¿Cómo lograr una vida mejor? 10 consejos actuales. (2a. Parte)



Mantén un buen humor. La sonrisa devela el gozo que hay dentro.  

Corazón alegre, cara feliz; corazón enfermo, semblante triste.”  Proverbios 15:13

La sonrisa tiene un poder sorprendente. Según estudios científicos, la risa o sonrisa genera enormes beneficios al ser humano, algunos de los cuales son los siguientes:

1)  Para el cuerpo:
-  Libera endorfinas y serotoninas (neurotransmisores) en el torrente sanguíneo que reducen los dolores y mejoran el sistema inmunológico.
-  Reduce el colesterol de la sangre, al reír mucho.
-  Al reír se mueven 400 músculos del cuerpo, algunos estudios manifiestan que 20 segundos de risa equivalen a tres minutos de ejercicio físico.
-  Cuando se ríe, el diafragma origina un masaje interno que ayuda a mejorar la digestión, ayuda a reducir ácidos grasos y otras sustancias del cuerpo y puede ayudar a reducir el estreñimiento.
-  Oxigena la sangre, permitiendo que la piel luzca tersa y joven.
2)  Para la mente:
-  Ayuda a mejorar la estima y seguridad.
-  Nos ayuda a ser agradables.
-  Equilibra el humor.
-  Nos ayuda a ser más optimista y entusiastas.

Salomón uno de los hombres más sabios, escritor de dos libros que aparecen en nuestro canon sagrado, conocía que el buen humor y tener un excelente estado de ánimo ayudaba a mejorar la calidad de vida. Citas como:

Al enfermo lo levanta su ánimo, pero al ánimo decaído, ¿quién podrá levantarlo?”  Proverbios 18:14 DHH

“El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos.” Proverbios 17:22 DHH

La angustia causa tristeza; pero una palabra amable trae alegría.” Proverbios 12:25 TLA

Estos versículos ayudan a entender lo importante de tener una actitud positiva y una sonrisa en nuestros labios. No hemos sido llamados a ser solemnes, serios o taciturnos. Todo lo contrario, somos llamados a mantener el gozo y la alegría, aún en dificultades.

Desde un punto de vista personal, muchas veces nuestro mal humor se debe a nuestra falta de comunión con Dios. Nuestras cargas se vuelven más pesadas, los problemas aparentan mayor tamaño, ocupamos más el tiempo en preocuparnos, nos irritamos con facilidad, no disfrutamos de las pequeñas o grandes satisfacciones que Dios nos permite vivir. Saúl es un claro ejemplo de ello. Del capítulo 10 al 31 del primer libro de Samuel nos habla sobre el reinado de este primer hombre que capitaneó al pueblo judío en la Tierra Prometida. De Origen humilde, pero de gran presencia, al llegar a ocupar su puesto e inicio sus primeras actividades y ser desobediente su vida y su humor cambió. Maldice a su hijo por probar miel mientras luchaba contra los filisteos. Desea matar a David con una lanza. Lo persigue por todo su reino procurando su mal. Desde la aparición de David en escena, la amargura de Saúl creció exponencialmente, hasta llegar a quedarse solo y perder la comunión con Dios. El gran error: Sacar a Dios de su vida. Desterrarlo a ser una ayuda en los momentos de prueba y problemas, en lugar de darle el lugar que le correspondía.

El fin de Saúl describe su error. Muerto en batalla. 40 años de reinado, pero con mucha amargura y tristeza en su corazón. Luchando contra sus malas decisiones. Despreció a Dios y el Señor, se buscó a un hombre diferente. Un hombre que en las grandes victorias, como en las grandes derrotas tuviera gozo, que se aferrará a su Dios, que lo amará con pasión y determinación. Un hombre que no estuviera motivado por las circunstancias, sino por su comunión. Por eso no seas esclavo de las circunstancias. El dinero que hay en tu bolsa no debe ser la única motivación. Las victorias logradas no deben ser lo que te haga sentir felicidad o alegría, porque si dependes de ello al 100% cuando no las tengas en tus manos, habrá una enorme frustración.

Es por ello que ríe. Disfruta la vida que Dios te ha regalado. Que al llegar al trabajo, iglesia o cualquier lugar siempre haya una sonrisa en tus labios, porque sabes que Dios va contigo y jamás te dejará. Que sabes que el Señor tiene pensamientos de bienestar para tu vida. Pero no porque lo has leído o lo hayas escuchado de otros, porque durante el día te has tomado el tiempo de comunicarte con Dios y tienes la seguridad que va a tu lado.

La sonrisa debe tener una causa. Esa, es divina. Viene del cielo y así es difícil que la quiten de tu rostro. Que los demás vean en ti la alegría de vivir y que cada nuevo día son 24 oportunidades y no tristezas. Que la actitud positiva no se aparte de tu corazón y así serás una luz de optimismo para la familia, amigos, compañeros y personas con las que te encuentres en la vida.

¿Cómo empezar? Sonríe a la primera persona que veas hoy, salúdala con cortesía. Si usas transporte colectivo, cede tu asiento. Trata bien a quién sirve tu almuerzo. Ten una palabra de aliento para alguien. Mira el firmamento por la noche y observa la belleza de la naturaleza. Sal de tu tienda de campaña donde te han encerrado tus problemas. Hay miles de oportunidades de empezar un nuevo estilo de vida. Pero jamás te olvides de consultar la única y verdadera fuente del gozo, alegría y la sonrisa: nuestro Señor Jesucristo. Lo demás, será pasajero, lo que Él te proporciona será Eterno.

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