Vivir
en modo “piloto automático” te hará perder los mejores momentos de la vida.
“Dios
nos ha dado la conciencia para que podamos
examinarnos a nosotros mismos.” Proverbios 20:27
Muchos
vivimos en piloto automático. Despertar - Trabajar – Descansar - Dormir son los
cosas durante toda una vida. Si calculamos la vida en promedio de 80 años, sólo
tenemos 280,000 horas productivas y 560,000 dedicas al descanso, transportarse,
comer y otras cosas ociosas. Es decir 1/3 de nuestra vida nos queda para realizar
cosas que pueden transcender para futuras generaciones. Muchos hemos dejado de
creer por el fracaso. La frustración por la derrota nos ha llevado a llorar en
una acera de la calle de la vida y dejar que el tiempo pase. Hemos dejado de
soñar. Hemos perdido la pasión juvenil de cambiar el mundo y nos hemos dado
cuenta que probablemente no nos convirtamos en presidente, diputado o alcalde.
Mucho menos jefe de un área. Nos enclaustramos en un mundo de cuentas por
pagar, de crítica y rechazo; además, empezamos a usar las dos palabras más
asesinas del ser humano: “hubiera” y “nunca podré”.
Así
pasamos por la vida. Admiramos a los que tomaron la decisión de salirse de la
zona de confort, aplaudimos sus triunfos y sus éxitos, mientras la vida pasa
frente a ese sillón que nos cuesta mucho salir. Nos perdemos los momentos más
memorables de nuestra familia y en muchos casos, hasta perdemos el amor de
nuestra esposa, el afecto de nuestros hijos. Todo por decidir vivir en
automático.
Probablemente
parezca un pensamiento humanista esto. Sin embargo, piensa por un momento en
estas palabras de Dios a hombres de la Biblia
que admiramos por su entereza, valor e integridad:
“El
Señor le había dicho a Abram: «Deja
tu patria y a tus parientes y a la familia de tu padre, y vete a la
tierra que yo te mostraré.” Génesis 12:1 NTV
“Mi
siervo Moisés ha muerto. Por lo tanto, ha llegado el momento de que guíes a este
pueblo, a los israelitas, a cruzar el río Jordán y a entrar en la
tierra que les doy.” Josué 1:2 NTV
“Entonces el ángel
del Señor
se le apareció y le dijo:
— ¡Guerrero
valiente, el Señor
está contigo!
Entonces el Señor lo miró y le
dijo:
—Ve tú
con la fuerza que tienes y rescata a Israel de los madianitas. ¡Yo soy quien te
envía!” Jueces 6:12; 14
Dios
los sacó de la vida en automático que llevaban. Abraham era rico e iba a morir
con muchas posesiones y una gran familia, no obstante, Dios le cambió su
historia para que de su simiente viniera la salvación del mundo. Su vida nos
enseñanza que el éxito no está en la cantidad de dinero y posesiones que
logremos acumular, sino en la capacidad que tenemos de cumplir el propósito de
Dios.
Josué
fue guerrero toda su vida, nunca se imaginó que Dios tenía planes diferentes
para su adultez, por lo que nos enseña a disfrutar nuestras etapas de
entrenamiento por duro que parezca, por difícil que sea, toda obra, trabajo y
formación, nos ayudará a tener un carácter firme, a tener un liderazgo con
propósito y a incrementar nuestra fe en nuestro Señor. El éxito no está en la
cantidad de victorias, sino en todas las ocasiones que dimos lo mejor para
nuestro Dios.
Gedeón,
fue literalmente librado del piloto automático. Dios lo llama a liderar a una
seudo-nación que está bajo el poder de los madianitas. El temor, la baja estima
y el pensamiento de esclavitud lo llevaron a creer que no era capaz de cumplir
el objetivo de Dios. Sin embargo el Señor tenía otras cosas en mente. Con 300 hombres destruyó un ejército de
135,000 soldados. 450 veces mayor. 450 soldados de Madián por cada israelita.
Con lo que podemos aprender que mientras tu pueblo (nación) tiene miedo y
tienes el valor de levantarte a trabajar, a dar el mayor de los esfuerzos, a
dar un poco de lo que sabes, tienes o puedes hacer, Dios puede tenerte en mente
y llevarte a grandes victorias.
Tres
ejemplos claros que nos instruyen a derribar muchos argumentos de que no somos
capaces, del miedo y la baja estima. Muchas veces esto es lo que nos hace vivir
de esa forma. Alguien dijo una vez: “Vivir no consiste en respirar, sino en
obrar.” Respirar es lo más fácil, obrar nos pide tiempo, esfuerzo y dedicación.
No podemos dejar pasar más tiempo. Nuestra familia necesita un padre o madre
que no solo provea, sino que aconseje, guíe y levante un vallado por su
familia. Nuestra nación necesita integridad, valor y entereza moral. Somos
llamados por Dios.
No
vivas por la fama, la fortuna y el éxito
personal. Esto es nada más vanidad y aflicción de espíritu. Lo más valioso que
tienes es tu alma y tomar la decisión de la eternidad te abrirá las puertas de
la felicidad. La vida es muy corta para perderla en cosas vanas.
Por
eso utilizamos el proverbio siguiente: “Dios nos ha dado la conciencia para que podamos
examinarnos a nosotros mismos.” Examina tus pasos, las oportunidades perdidas, las enseñanzas
aprendidas, el camino recorrido, los errores cometidos, las victorias
alcanzadas, los sueños sepultados y renace. Entrega el control de tu vida a
Dios. Pide su consejo y guía, ya que “Podemos
hacer nuestros propios planes,
pero la respuesta correcta viene del Señor.” Proverbios 16:1 NTV y “Pon todo lo
que hagas en manos del Señor, y tus
planes tendrán éxito.” Proverbios 16:3 NTV. Esto hará la diferencia. Apaga el
piloto automático y entrega el volante de tu vida a Dios, él nos ayudará a
finalizar bien nuestra vida.
Recuerda
la vida no se trata de acumular pues al final nada nos llevaremos:
“Luego
me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para
muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’ Pero Dios le dijo: “¡Necio!
Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que
has trabajado?”.Sn. Lucas 12:19-20 NTV.
Recuerda
que el éxito no es la fama ni ser conocido por millones de gente, sino ser
admirado y amado por la gente más cercana.
“La
verdadera humildad y el temor
del Señor conducen a riquezas, a honor y a una
larga vida.” Proverbios 22:4 NTV
Recuerda
que la vida en esta tierra es efímera, tu eternidad es la mejor elección que
puedes hacer en esta vida. Prepara tu eternidad.
“—Así es —respondió Jesús—, y les aseguro que todo el que haya dejado casa o hermanos o hermanas
o madre o padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia recibirá ahora a cambio cien
veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y bienes, junto
con persecución; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la vida eterna.”
Sn. Marcos 10:29-30 NTV
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