Que no se
haga eterno:
El noviazgo es la transición entre la soltería y
el matrimonio; en ese sentido, tiene un propósito: es preparar un destino en
común para dos personas completamente diferentes, con culturas distintas y con
experiencias opuestas. Tiene un final: Es decir, una decisión de validar el
pacto a través del matrimonio o debido a las diferencias, continuar por el
camino de la vida en busca de la persona correcta.
Aunque parezca obvio, el noviazgo siempre debe
tener un tiempo prudencial para determinar la conveniencia de continuar con la
siguiente etapa. Un noviazgo demasiado corto puede generar problemas de falta
de conocimiento, comunicación y crecimiento, que puede llevar frustración al
matrimonio.
Sin embargo, tampoco debe ser demasiado largo. Es
muy probable que un noviazgo de más de 5 años no tenga el mismo sentido por el
cual inició y se enfrente a algunos de los siguientes problemas:
a)
Acostumbramiento:
Un
noviazgo demasiado largo sin que existan planes de matrimonio puede que siga
vivo porque es una costumbre el recibir visitas, estar pendiente, escribir
tuits o mensajes de texto.
Están tan acomodados a la dinámica del noviazgo
que les aterra pensar en formalizar la relación y ese miedo, no permite tomar
decisiones correctas. Además, el simple hecho de pensar en que ya son más de 5
años de relación y si se da por finalizada se puede generar mucho dolor en la
otra persona. Pero, esto es falso. Ambos son mitos dañinos que causan el mismo
dolor cuando se ha confundido el amor con costumbre o miedo.
Si tienes un noviazgo con esta sintomatología
debes tomar una decisión. No se le debe dar más tiempo. Es muy probable, que
habrá dolor por la separación, pero esto es mejor, si al final uno o ninguno
estaban interesados en el matrimonio. Quítate el miedo y sé franco(a).
Conversen sobre los planes a futuro y el valor que se le da a una vida juntos
en el corto, mediano y largo plazo. Luego toma una decisión, sobre si estás
interesado(a) en seguir esperando o prefieres continuar con tu vida.
Es por ello, que vuelvo al consejo No. 1 no tomes
decisiones precipitadas basadas en las emociones para que luego no llores por
el tiempo perdido o por no estar preparado a enfrentar un noviazgo con el
tiempo prudencial para prepararse.
b) El miedo
a la soledad:
El miedo a la
soledad es otras de las razones por las que hay noviazgos demasiado largos. Si
se termina la relación que tiene años y kilómetros recorridos pero sin destino
final, viene la depresión y el temor a envolverse en un tipo de relación que no
produzca un resultado.
En ese sentido, es necesario ser sensato y tener
la madurez necesaria para que un noviazgo no sea el centro de tu vida, que una
persona no reine y defina tus convicciones, sentimientos o estados de ánimos.
Que lo importante no es ser novio(a) de alguien, sino en prepararme para ser
una mejor persona, vivir para Dios y que Él te ayude a ser el complemento
perfecto de la persona que se convertirá en tu esposo(a).
c) El terror
al compromiso:
Vivimos en una era que el compromiso no es parte
del vocabulario de la sociedad. Los valores familiares se menosprecian y hay un
apego incesante a preocuparse por el “yo” y no por los demás. Las frases más
populares de los jóvenes es “ni loco me caso.”,
“el matrimonio es para los viejos”, “cuando tenga 35 años y tenga todo
cubierto (es decir, tenga casa, carro, muebles, entre otros) pensaré si es
válido casarme.”
Además, la generación actual le encanta la
libertad que le permite su edad. Sin embargo, los agobian las obligaciones
concernientes. En los años 70 a los 90, los jóvenes solteros buscaban la
libertad a través de irse de la casa e iniciar una nueva vida trabajando y
llevando la vida a cuestas.
Actualmente, los jóvenes prefieren vivir en la
casa de los padres, pero no por arraigo, sino por la comodidad que eso
representa. Comida gratis, vivienda gratis, servicios básicos gratis (a
excepción del pago de la conexión a internet y el TV por ca ble, por supuesto).
Sin compromisos, sin que nadie le pida nada. Con una novia(o) con el que salen
sin problemas y vuelven cada uno a su casa sin que ninguno de los dos piensen
en la cena, en reparaciones, en pagos y así se envuelven en un círculo vicioso
de comodidad.
Sin embargo, el compromiso es parte esencial de
la vida y en el punto en el que estamos tratando (noviazgo y matrimonio)
todavía más. El noviazgo sin destino es como dar vueltas por el centro
comercial sin comprar nada. Es como las termitas que dan vueltas en círculos si
sus túneles lo dictan de esa forma.
Si le tienes miedo al compromiso del matrimonio,
no puedes tomar de rehén a otra persona (novio/a) hasta que te encuentres
preparado. Debes tomar la decisión correcta en el momento correcto. Debes
definir tus prioridades adecuadamente y si en ellas no se encuentra el
matrimonio en las primeras cinco, no involucres en medio de ellas a un
noviazgo, porque para que sea lo mejor, te debes entregar para finalizarlo
correctamente. Estudia, prepárate, madura y veras que al final el terror al
compromiso se disipa.
Recuerda nunca estarás 100% preparado para el
matrimonio. Siempre te faltará alguna cosa material. Sin embargo, es importante
señalar que es mejor llevar la carga entre dos que uno solo.
d)
Relaciones sexuales pre-matrimoniales:
Otras de las razones más grandes por las que
algunos noviazgos son largos y sin destino es que ya hay relaciones sexuales
por medio. Se tiene una vida en común, con sexo ocasional, cuando se puede, sin
que nadie se dé cuenta.
Entonces, las expectativas del matrimonio son
rebajadas y ante tal situación la vida se convierte en un “trámite superficial
y engorroso” perdiendo totalmente su valor. Sin embargo, los noviazgos que
tienen relaciones sexuales antes del matrimonio están en pecado. La Biblia lo
llama fornicación.
Si uno de estos 4 faroles está encendido en tu
noviazgo debes revisarlo y tomar las acciones correspondientes para que tu
noviazgo no se convierta en eterno y al final siempre haya muchos daños
colaterales que afecten tu vida y tu futuro.
Versículos que te ayudarán:
“Todo tiene su tiempo, y todo lo
que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
Eclesiastés 3:1
“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla;
pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” Hebreos 13:4
“Porque
¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula
los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” Lucas 14:28
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