10 Consejos Actuales: Moldea tu carácter. ¿Cómo Lograr Una Vida Mejor? (Parte 1 de 2)



 a)    Moldea tu carácter.
Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.” Proverbios 25:28 TLA

Todos anhelamos una vida mejor. En este viaje por la vida anhelamos evitar el sufrimiento, lograr muchos triunfos y disfrutar de una vida larga, placentera que nos permita gozar de enormes satisfacciones. Todos lo anhelamos. Estamos sedientos de felicidad. Peregrinos en el mundo. Viajeros en busca de paz. Caminantes en busca de un hogar. Transitamos en un camino lleno de aprendizajes que nos llevan a errores y aciertos. Lo debemos aprender a disfrutar. Hay más de 10 consejos para tener una vida mejor, sin embargo, los tratamos de sintetizar. 10 reflexiones. 10 propuestas para que podamos disfrutar de una vida plena. 10 aforismos que nos permiten revisar nuestra vida, tomando un serio compromiso con aquello que no hemos hecho, que hemos dejado de hacer y aquello que deseamos hacer.

Somos seres gregarios. Necesitamos estar en contacto con los demás. Así que en este mundo lleno de redes que nos distancian de las personas que amamos y que disfrutan nuestra presencia: No pierdas la conexión. Disfruta con libertad la compañía de los demás. Esto elimina lo superfluo. No des “likes” a tus hijos, LLÉNALOS de motivación y cariño. Eso al final del tiempo, los hará felices.

Además, aprendimos que nada le hace más daño a la amargura que una carcajada. Que el negativismo se vence a través del buen humor y que una vida feliz es aquella que no se separa del gozo que Dios nos da.

Y así muchas cosas más. Una vida mejor se alcanza cuando logramos estar motivado y sin perder el enfoque que una meta clara, específica, alcanzable y medible nos brinda, esto es, cuando vivimos el ahora, preparando el futuro. También, la belleza del amor, esa capacidad de sufrir, soportar, cuidar, esperar, dar sin esperar nada a cambio que en lugar de acabarse, entre más lo repartimos más crece en nuestra vida.

Asimismo, el hacer lo correcto. Un corazón integro te libra de consecuencias de malas decisiones. Perdonar, esa capacidad de enfrentar el dolor, dejarlo atrás y empujar hacia adelante, tomando el ungüento necesario para sanar un corazón y evitar que el odio, orgullo y la amargura tomen control de nuestra vida. Cuando logramos esto, nuestra vida está libre y podemos utilizar nuestra energía y talentos en cumplir el propósito de Dios y abrir caminos nuevos con fe, que nos llevará a depender de nuestro Señor y ser más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Así, llegamos al último eslabón de la cadena. El carácter. Nada puede cambiar si no se transforma el interior. Nada se arregla si la mente no se reforma. Nuestra sociedad no se renovará hasta que no tomemos la decisión individual de rectificar nuestros pasos. Pablo nos deja este precepto para caminar por esta vida y moldear nuestro carácter: No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios transforme su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán entender y aceptar lo que Dios quiere para ustedes y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él.” Romanos 12:2 PDT. Ese  cambio sólo sucede a través de un trabajo interno. Tal como un gran científico, que vivía muy preocupado con los grandes problemas de este mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba largos días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su pequeño hijo de 7 años invadió su “santuario” decidido a ayudarlo a trabajar.
El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño de favor que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, ¡justo lo que precisaba!
Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:
“Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar esta imagen para que la repares pero sin ayuda de nadie”.

Entonces el científico calculó ingenuamente que al pequeño le llevaría mucho tiempo acomodar el mapa, pero no fue así.
Pasadas algunos minutos, escuchó la voz del niño que lo llamaba. ¡Papá, papá!, ¡ya hice todo!, ¡conseguí terminarlo!

Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.
Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.
¿Cómo era posible?, ¿Cómo el niño había sido capaz? De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo:
– Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
– Papá, respondió el niño; yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era. “Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo”.
La moraleja de esta historia es: no busques la solución en otro lugar, toda reparación debe iniciar en el corazón, el alma y el cerebro. Cuando se trabaja internamente, el exterior se ve con nuevos bríos. Sin embargo, en muchas ocasiones, nuestro carácter no cambia debido a pensamientos que dejamos que se alojen en nuestro corazón y se convierten en algo que este servidor llama: “verdades falsas”. Esas “verdades falsas” son las siguientes:

a) “Yo no puedo cambiar, deben de quererme tal como soy.”
“Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese.” Filipenses 1:6 DHH

Dios desea moldearnos a su imagen y semejanza, desea llenarnos de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza; pero es nuestra decisión hacer un examen de nuestras acciones, pensamientos y actitudes, para identificar aquello que nos destruye, que demuele nuestras relaciones interpersonales y que no nos permite desarrollarnos, de tal forma que el “así soy yo” debe ser cambiado por “quiero ser como Jesús.”
 
b) “No necesito cambiar, así estoy bien.”
«¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. Yo, el Señor, lo afirmo.” Jeremías 18:6 DHH

Uno de los primeros indicadores de que tenemos mal carácter es la negación, en la que todo lo malo proviene de afuera y todos necesitan cambiar su trato, cuando nuestra vida es la equivocada. Cuando nos entregamos en las manos de Dios, él nos desea cambiar, hacer una nueva figura para cumplir su propósito, pero en la medida que nos obstinamos, el proceso será más lento, difícil y duro, que en muchas ocasiones lo confundimos como un castigo, no obstante, es una muestra de capricho que sólo nos llevará a dificultades en nuestro crecimiento espiritual.

Continuará.... ¿Cómo moldear  nuestro carácter?

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