Oblígate a mejorar tu desempeño. La zona de
comodidad nos hace sentir que todo a nuestro alrededor gira en nuestro eje. El
centro del mundo. El tapón del océano. El foco del universo. No lo somos.
Aun y cuando insistamos en ello, somos parte de un mundo. En ese sentido, debemos mejorar y poner más esfuerzo para levantarnos de la mecedora llamada
rutina a la que hemos caído.
Entregar lo mejor de nosotros es un desafío que
destruye la filosofía del ego supremo, pero para ello es necesario de realizar
una evaluación personal y privada. Una donde nos preguntemos:
¿Además de tener todas las provisiones, mi
esposa(o) e hijos(as) sienten que el hogar son escuchados, amados y protegidos?
¿Cuándo fue la última vez que apague el televisor
para escuchar y hablar con mi amada esposa(o)?
¿Cuándo fue la última vez que me tomé un momento
para escuchar los problema de juventud de mi hijo adolescente?
¿Mi celular está lleno de mensajes de Whatsapp,
Facebook y Twitter de otros pero ninguno de mi familia?
¿Cuándo fue la última idea innovadora brindada en
mi trabajo?
¿Cuándo deje de soñar?
¿Cuándo dejamos de esforzarnos por alcanzar
nuestras metas?
¿Cuándo fue la última vez que no encontramos con
Dios para adorarle sin pedirle nada a cambio?
¿Cuándo fue que hicimos nuestro último acto de
bondad, sin esperar nada a cambio?
¿Cuándo empezamos a preocuparnos más en nosotros
que en nuestros amigos?
¿Desde cuándo me despierto de mal humor?
¿Cuál fue el motivo por el cual vendimos nuestros
principios y convicciones?
Todo esto debe ser evaluado. Nuestra relación
familiar. Con Dios. Con nuestros semejantes. Debemos revisarnos internamente y
rescatar lo mejor de nosotros. Dave Weinbaum dijo una
vez: “Si no puedes sobresalir con talento, triunfa con esfuerzo.” Esfuérzate
por ser mejor cada día. Puedes hacer algunas cosas:
1. Abraza a tu esposa y dile que la amas. Sorpréndela. Escríbele una
pequeña carta donde le derrames tu corazón y le expreses tu felicidad. Hazla
sonreír. Escucha sus locuras y exprésale tu admiración. Nunca es tarde para
dedicarle una canción. Tomen decisiones unidos. Cuéntale tus planes, tus miedos
y tus inspiraciones. En ella siempre podrás encontrar un brazo abierto y un
apoyo descomunal, cuando la tomas en cuenta.
2.
Acércate a tus muchachos.
Muestra tu corazón y fortaleza. Aprende a leer e interpretar su mirada. Sácalos
de su dormitorio y trabaja para que cuando te acerques, apaguen el televisor o
dejen a un lado sus redes sociales. Bésalos y admíralos. Enséñales a caminar en
integridad. Lucha por mostrarte como ejemplo. Qué vean en ti algo diferente y
que su modelo a seguir no sea el cantante del momento, sino tú. Esa será tu
gran victoria.
3.
Habla con Dios. Amale con
pasión. Cambia tu oración para que se enfoque en Él. Cambia tus rutinas. Cambia
tus pasos. Obedece, trata de pecar lo menos posible, no te conformes con un
momento y entrégate todo.
4.
Retoma tus sueños.
Búscalos en el desván del olvido, desempólvalos y renueva tu mente. Hugh Dillon
mencionó: “La vida es demasiado corta para pasarla en la negatividad. Por lo
que he hecho un esfuerzo consciente para no estar donde no quiero estar”
trabaja por ellos. Miguel de Cervantes dijo: “No se coge una trucha con
pantalones secos.” Nada caerá a tus pies. Ese libro no se escribirá solo. La
inspiración no vendrá siempre que la pidas. Esa medalla o ese puesto no vendrá
por revelación divina. Para ello deberás abrir una brecha que se denomina PAGAR
EL PRECIO. Ese precio es bajo en comparación del que pagas cuando dejas de
soñar.
5.
Regresa a tus orígenes.
Que la lealtad sea parte de tu vida. La integridad sea una norma de vida. La
bondad sea tu carta de presentación y la fidelidad siempre sea tu vestidura.
6. Evita conformarte con lo alcanzado. No hay nada mejor que manejar
un alto grado de ambición sana por la mejora. Esto te hará permanecer
hambriento y a la expectativa por alcanzar nuevos desafíos, sean cual sean y
sean las motivaciones correctas y que sean sueños nobles que contribuyan a ser
un mundo mejor para las nuevas generaciones. Steve Jobs dijo en su famoso
discurso en la Universidad de Stanford: “La
única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo
han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos
del corazón, sabrán cuando lo encuentren. Y al igual que cualquier relación
importante, mejora con el paso de los años. Así que sigan buscando hasta que lo
encuentren. No se detengan.”
Todo esto te hará
mejorar tu desempeño por la vida. Te hará labrar corazones alegres y dejar
principios fuertes. No hay nada mejor que hacer lo que Jesucristo mandó en su
sermón del Monte: “Si un soldado los obliga a llevar una carga
por un kilómetro, llévenla dos kilómetros. A quien les
pida algo, dénselo, y a quien les pida prestado, préstenle.” Este es el
principio de mejora del desempeño. Dar un poco más de lo que podemos y nos
llevará a despedirnos de la zona de la comodidad. Es probable que haya dolor,
dudas, sudor y lágrimas, pero la satisfacción será el aliciente de que cada día
seamos mejores, como dijo el rey Salomón: “La vida de los hombres buenos
brilla como la luz de la mañana: va siendo más y más brillante, hasta que
alcanza todo su esplendor.”
Versículo
de aplicación de este consejo:
“En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y
nunca falte ungüento sobre tu cabeza.” Eclesiastés 9:8
0 Comentarios
Manda tus comentarios del blog, puedes escribir tus testimonios, o historias que desees.