la vergüenza y el orgullo. La vergüenza de no poder acercarse a Dios por haberle fallado y el orgullo de creer que no necesitamos su perdón.
En ese mismo instante se dieron cuenta de lo que habían hecho y de que estaban desnudos. Entonces tomaron unas hojas de higuera y las cosieron para cubrirse con ellas. Con el viento de la tarde, el hombre y su esposa oyeron que Dios iba y venía por el jardín, así que corrieron a esconderse de él entre los árboles.” Génesis 3:7-8

No le temas a los obstáculos para alcanzar las metas. Teme a pensar que no podrás sobrepasarlos.
Nuestros antepasados fueron aprobados porque tuvieron fe.” Hebreos 11:2

La distancia de una oración contestada, se encuentra en la fe que se tenga para recibir lo solicitado.

Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Sn. Lucas 11:10

A Dios no le importa tu pasado. A Él le importa transformar tu futuro para que seas tenido en alta estima.
“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” Isaías 43:25

La obediencia, la confianza y la determinación de entregarlo todo por Dios es lo que nos hace tener su favor.
Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.” Salmos 5:12

No hay límites para el poder de Dios y lo que puede hacer con nuestra vida.
Pero Dios me tocó los labios y me dijo: —No digas que eres muy joven. A partir de este momento tú hablarás por mí. Irás a donde yo te mande, y dirás todo lo que yo te diga. No tengas miedo, que yo estaré a tu lado para cuidarte. Desde hoy tendrás poder sobre reinos y naciones, para destruir o derribar, pero también para levantar y reconstruir.” Jeremías 1:7-10

Los efectos secundarios del conformismo son la frustración y el fracaso.
No descuides los dones que tienes y que Dios te concedió cuando, por inspiración profética, los ancianos de la iglesia te impusieron las manos.” 1ª. Timoteo 4:14

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