Luego esta la determinación que nos "permite tomar decisiones difíciles que tienen un gran riesgo." y para finalizar, en este post encontraremos la última palabra para lanzarnos a nuevos retos y esta es:
COMPROMISO
“Les dije, pues: Vosotros veis el mal en
que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el
fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.
Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y
asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y
edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.” Nehemías 2:17-18
Este es el pequeño discurso que Nehemías
brindó antes de iniciar una gran obra. Después de 70 años en el cautiverio,
Judá había quedado desolada y su muro destruido. El pueblo que retornaba
necesitaba protección, pero no había nadie quién tomará la decisión de cambiar
la situación.
Nehemías, el copero del rey, se involucra
en una odisea que probablemente no le tocaba dirigir. No estaba dentro de sus
competencias. No era sacerdote. No era funcionario. No era de la antigua
familia real de Judá. No era el indicado para todos, excepto para Dios. Fue Él
único que vio en este copero la pasión y la determinación. Cuando le cuentan lo
que ocurre, llora (pasión) y cuándo tiene la oportunidad le cuenta al rey sobre
su plan (determinación). Pudo llorar y decir: “voy a estar orando para que todo
mejore”, “primero Dios que todo se solucione” y acabar sus días en el palacio.
Sin problemas, sin oposición. Llevando una vida correcta y agradable a Dios y a
los hombres.
Sin embargo, opta por lo difícil. Se
involucra en el plan de Dios. Cede su puesto al rey y se encamina a su obra.
Con el visto bueno del rey llega a la ciudad con un paisaje desolador. Otra
oportunidad para rendirse. Dejar que otro lo haga, porque puede ser que se esté
entrometiendo en lo que no se debe.
Sin embargo, está involucrado en la
tarea. Llama a todos e impulsa a toda la población a que cambie su actitud y
les da una visión. Todos obedecen el llamado. Esta es la mejor parte. Cuando
todo va bien.
No obstante, el
involucrase genera dificultades, críticas, persecución, dudas, desánimo.
Críticas despiadadas, elucubraciones. Es parte del paquete. Personas que
criticarán tus intenciones y motivaciones, reprocharán la obra, dudarán de la
capacidad del líder, destruirán la confianza de los demás.
Es allí, donde el
carácter surge, el llamado se cuestiona y la resistencia recrudece.
Es allí, donde la
vida cambia y no deben cambiarse las convicciones.
Es allí, donde la
fe permite navegar y seguir el rumbo.
“Entonces yo le
envié contestación, diciéndole que no había nada de cierto en aquellos rumores,
sino que eran producto de su imaginación. Pues ellos
trataban de asustarnos, pensando que nos desanimaríamos y que no llevaríamos a
cabo la obra; pero yo puse aún mayor empeño.” Nehemías 6:8-9
Con
todos los impedimentos, después de 52 días de trabajo arduo, con oposición y
desánimo en medio, la obra es finalizada. “La reconstrucción del muro quedó terminada el día veinticinco del mes
de Elul. El trabajo duró cincuenta y dos días. Cuando
nuestros enemigos se enteraron de esto, los países vecinos tuvieron miedo y se
sintieron avergonzados, porque comprendieron que esta obra se había realizado
con la ayuda de nuestro Dios.” Nehemías 6:15-16
Pero Nehemías no
se quedó allí, una persona comprometida no sólo cumple, siempre da lo mejor y
hace una milla extra. Pidió perdón por el pecado del pueblo. Renovó la
adoración. Educó al pueblo. Limpió las malas costumbres del pueblo. Volvió el
corazón del pueblo a Dios.
Eso es el
compromiso. Tómalo como un estilo de vida y Dios siempre te recompensará y
dejarás una herencia de bendición a una familia, comunidad, iglesia o nación.
Estas tres
actitudes: PASIÓN, DETERMINACIÓN Y COMPROMISO pueden cambiar tu vida y la de tu
entorno. Sigue adelante.
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