El compromiso de la integridad:
“Camina en su integridad el justo; Sus hijos son
dichosos después de él.” Proverbios 20:7 RVR 1960
La
integridad es un desafío enorme para el hombre. En ella se establece una
relación directa con el comportamiento, las creencias y la forma de actuar. No
deja nada fuera, no permite vacíos en ella, exigiéndonos a cumplir cada una de
las aristas de la cual está conformada. Hay una ilustración muy buena que nos
permite ilustrar que la integridad es más que honradez, honestidad y buenas acciones:
Había una historia en un periódico años atrás sobre
un hombre de Long Beach que fue a comprar un pollo para él y la mujer que lo
acompañaba a una tienda de KFC (Kentucky Fried Chicken). Ella esperó en el
coche mientras él fue a recoger el pollo.
Sin darse cuenta, el gerente de la tienda entregó
al hombre la caja en la que había puesto las ganancias del día, en vez de la
caja con el pollo. Es que iba a hacer un depósito y lo había camuflado poniendo
el dinero en una caja de pollo frito. El hombre tomó su caja, volvió al coche,
y los dos se fueron. Cuando llegaron al parque y abrieron la caja, encontraron
que tenían una caja llena de dinero. Ahora bien, este era un momento muy
vulnerable para una persona común. Sin embargo, al darse cuenta del error, volvió
al coche y se dirigió al lugar y devolvió el dinero al gerente. Bueno, ¡el
gerente estaba alborozado!
Estaba tan complacido que dijo al joven:
"Quédate por aquí. Quiero llamar al periódico
para que te saquen la foto. Eres el tipo más honesto del pueblo".
"Oh no, ¡no haga eso!", dijo el sujeto.
"¿Por qué no?, preguntó el gerente.
El hombre tenía un alto grado de honradez, sin
embargo, al pasar por el escáner de la integridad su forma de vida era
incorrecta ya que estaba siendo infiel a su esposa. La integridad no nos
permite ser buenos en nuestros valores y vivir con desenfreno, no establece las
directrices para conducirnos correctamente por la vida sobrepasando los
obstáculos de los valores actuales del mundo, donde el hedonismo y el placer
predominan por sobre el bien común.
La integridad nos capacita y forma el carácter para
tomar decisiones para nuestro bien sin afectar a los demás, infunde el valor
suficiente para evitar tener una doble vida y frena la oportunidad que nuestro
orgullo y soberbia gobierne nuestro ser, destruyendo lo que somos y el legado
que podemos dejar a nuestra familia.
Este legado es el más importante porque permite tener
una vida honorable y sin señalamientos. Nuestros hijos pueden heredar dinero,
bienes, terrenos y otros objetos materiales que le permitan vivir con cierto grado de tranquilidad financiera,
sin embargo, una vida de integridad de parte de los padres les hará tener paz y
mayores oportunidades de triunfar en la vida.
El sentimiento de orgullo por tener una familia
correcta e integra es la mejor huella que puede quedar en el corazón de
nuestros hijos y será imborrable en su mente, lo que permitirá probablemente
que nuestro hijo replique este estilo de vida y lleve a una vida de enormes
beneficios a toda una generación. Salomón escribió un bello proverbio que nos
dice: “De más estima es el buen
nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata
y el oro.”
El orgullo, las ansias de poder, la soberbia, la
búsqueda de la satisfacción sexual y los deseos serán esos parásitos que
tratarán de roer el escudo de integridad en nuestro carácter, por lo que se
debe establecer unos hábitos saludables que permitan ser el anticuerpo
necesario para destruirlo y volver a sanar las áreas que han dañado. La mejor
forma de hacerlo, puede ser la siguiente:
1) Ser completamente
transparente con Dios, la esposa y los hijos:
La tentación de esconder los malos deseos, el pecado
es parte de la naturaleza humana, no obstante es necesario tomar las acciones
necesarias para poder hablar con Dios sobre nuestras debilidades, sobre nuestro
comportamiento, sobre nuestras dudas sobre los valores que rigen nuestra vida.
No temas sobre la culpa, cuando el Espíritu Santo redarguye tu ser, la culpa es
eliminada por el perdón, pero cuando hemos fallado, el diablo se encarga que
esa culpa se convierta en vergüenza y luego en orgullo.
Si hay algo que percibes, cuenta con tu familia,
también, ellos podrán ayudarte a salir de ese mal hábito, ellos no te juzgarán
y es muy probable que pongan todo el empeño para ayudarte a tener victoria ante
las tentaciones y el pecado. Es probable que sean cosas tan vergonzosas como la
infidelidad, pornografía, mal vocabulario o alcoholismo, pero tendrás que
hacerles frente y la mejor compañía para luchar contra ellas es la del Santo
Espíritu de Dios y la familia.
“Nadie parece darse cuenta de los errores que
comete. ¡Perdóname, Dios mío, los pecados que cometo sin darme cuenta!” Salmos
19:12 TLA
2) Debemos hacer un
inventario moral de nuestros hábitos, nuestras conductas y nuestro
comportamiento:
Para ser íntegros debemos saber quiénes somos, cuáles
son nuestras fortalezas, debilidades y amenazas, cuáles son nuestras fallas de
carácter, en qué momento de nuestra vida o día somos más débiles, qué es lo que
nos produce placer, qué es aquello que sabemos que se convierte en una
tentación que es el último paso para el pecado. Todo esto debe ser expuesto y
reflejado, para tomar decisiones sobre cada una de ellas, para saber
enfrentarlas y luchar cada día que se nos interpongan en el camino hacia la
integridad.
Será una batalla dura. Habrá grandes victorias pero
también derrotas absurdas que nos harán pensar que una vida de integridad es
imposible de alcanzar, pero debemos seguir adelante, batallando cada centímetro
de avance, cada nuevo buen hábito logrado será nuestro bastión para jamás
retroceder.
Toma un papel y un lápiz, busca ayuda de alguien que
te apoye incondicionalmente y establece las acciones que minimicen y eliminen
aquellos problemas de carácter que nos obstaculicen lograr alcanzar una vida
plena en la vida de integridad que deseamos alcanzar.
“Examíname, ¡ponme a
prueba!, ¡pon a prueba mis
pensamientos y mis sentimientos más profundos! Yo tengo presente tu amor y te he sido
fiel;” Salmos 26:1-2 DHH
...continuará... 5 pasos más para vivir en integridad
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