“Luego Dios
dijo: «No está bien que el hombre esté solo. Voy a hacerle alguien que lo
acompañe y lo ayude».” Génesis 2:18 TLA
El noviazgo es una etapa previa al matrimonio. Es
una etapa en la que un hombre y una mujer comparten sus vidas en las áreas:
mental y espiritual (jamás la física) para prepararse para casarse.
Hay miles de consejos, libros, escritos que
brindan ayuda en esta etapa de la vida. Es importante prepararse y crecer para
cuando llegue el momento (o ya te encuentres en una relación) evitar la
desilusión, desaliento y tristeza por no elegir correctamente a la persona
correcta.
1. No te
dejes llevar por las emociones y sentimientos:
Esta es la base para iniciar un buen noviazgo y
mantenerlo. Recuerda que en la juventud muchas veces se toman decisiones
apresuradas basadas en lo que siento o lo que percibo. Muy pocas veces se
piensan las decisiones. Sin embargo, debes priorizar tus decisiones y utilizar
un filtro: la fe, la razón, los sentimientos y las emociones. No debes darle
vuelta e iniciar con las emociones.
Si sientes afinidad por alguien, te agrada su físico
o su forma de ser no debes dejarte llevar por ello. No escuches solo una voz.
Escucha consejos sanos y coherentes. Construye una amistad firme sin buscar la
conquista. Dale tiempo a la decisión y trata de responder a las preguntas:
· ¿Estoy
preparado para iniciar una relación de noviazgo?
· ¿Mis
padres (si estas bajo su cuidado) estarán de acuerdo con el noviazgo?
· ¿Sólo
es enamoramiento o en verdad seré capaz de iniciar esta relación?
· ¿Me
quiero casar en el corto o mediano plazo?
Versículos que te ayudarán:
Escuchar consejo es necesario. No te dejes llevar por lo que
sientes
“Y su padre y
su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo
nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos?
Y Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer, porque ella me agrada.”
Jueces 14:3 RVR1960
Las consecuencias de decisiones precipitadas siempre se
pagan.
“Alégrate ahora que eres joven. Déjate llevar por lo que tus
ojos ven y por lo que tu corazón desea, pero no olvides que un día Dios te
llamará a cuentas por todo lo que hagas.” Eclesiastés 11:9 TLA
2. Que Dios
se convierta en el centro:
Hay muchos mitos sobre el trabajo de Dios o
cumplir su voluntad antes o durante el noviazgo, ya que le hemos dejado el
trabajo a Él.
“Dios me
dará un(a) novio(a) o Él me la(o) enviará” Dios no envía novia(o), es nuestra responsabilidad buscar
(esperar con sabiduría) y saber elegir (no buscar la idónea sino convertirse en
el idóneo de la otra persona). Este mito es una realizada para aquellos
perezosos que quieren que Dios haga todo por ellos y responsabilizarlo de cualquier
error que pueda suceder durante la relación.
Dios prepara el momento para que una pareja se
conozca y depende de cómo nos hayamos preparado mental y espiritualmente, es
que será la pauta para que sea exitoso o un gran fracaso. Es por ello que la
madurez y la responsabilidad deben aflorar en este momento.
“Dios no se
mete en esto” Dios te da
libre albedrío pero no lo debemos ocupar irresponsablemente. Él te da la
libertad de elegir, de que actos harás y que grado de participación tendrá
dentro tu relación. Dios será un caballero que tomará su lugar y esperará
cuando lo tomes en cuenta dentro de tu relación. La decisión es nuestra.
Puedes tenerlo como un detalle decorativo, el bombero,
el apaga problemas o el centro de tu relación, pero hay algo importante, jamás
te exigirá un puesto, respetando tu decisión, sin embargo, depende de qué lugar
ocupe en tu noviazgo él actuará.
“Dios
entiende que somos débiles” Claro que Dios nos entiende por eso mandó a su hijo a morir
por nuestros pecados, sin embargo, esto no es Licencia para pecar. Nuestro Creador ha sido claro en dejarnos
los límites establecidos, nos dejó un “Paracletos” una ayuda, apoyo y sostén
que nos aconsejará correctamente. Sin embargo, también, nos dio conciencia
entre lo correcto y lo incorrecto. No traspasemos las fronteras con falsa
modestia o por inocencia. Todo esto se da cuando Dios se deja a un lado y
actuamos conforme a nuestros deseos.
Estos tres son los mitos que más se repiten al
hablar de Dios y el noviazgo. Colocar a Dios en el centro del noviazgo no
significa sólo orar, leer la Biblia o mandarse mensajes cristianos vía Facebook
o Twitter. Esto es lo superficial. Es la “espuma de la Coca Cola”. Lo
importante es o que Dios sea el centro significa que:
a) Se está
construyendo un futuro matrimonio,
b) Que ambos
se comprometen a mejorar su relación o comunión con Dios, (tanto individual
como en equipo)
c) Que se
apoyen en su llamado,
d) Que toman
en cuenta a Dios ante una decisión trascendental,
e) Que
establecen un balance y fijan los límites correctos, según la palabra de Dios.
Con Dios en el centro, te permite construir, el
respeto mutuo, la construcción del amor y del cariño, nos aconseja a disfrutar
cada etapa, que te importe la otra persona, que vivas correctamente, al final,
puedes levantar tu cabeza y con integridad poder comenzar un matrimonio con la
bendición del Señor.
Versículos que te ayudarán:
“Allí el
mayordomo oró así:…permite que la
muchacha a quien le pida que me dé a beber agua de su cántaro, no sólo me dé
agua a mí sino también a los camellos. Así sabré que has sido bueno con mi amo,
y que ella es la mujer que has elegido para Isaac, quien siempre te
obedece en todo». Génesis 24:12,14
“Y el mundo
pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”
1ª Juan 2:17
... continuará....
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