La Palabra de Dios: El Propósito en Nuestra Vida. (Nos Instruye en Justicia) No. 4 ¡Nuevo!!


 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,” 2ª Timoteo 3:16

Hay normas para todo. Desde la mejor forma de tomar té hasta para las guerras. Desde un saludo hasta el manejo de las finanzas. Todas sirven con un propósito: Regular nuestra conducta. ¿Por qué?

Hemos nacido manchados por el pecado. Por un error de Adán y Eva ahora todos fallamos. Todos nos enojamos. Reclamamos justicia. Gritamos. Odiamos. En fin. Nadie nos enseña a mentir o a ocultar un vaso roto. No hay un manual para bebés (si pudieran leer) que les enseñe golpear a otros niños o a hacer berrinches. Simplemente es esa parte del ADN de la conducta humana que necesita ser regulado.

Y las Escrituras toman nuevamente importancia. 2ª. Timoteo 3:16 nos dicta que ella es capaz de enseñarnos la verdad sobre la salvación, la vida y nuestro futuro. Hace ver nuestra condición actual y que cosas necesitan ser mejoradas de nuestros pasos. Si ya cometimos el error nos corrige con amor y rectitud y para terminar nos enseña a hacer lo correcto.

Hacer lo correcto.
Una vida de rectitud.
La mejor manera de vivir.

Nadie jamás se ha sentido culpable por hacer lo correcto. Puede ser una decisión complicada y generar un conflicto entre mi conveniencia y lo apropiado, pero jamás deja insatisfacción ni remordimiento.

Y ese es el tesoro de las Escrituras. No nos muestra súper hombres o súper mujeres que hicieron bien todo. Nos muestra los aciertos y los desaciertos. Los deslices, flaquezas y tropiezos; así como las buenas decisiones, la rectitud y la integridad de los hombres de Dios. Así como nos muestra a José que fue fiel, trabajador y amaba a Dios, nos conduce ante la vida de Jacob, llena de engaños, luchas, astucias y trampas, mostrándonos las consecuencias de sus actos. Huir de su hogar luego de haber engañado a su padre. Estafó a su hermano y su Tío Labán lo estafó a él. Le dio una hija que no quería y le quería dejar sin ovejas. 21 años de trabajo duro, por un plato de lentejas, “tratando de apresurar” la promesa  de Dios.
 
Y así otras historias. La fidelidad de Daniel. Lo llevó a ser parte del consejo de ministros de algunos de los más grandes reyes de la historia de la humanidad. Nabucodonosor, Darío, Ciro son algunos reyes que escucharon los consejos de Daniel. Otra más. La impulsividad de Sansón. Nacido bajo la promesa de Dios, su nacimiento fue anunciado por el mismo Ángel del Señor. Con una misión por cumplir y ser alguien especial, era capaz de acostarse con rameras, tomar vino, tocar cosas inmundas olvidando su llamado y sufriendo la burla de sus enemigos, el engaño de una mujer y la destrucción de su propia vida.

¿Qué nos indica esto? Que la Palabra de Dios quiere ser el manual de instrucciones. Nos muestra los dos lados de la vida. Lo bueno y lo malo. Lo que edifica y no edifica. Nos expone los beneficios de una vida recta y las consecuencias de nuestros errores. Revela la mejor manera de vivir y tener paz, tranquilidad y armonía. Nos conduce a la salvación de nuestra vida y por ende, a eso que el hombre trata de llenarlo con el éxito, el dinero, la fama, con la plenitud y es la felicidad. La felicidad no es más que saber que podemos vivir con Él por la eternidad. Lo demás, es añadidura.

“Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que éste ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien.” Josué 1:8

¿Qué nos pide?
Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes.  Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente como señales,  y escríbelos también en los postes y en las puertas de tu casa.” Deuteronomio 6:6-9

Es decir, que en todo lugar que nos encontremos,
Que cada decisión que tomemos,
Que cada acto que hagamos,
Que cada pensamiento que tengamos,
Cada situación que afrontemos,

Sea filtrada por lo que ella dice. En ella está la Palabra de Dios, esa palabra que jamás nos mentirá, que nos muestra la ruta perfecta, enseña sus estándares y nos modela la vida a la manera de Cristo, la cual:

a) Cumple el propósito de Dios:
“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:8
b) Vive en comunión con su Padre:
“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.” Sn. Lucas 6:12
c) Vive bajo los estándares de rectitud e integridad:
“El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios.” Hebreos 4:15

d) Desecha el bienestar propio:
“Y al ver la gran cantidad de gente que lo seguía, Jesús sintió mucha compasión, porque vio que era gente confundida, que no tenía quien la defendiera. ¡Parecían un rebaño de ovejas sin pastor!” Mateo 9:36
 
e) Sirve a su prójimo:
“Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.” Mateo 14:14

f) Predica con el ejemplo:
“Todos estaban admirados de sus enseñanzas, pues cuando les hablaba, lo hacía con autoridad, y no como los maestros de la Ley.” Sn.  Marcos 1:22
g) Transforma la vida de otros:
“Yo les he dado el ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo.” Juan 13:15
h) Ama:
“Faltaba muy poco para que empezara la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que se acercaba el momento en que dejaría este mundo para ir a reunirse con Dios, su Padre. Él siempre había amado a sus seguidores que estaban en el mundo, y los amó de la misma manera hasta el fin.” Sn. Juan 13:1
i) Establece su prioridad:
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33

Y para finalizar, nos conduce a una vida de rectitud y nos muestra el camino de la salvación: JESUCRISTO. 

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