“Ámense sinceramente
unos a otros. Aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno.” Romanos 12:9
El
amor verdadero no conoce límites para entregarse, barreras para frenarse o intrigas para derrotarlo. Sólo el amor dijo
el apóstol Pablo “nunca deja de ser” y
esto nos fortalece. Una persona con una buena vida, a pesar de los rechazos,
entrega su amor sin interés y aunque no coseche en el mismo campo donde sembró,
segará en muchos otros campos.
2. Sanar nuestra Estima.
“no puedo
menos que pensar: «¿Qué somos los mortales
para que pienses en nosotros y nos
tomes en cuenta?»” Salmos 8:4
Dios ha dotado al ser
humano de un valor incalculable, al crearnos y darnos la redención. Es por
ello, que debemos cuidar nuestra vida del orgullo, porque todo lo recibimos por
la Gracia de Dios y dependemos 100% de Él. Lo vital: el aire, la salud, la paz reside
en Él. Lo demás, es añadidura.
Así también, debemos
luchar contra la desvalorización, debido a un pasado conflictivo, pobreza o
abusos. Nuestra descendencia o el lugar que nacimos no asigna un valor, ya que
no somos objetos. Se debe tener un equilibrio, reconociendo con humildad
nuestras fortalezas y debilidades y sanar nuestra estima.
3. No Rendirse jamás.
“Hermanos, yo sé muy
bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que
ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer.
Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que
Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo.” Filipenses 3:13-14
La vida está llena de barreras y dificultades que
solicitan entregarse un poco más por demolerlas. Para ello, debemos evitar frustrarnos
por las derrotas del pasado y la incertidumbre del futuro. Los problemas han
sido creados para resolverse y con un corazón dispuesto y decidido, son fáciles
de vencer.
4. Tener claro el propósito de Dios
para nuestra vida.
“Dios mío, tú
cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me
hiciste. ¡No me abandones!” Salmos 138:8
No hay nada más
estimulante en la vida que tener un objetivo. Esto nos hace quitar la vista de
lo trivial y ayuda a ver lo importante. Por lo cual, es importante mantener una
comunicación clara y constante con Dios, leer sus instrucciones y avanzar según
lo determinado, sin apartarse de Él ni a derecha o a izquierda.
“La vida de los hombres
buenos brilla como la luz de la mañana: va siendo más y más brillante, hasta que alcanza todo su esplendor.” Proverbios 4:18
Cuando los seres
humanos nos acomodamos empezamos a morir. El tiempo nos parece largo. Ya no hay
retos. No hay pasión. No debemos perder las ganas de encontrar a Dios, sumergirse
en su presencia, disfrutar su compañía. Teniendo una relación fiel, se nos adherirá Su carácter, consolidará el cambio que empezó en nuestra vida hasta hacernos
crecer a Su estatura. Recordando las palabras de Pablo que dijo: “Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y
estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva.”
Filipenses 1:6
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