Regla No. 5:
El gallo proclama buenas noticias: Acaba de amanecer. Ante ti tienes por
estrenar un nuevo día, lleno de magníficas oportunidades.
Aplicación
No. 5: Estar motivado siempre al
máximo, produciendo en otros una actitud positiva, fe y palabras de vida.
La
misión de Dios para nuestra vida debe motivarnos a enfrentar el día a día. El
salmista expresó una excelente frase que debe medir nuestra alegría por tener
una nueva oportunidad de gozar de 24 horas de vida: “Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él.” Salmos 118:24”
Muchas veces no podemos
gozarnos. Cuentas que pagar. Enfermedades que parecen apoderarse de todos los
miembros de la familia. Peleas. Enojos. Dificultades. Todos ellos parecen ser
“asfixiadores” del gozo y la motivación.
Sin embargo, debemos tener
algo muy en claro y es que cada día es una oportunidad de vencerlos y lograr
mejorar; pero muchas veces vemos el lado opuesto: Un nuevo día es otro día de
fracaso y de preocupación. Por lo cual, es necesario cambiar de perspectiva y
la única forma de hacerlo es mirando hacia el cielo: “Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro?” Salmos
121:1. La perspectiva se cambia, según el lugar que busquemos ayuda.
Es probable que recuerde su
niñez. Teníamos hambre, buscamos el rostro de nuestros padres. ¿Una tarea
difícil? Los padres dispuestos a ayudar. ¿Dificultades en el amor? Una plática
con nuestros padres parecía ayudar en gran medida con la solución. Por ello
hemos perdido la alegría del nuevo día. Luchamos por nosotros. Vivimos para
nosotros. Nos hundimos en nuestras miserias, porque con nuestras fuerzas no
logramos alcanzar lo que queremos y terminamos sentados como espectadores de la
vida en lugar de ser protagonistas. ¿Cuál es la razón?
Antes de contestar la pregunta
anterior. ¿Se imagina un bebé luchando por cambiarse su pañal?, ¿trabajando por
comprarse su ropa? Difícil de imaginar, pero pasa frecuente en nuestra vida.
Dejamos a Dios a un lado y tratamos de luchar por nosotros mismos. Lo cual nos
frustra y nos deja muchas secuelas. Y eso contesta nuestra pregunta. La razón
por la cual el ser humano pierde la alegría por un nuevo día y pierde la
esperanza del futuro es porque ha dejado a Dios a un lado.
En ese sentido, para recuperar
la motivación, para proclamar buenas noticias todos los días, para ver las
oportunidades que se nos presentan debemos ver a Dios y dejar que el nos
oriente por el camino. No nos dará el camino, simplemente nos llevará y nos
aconsejará qué es mejor para nuestra vida.
Otro punto, es caminar con fe.
Sepultar la duda y proclamar victoria. No sólo es positivismo o declaraciones
positivas, para engañar al cerebro y hacer creer algo. No, la fe no es eso. La
fe es llamar las cosas que no son como si fuesen. Es ver con los ojos del
Espíritu. Es poder observar a Dios trabajando y esperar cuándo el diga: ¡Está
listo! Y tomarlo en ese momento.
Y para terminar, hablar vida.
Mientras el mundo se tiña de desesperanza y desconsuelo, somos llamados a tener
palabras de vida y eso sólo se logra llenado el corazón de confianza en Dios.
Eso nos fort alecerá en gran medida y logrará desarrollar en nuestra vida una
actitud positiva, que impacta en todos los demás y nos ayudará a que nuestras
palabras siembren y no desechen. Promuevan esperanza. Influyan positivamente en
los demás.
Por ello, el gallo nos debe
dar una lección. Este animal anuncia que la oscuridad termina y empieza lo
mejor. Eso es nuestro trabajo siempre.
Versículos
de aplicación de la Regla:
“Por eso, aunque
pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones,
pero no perdemos la calma. La gente nos
persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen.” 2ª
Corintios 4:8-9
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