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Hacer lo correcto es sinónimo de lucha por vivir con libertad. Trata de que podamos entender que es mejor ser honesto, honrado y leal que ser hedonista y vivir para sí. Cada día debemos mejorar y esto es lo que contempla los últimos 5 puntos que se estudian para hacer lo correcto:
5. Siendo
ejemplo de pureza:
“Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en
todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo
que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser
alabado.” Filipenses 4:8 TLA
Debemos cuidar
nuestros pensamientos y lo que entra a nuestra mente, recuerda que la pureza de
nuestras palabras y acciones, se basan en la calidad de pensamientos que se
tengan. Además, hay una promesa de parte de Dios si caminamos por la senda de
la pureza y rectitud: “Si tú actúas con pureza y rectitud, él velará por ti, y te dará el hogar que justamente mereces.” Job 8:6
6. Llenos de Su
Espíritu Santo:
“El Espíritu
de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce;
pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” Sn.
Juan 14:17 RVR 1960
El
Espíritu Santo será tu coach en el andar por lo correcto. Caminará contigo,
verá lo que te gusta hacer y ver, los lugares que te gusta frecuentar, tus
sitios web preferidos, no te abandonará ningún instante, te hará ver lo malo,
lo incorrecto y lo destructivo para tu vida. Entre más cerca este de ti,
tendrás fuerzas para conducirte en la honestidad. Escucha su voz y aplica sus
consejos para que cada día logres triunfar sobre la tentación y el pecado.
7. Con aprendizaje
continuo:
“Pon tu cuidado y tu atención en estas cosas, para que todos
puedan ver cómo adelantas.” 1ª Timoteo 4:15 DHH
Alguien dijo una vez: “Una
mente desocupada, taller de Satanás.” Debemos aprovechar el tiempo, seas niño,
joven, adulto o anciano, es necesario mantenernos activos en el aprendizaje y
el crecimiento espiritual, leer y reflexionar sobre las Sagradas Escrituras,
tomar lecciones de vida, escuchar consejos sabios, tomarnos el tiempo para
hacer algo productivo que tenga un provecho presente o hacia el futuro. Nunca
es tarde para estudiar, para iniciar una carrera, un nuevo trabajo, aprender un
nuevo oficio, tomar un ministerio y servirle a Dios. Esto nos ayudará a crecer
y ser bendición para los demás.
8. Perfeccionando
nuestros dones:
“No descuides los dones que tienes y que Dios te concedió cuando,
por inspiración profética, los ancianos de la iglesia te impusieron las manos.”
1ª. Timoteo 4:14 DHH.
El talento no es
suficiente, sino hay esfuerzo, dedicación y tenacidad. Muchos atletas dedicas
miles de horas para participar en eventos que duran minutos o segundos, pero
esto no los detiene para mejorar su condición física. Así que si Dios te ha
entregado una habilidad o una destreza, no descanses en ser lo suficientemente
bueno, sino que trabaja y esfuérzate por llevar todo
a la excelencia. El Predicador (probablemente salomón), autor de Eclesiastés
escribió: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo
según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni
ciencia, ni sabiduría.” Eclesiastés 9:10 RVR1960
9. Permaneciendo
firmes en la prueba y la tentación:
“No hay otro
mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto
tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra
Dios?” Génesis 39:9 RVR1960
La fidelidad te dará el carácter necesario para
negarte a hacer algo indecente. El respeto será tu escudo contra hacer daño a
alguien. Las decisiones correctas te ayudarán a salvaguardar tu corazón de las
consecuencias de hacer algo incorrecto. Es por ello que debemos ser firmes en
cada paso, recuerda lo que el apóstol Pablo le escribió a Timoteo: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder,
de amor y de dominio propio.” 2ª. Timoteo 1:7 RVR 1960
10. Logrando una
mejora continúa
“La vida de
los hombres buenos brilla como la luz de la mañana: va siendo más y más
brillante, hasta que alcanza todo su esplendor.” Proverbios 4:18 TLA
No te fíes de los avances logrados. No te descuides nunca de
seguir buscando ser mejor. Porque de la confianza en tus fuerzas vienen las
flaquezas. Traza un plan que te permita identificar las áreas débiles y puedas
tomar acciones para seguir
perfeccionando tu vida. En el libro “Las Arenas del Alma” Dante Gebel, nos deja
una historia que nos ayudará a concluir este tema:
“Hace poco me contaron una historia fascinante y conmovedora. Se trata de un
joven que cuando era niño había perdido su brazo izquierdo. Pero un día, al
llegar a la adolescencia, decidió que quería practicar judo.
Sus familiares
trataron de persuadirlo, diciéndole que no podía practicar artes marciales
siendo manco. Pero al muchacho no le importó la imposibilidad. En lugar de
enfocarse en lo que no podía hacer, puso todos sus sentidos y su energía en
aquello que sí podía hacer: practicar judo con solo el brazo derecho.
Al poco tiempo había
logrado sorprender a su mismo entrenador, al pedirle participar en un torneo
regional. Para sorpresa de todo el mundo, este muchacho logró ganar el
campeonato y ser el mejor en su categoría.
Un periodista le
preguntó cuál era el secreto por el cual había ganado, a pesar que contaba con
un brazo de menos que el resto. El joven respondió:
– Dado que tengo la
imposibilidad de un brazo, tuve que concentrarme en trabajar muy duro en la
gran mayoría de los ejercicios.
A diferencia de otros, sé que no puedo permitirme errores. Así que, como
soy consciente que cuento con menos recursos que la mayoría, tengo que lograr
la perfección en lo que hago. Pero el gran secreto –dijo en tono cómplice– es
que la única manera que tiene el contrincante para vencerme, es tomándome del
brazo izquierdo.
Increíblemente, este muchacho había logrado hacerse fuerte, justamente, en
su misma debilidad. En lugar de sentarse a llorar y reclamarle a la vida el
porqué ya no tenía su brazo izquierdo, trató de esforzarse al máximo, sacándole
utilidad a lo que se suponía era su defecto.
Es que todos, sin
excepción, tenemos una debilidad con la que hemos de tener que luchar por lo
que nos reste de vida. El gran secreto es la manera en que reaccionamos a ella.
La actitud que tomemos en esos momentos críticos es lo que hace que crucemos el
desierto en tres semanas, o en cuarenta años.”
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