Susurro del Cielo: Pasos Para Lograr una Oración Contestada. (No. 2) 1a. Crónicas 4:10


 4. Jabes pidió la compañía de Dios. “…y si tu mano estuviera conmigo…”

 Jabes no pidió que Dios los auxiliará, ni mucho menos que estuviera cuando lo necesitará. Este hombre pidió que Dios no lo abandonara. Solicitó que Dios permaneciera en su casa, en su hogar, en su vida, mente y corazón. Esto es un reto. Porque si Dios permanece contigo verá tus buenas y malas acciones. Caminará contigo. Escuchará tus conversaciones, Observará lo que veas en la TV y conocerá tus pensamientos y deseos más íntimos.

Pero no hay nada que temer. No hay nada mejor que tener su presencia a nuestro lado. Moisés lo sabía y por eso dejo estas palabras que deben estar escritas en nuestros corazones como un tatuaje: “Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” Éxodo 33:15

 Moisés sabía que podía faltar todo, menos Dios. Sabía que si Dios estaba con Él, nadie podría hacerle frente. “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Romanos 8:31.  Su compañía es dulce, nos llena de fe, nos entrega las victorias, nos señala nuestros pecados, nos da su perdón. ¿Qué más se puede pedir?


5. Jabes pidió protección: “y me libraras de mal, para que no me dañe!”

En la versión Dios Habla Hoy termina la oración con esta frase: “me libres de males, para que yo no sufra." Como veíamos al principio Jabes supo lo que era el dolor. De hecho no podía olvidarlo, porque su nombre literalmente significa eso. Jabes sufrió en carne propia de cosas que podemos imaginarnos, porque muchos pasamos por allí. El dolor de la necesidad, de la baja estima, del rechazo, de la tristeza, del odio, del resentimiento. Hemos sufrido derrotas, humillaciones y otras situaciones que no alcanzaríamos a describir.

Jabes finalizó su oración con una petición: ¡ya no quiero sufrir!, he llorado en soledad y no quiero hacerlo más. He vivido necesitado toda mi vida, pero ya no quiero hacerlo. Dependo completamente de Ti, Señor, concédeme la oportunidad de ser sano en todas mis áreas: física, mental, espiritual. Quédate conmigo por siempre. No sé si Dios le dijo esto a Jabes, pero inspiró un par de años después a David para que escribiera esto: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,  Y los defiende.” Salmos 34:7


La oración de Jabes contiene 4 pequeñas frases, que parecen muy insignificantes pero tienen un gran valor para nosotros como cristianos y son estas:

a)    Jabes pidió en dos de ellas que Dios estuviera con él. En las otras dos solicitó protección y crecimiento. La enseñanza es que la única forma de lograr las metas de nuestra vida es que Dios este en ellas siempre. Sin la presencia de Dios somos un barco a la deriva.
b) Jabes sabía que no tenía nada que perder y mucho que ganar. Se presentó delante del único que podía atender y contestar su petición.
c) Jabes aprendió que el pasado no nos puede condicionar, porque existe alguien que cambia nuestro presente para mejorar nuestro futuro.
d) La distancia de una oración contestada, se encuentra en la fe que se tenga para recibir lo solicitado.

Una última enseñanza. La escritura habla poco o nada del dolor de Jabes y de sus necesidades. Dios habla de lo que había hecho por él. “Jabes fue más famoso que sus hermanos, y su madre le puso por nombre Jabes, porque dijo: "En verdad lo he dado a luz con dolor." 1º. Crónicas 4:9 DHH. Dios inicia la historia de Jabes con el premio otorgado al final de la oración hecha por este hombre: “Y le otorgo Dios lo que pidió”

No dudes que Dios escucha nuestra oración. Él es quién hace los milagros. Él es quién contesta y nos lleva a otro nivel de vida.

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