Pasos Para Tener Un Año Victorioso: Caminar Con Humildad (No. 4) ¡Nuevo!


"Para ti, la mejor ofrenda es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente.” Salmos 51:17

Me llevó tiempo escribir este artículo. No es fácil escribir sobre la humildad. Encontré miles de publicaciones (más de 17 millones en el buscador de Google). Leí decenas de anécdotas para iniciar, pero ninguna llegó a cubrir las expectativas que deseaba. Encontré muchos conceptos, tales como una actitud de reconocer nuestras debilidades y limitaciones. Postrarse en tierra. Inclinarse ante una autoridad. Encontré hermosos versículos de la Biblia que hablan sobre cómo Dios disfruta de la compañía del humilde de corazón. ¿Qué escribir, cuándo hay miles de publicaciones que hablan sobre la humildad, la desarrollan y la explican con maestría y hermoso dominio del tema?

Continúa siendo una tarea difícil, porque la humildad está ligado invariablemente a saber quiénes somos, porque a través del autoconocimiento nos podemos dar cuenta de quienes somos, cuáles son nuestra debilidades y nuestras oportunidades de mejora. Sobre todo en nuestra relación con Dios. Dios tiene una especial relación con los humildes y existe muchas razones, pero una de las más impactantes es que no hay doble discurso, ni intenciones ocultas, ni deseos de querer sorprender a Dios por nuestras acciones. Simplemente hay un deseo ardiente de transparencia y de presentarse ante Él como siempre. Jesús dijo: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.” Sn. Marcos 9:35 NVI.

Así que, para este nuevo año uno de los primeros pasos es cambiar nuestro pensamiento y trabajar en la humildad. La humildad nos recuerda que no somos dueños de nada, simplemente estamos para administrar lo que tenemos, sea poco o sea mucho y que al final lo más importante no es lo que acumulamos, sino aquello que tiene un valor eterno, tal como Jesucristo estableció en el estimadísimo Sermón del Monte: Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.” Sn. Mateo 5:21-22 TLA

La humildad tiene recompensas, Max Lucado, en el artículo titulado “Una Lección de Humildad” describe los estímulos que Dios le da a los humildes:
- Él les da honor: “Si quieres ser honrado, debe ser humilde” (Proverbios 15:33).
- Él les da sabiduría: “Es bueno ser humilde”. (Proverbios 11:2).
- Él les da sentido: «El muestra a los que son humildes como hacer lo correcto” (Salmo 25:9).
- Él les da gracia: “Él da gracia a los humildes” (1 Pedro 5:5).

También podemos agregar que:
-   Él acompaña y convive con los humildes: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” Isaías 57:15
-   Él los escucha: “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,” Salmos 10:17 RVR1960
-   Les otorga un lugar privilegiado: “Jehová exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra.” Salmos 147:6 RVR1960

Son múltiples las recompensas, pero a la vez es un trabajo duro que inicia con el moldeamiento de nuestro pensamiento hasta llegar a trastocar nuestras acciones. Así que si deseamos iniciar a caminar en humildad debemos de trabajar en las siguientes áreas de nuestra vida.

1)    Acepte sus errores y enmiéndelos en todos los sentidos, que haya paz en su corazón luego de pedir o aceptar el perdón.
2)    Tome tiempo para responder en una conversación. Respire profundo y trate de entender a las personas con las que hablas de tal forma que sienta confianza de que su idea ha sido comprendida.
3)    No tienes que saberlo todo (mucho menos de inventar respuesta) si debe decir no, hágalo y exprese su deseo de buscar la respuesta y facilitarla lo más pronto posible.
4)    Evite dar excusas ni justificaciones. Sea claro y luche por no fallar de nuevo.
5)    Evite mostrar dos personalidades. Que la gente lo conozca como es y nunca trate de esconder sus intenciones y sus acciones.
6)    Evite que en su corazón se instale la avaricia. Esto siempre tratará de sobrevaluar sus éxitos y sus pertenencias por encima de otros.
7)    Divórciese de la envidia. Si alguien logra reconocimientos, apláudale con sinceridad.
8)    Sea amable. La amabilidad capacita al corazón de una persona que ama el servicio.
9)    Que la modestia sea su encargado de marketing.
10) Quite sus ojos de sus necesidades y deseos, trate de enfocarse y ayudarle a otros en sus necesidades.
11) No esconda ningún defecto, pero tampoco se escude en que usted así es. Si es un error, corríjalo.
12) Si alguien lo invita, no esperes estar en primera fila. No te jactes de lo que has logrado sino tómalo como algo pasajero.
13) Agradezca siempre.
14) Nunca empequeñezca o ultraje a ninguna persona. Siempre observe su potencial.
15) Si debe ahorrarse algunas palabras, no lo dude. Alguien dijo que somos esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos.
16) Brinde un respeto mayor a aquellas personas que brindan servicios.
17) Recuerde que Dios lo creó a usted y no lo contrario.
18) Demuéstrese atento a la mejora continua.
19) Aprecie a los demás y tómese el tiempo de conocerlos. Nuca se haga prejuicios de las personas.
20) Déjese aconsejar.
21) Acepte la autoridad de otros, evitando la rebeldía contra el líder.
22) Ame a Dios por sobre todas las cosas. Entréguese en cuerpo, alma y espíritu en engrandecer su nombre. Recuerde el Salmos 115:1: “No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad.”

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