“Porque
¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y
calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” Sn. Lucas 14:28
Mientras escribo esta
publicación, faltan 12 días para que finalice el año. Muchos iniciamos cada año
escribiendo nuestras "metas" o "propósitos" que anhelamos
alcanzar. Desde grandes cambios hasta pequeños objetivos, pasando por hermosos
desafíos que nos llevan a aprovechar las nuevas oportunidades. Sin embargo, muchos
de ellos al final del año se quedan bajo ese estado, ya que ninguna o muy pocas
de esas decisiones se pudieron realizar.
¿A qué se debe esa situación?,
¿por qué no podemos avanzar? Es muy probable a que no planificamos. La
planificación es la piedra angular para la consecución de los objetivos. Pero
no una planificación muerte, sino llena de acción.
Tenemos 12 meses para cumplir
los objetivos propuestos para el año. Es por ello que para transformar los
propósitos en planes concretos debemos:
a)
No
establezcas metas al azar o metas típicas, tales como: leeré más libros
este año, oraré más, iré a la iglesia, me inscribiré a un curso de idiomas,
practicaré deportes. Ya que estas no son metas son deseos o sueños que se
desean lograr. No es malo hacer un listado de todos los anhelos, de hecho será
la primara etapa del proceso de resoluciones para el siguiente año. Anota todo.
Escoge y continúa el proceso.
Lo
que debemos hacer es establecer números, fechas y costo; se debe evaluar la
capacidad para lograrlas. Valora el tiempo libre que tienes, la capacidad
financiera y el valor que agreguen a tu vida.
b)
Ordena:
La
palabra clave para tener éxito entre la planificación y la ejecución de las
metas es priorizar. Escribe las metas a alcanzar, establece aquello que
prefieres o necesitas realizar, de tal forma, que no desperdiciarás o dividirás
tus esfuerzos en muchos anhelos, sino que tratarás de alcanzar uno a uno,
colocando todas tus fuerzas y empeño en obtenerlas.
Escoge
el formato a elegir. Empezar con pequeñas para finalizar con grandes o
viceversa. Lo importante es que este paso se logra con una cuota enorme de
esfuerzo y trabajo duro, sazonado con mucha perseverancia. Esto nos ayudará a mantenernos
motivados y con necesidades de seguir adelante.
c)
Enfoca:
Enfoca
qué áreas de tu vida necesitas renovar. Analiza tus avances y desarrolla planes
de acción para identificar tu crecimiento personal, colocando tiempos para
alcanzarla. Coloca esto en un lugar visible, programa tus actividades en tu
agenda personal y en tus dispositivos electrónicos. Que haya siempre algo que
te recuerde que debes hacerlo y que en tu mente este claro el objetivo a
alcanzar y que esto siempre este por escrito.
Planifica |
d)
Programa. Si te interesa mejorar tu vida
de oración, ¿cómo iniciarás?, ¿Cuándo iniciarás?, ¿Hay algún propósito en ello?
Si deseas iniciar a leer o aumentar tus lecturas ¿Qué temas te interesan?, ¿Qué
autor?, ¿Los compraré o los prestaré?. Ordena los temas, ponle fecha de
inicio-fin y al final mide los resultados: compara si este libro edificó tu
vida o nada más te generó una distracción. Mide si tu oración sigue
prevaleciendo la necesidad o aumentó la cantidad de adoración. Luego de medir,
actúa, para mejorar. Jesús de Nazaret dijo: “Porque
¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y
calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?”
Recuerde que hay muchas cosas
que hacer. No espere el inicio del año. Aunque esta época seamos bombardeados
por las compras, decoraciones y otras situaciones, tome su tiempo a meditar, analizar
y planificar su próximo año. Podría ser el tiempo para eliminar malos hábitos,
ser más educado, ahorrar. Considera que la única persona que puede cambiar tu
ahora, es la persona que te ve en el espejo.
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