10 Hábitos Saludables para Iniciar y Terminar el día con una Sonrisa.

1.     Ponga su día en las manos de Dios
 No hay nada mejor que tomarse un tiempo para agradecer a Dios la oportunidad de tener 24 horas más para vivir, amar y luchar. Para solicitarle su compañía y así emprender con sabiduría y determinación las actividades del día. Para poner en sus manos nuestros planes, proyectos y metas para que lleguen a feliz término. Tener su guía y conversar con Él nos permitirá entender si las opciones tomadas son las correctas.

“SEÑOR, tú escuchas mi voz cada mañana en oración; cuidadosamente te presentaré mi caso y esperaré atentamente tu respuesta.” Salmos 5:3 PDT

2.     Agradezca siempre.
No hay nada mejor que entender que no somos autosuficientes. Necesitamos de los demás, aunque parezcan pequeñas cosas e insignificantes. Cada día tómese un tiempo para agradecer cada acto de bondad que le regalen, sea hecho por un desconocido o por un integrante de la familia. Puede ser un saludo, una sonrisa, un permiso para cruzar la calle, un asiento en el autobús, en fin.

La gratitud nos hace recordar que no somos merecedores de todo o que las personas no están a nuestro servicio, sino que nos ayuda a reconocer el esfuerzo por ayudarnos.  Recordando que el rostro de la humildad es la gratitud.

“Haz que la gratitud sea tu sacrificio a Dios y cumple los votos que le has hecho al Altísimo.” Salmos 50:14 NTV

3.     Regale muestras de cariño en todo momento.
Con el amor no se puede ser tacaño, porque entre más se regala, más crece en nosotros. No dude en abrazar a su esposa(o), hijos o personas que están a su alrededor, decirles cuánto los aprecia y demostrarles que son importantes para usted. No dude en robar un beso, saludar con efusividad, mandar esa carta, hacer una llamada para recordar el cariño que se tiene. No se le olvide que hay miles de formas para regalarle un recordatorio de amor a todo el mundo. Esto ayudará a fortalecer su corazón y el de los demás, vigoriza la estima y nos evita envejecer pronto. Sin duda el amor como dijo el Apóstol Pablo: “nunca deja de ser.”

Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás.” 1ª Corintios 13:3 TLA

4.     Planifique sus actividades para enfocar los objetivos.
Sin objetivos no sabemos qué queremos, ni en cuánto tiempo lo haremos, ni que recursos necesitaremos. Empezar un día sin enumerar actividades a realizar está condenado a vivirse sin saber que lograr y no conseguir más que un cansancio sin propósito. Es recomendable tener una agenda o un cuaderno para anotar sus actividades e ir revisando su cumplimiento. Si hay actividades por hacer que nos son beneficiosas se dejan al final, de tal forma que las prioridades se ejecuten primero y nos hagan estar más cerca de lograr nuestras metas. No hay nada más satisfactorio que terminar un día de trabajo percatándonos  que nos encontramos un paso más cerca de conseguir nuestros sueños y aspiraciones.

“Sin embargo, no comiences sin calcular el costo. Pues, ¿quién comenzaría a construir un edificio sin primero calcular el costo para ver si hay suficiente dinero para terminarlo?” Sn. Lucas 14:28 NTV

5.     Evite procrastinar.
Una frase muy famosa que nos ayuda a precisar este punto: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.” Es decir procrastinar significa aplazar algo importante por algo innecesario o agradable. Evitemos esto a través de inculcar la disciplina de la mejora total. Tomar el tiempo necesario para descansar, para trabajar y para nuestros asuntos personales, nos permitirá formar un hábito saludable de hacer cada cosa en su tiempo, evitando dejar a un lado lo importante por lo superficial.

Evitar esto nos permitirá tener sueños diferidos, metas a medias y situaciones que nos lleven a la frustración, estrés y desánimo, manteniendo nuestro día con motivación y llevándonos a nuevas alturas.

Jovencito perezoso,
¿Cuánto más seguirás durmiendo?,
¿Cuándo vas a despertar?
Te duermes un poco,
te tomas la siesta,
tomas un descansito
y te cruzas de brazos...
¡Así acabarás en la más terrible pobreza!” Proverbios 6:9-11

6.     Entregue el 100% en cada cosa que haga (y si puede dé la milla extra)
Una buena actitud diaria nos hará sentirnos fuertes y motivados. El esfuerzo nos permitirá evitar la vergüenza que la pereza deja en nuestro caminar por la vida.  Sea cual sea el área de nuestra vida en la que trabajemos, debe existir una premisa: Hacer las cosas lo mejor posible. Sea barrer una calle, dirigir un país o una empresa, atender a un niño, cuidar a nuestros hijos, estar casado, pasar papeles, sacar copias, hacer cumplir la justicia. Todo ello es importante para alguien y no podemos hacerlo a medias, porque al final de nuestros días seremos juzgados por nosotros mismos por las cosas que no hicimos o no se hicieron bien. Salomón dijo: Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, que es donde irás a parar, no se hace nada ni se piensa nada, ni hay conocimientos ni sabiduría.” (Eclesiastés 9:10 DHH)

Jimmy Johnson, entrenador de un equipo de fútbol americano dijo: La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es ese pequeño extra.” Si entregas un 100%, no dudes. Prepárate. Entrena. Vive intensamente. Desafía a los expertos que dicen que nunca se ha hecho o que no se podrá y entrega esa milla extra por desafiar la lógica. Esto te hará vivir agradecido y feliz y no cabe duda que estampara una sonrisa en nuestros labios.

El trabajo trae ganancias, ¡pero el solo hablar lleva a la pobreza!” Proverbios 14:23 NTV

7.     Ayude a otros.
Tenemos 24 horas de vida cada día. Nos cruzamos con cientos o hasta miles de personas en el día. Tenemos contacto a diario por lo menos con 10 personas. Es imposible no ser bondadoso. Es imposible regalar  cinco minutos a alguien para conversar sobre sus problemas. Darle apoyo en sus problemas. No podemos ser indiferentes antes las necesidades de los demás. Un acto de ayuda es un acto de que creemos en Dios. Como dijo Marie Curie: “La mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones.” No dudes en ser misericordioso, bondadoso, solidario con otros. Deja tu huella de bondad en el corazón de alguien más y créeme jamás lo olvidará.

Entonces pasó un samaritano despreciado y, cuando vio al hombre, sintió compasión por él. Se le acercó y le alivió las heridas con vino y aceite de oliva, y se las vendó. Luego subió al hombre en su propio burro y lo llevó hasta un alojamiento, donde cuidó de él.  Al día siguiente, le dio dos monedas de plata al encargado de la posada y le dijo: “Cuida de este hombre. Si los gastos superan esta cantidad, te pagaré la diferencia la próxima vez que pase por aquí”.” Lucas 10:33-35 NTV

8.     Tome un tiempo para conversar con sus cercanos.
Hay algo que el ser humano ha perdido en los últimos años y es el deleitarse en estar con otras personas. Nos comunicamos con otros. Nos divertimos con otros. Pero es a la distancia. Nos gustan las fotos de otros. Compartimos sus pensamientos, pero desde nuestra soledad. Estamos perdiendo las habilidades para relacionarnos con otros. Tómese su tiempo para hablar personalmente con otros. Entiéndase. Enójese pero no se amargue. Discuta pero no se pelee. Ría a carcajadas. Disfrute la compañía sin distractores. No hay mejor día que aquel donde nos juntamos y recordamos, soñamos y vivimos con otros. No pierda sus contactos. Viva más real y menos virtual.

Quien no cuida de sus parientes, y especialmente de su familia, no se porta como un cristiano; es más, tal persona es peor que quien nunca ha creído en Dios.” 1ª. Timoteo 5:8 TLA.

9.     Tome un tiempo para crecer espiritual y mentalmente.
No descuides tu espíritu y tu mente. Tu cuerpo te pide satisfacer placeres que pueden acabar contigo. El espíritu te llevará a encontrarte con Dios. No dejes de leer las Escrituras, en ella encontrarás cientos de aprendizajes sobre cómo actuar en cada momento de la vida. Necesitas dejar cosas atrás, aprende de Abraham. Sobre malas relaciones familiares, lee la vida de Jacob. ¿Aprender a perdonar? José es un buen ejemplo. ¿Salir a conquistar? Josué te dará maravillosos consejos. ¿Vivir con practicidad? Salomón se tomó el tiempo de escribir proverbios edificantes. ¿Encontrar salvación? Jesús a través de las biografías de su vida nos proveyó en forma práctica de los pasos para ser salvos del pecado y sus consecuencias. No tengas miedo de abrir el Libro, estimula vida, provee transformación y nos llena de fe.

También lee libros que te edifiquen. Estudia la historia de tu país, examina los escritos de personas que se superaron, entre otros. Es necesario tener un criterio propio en temas que impactan la vida propia y de los demás. Esto ayudará a mejorar en tu puesto de trabajo y cada día serás mejor. No hay nada más satisfactorio que tener un nuevo aprendizaje en el día, finalizar la lectura de un libro.

“Hasta que yo llegue, dedícate a leer las Escrituras a la iglesia, y a animar y a enseñarles a los creyentes… Presta suma atención a estos asuntos. Entrégate de lleno a tus tareas, para que todos vean cuánto has progresado.” 1ª Timoteo 4:13,15


10.  Revise lo alcanzado y reponga sus energías correctamente.
Estas dos actividades se hacen al final del día. En el caso de la primera es tomarse un tiempo para realizar un seguimiento a las metas, verificando errores, tomando decisiones para remover lo complicado, ordenar prioridades y establecer seguimientos que promuevan cada día acercar nuestra vida al cumplimiento de su propósito. Este proceso de revisión diario nos ayudará:
a)            Caer en la vida en piloto automático.
b)            Diferenciar las metas de las ilusiones.
c)             Programar planes de acción y contingencia.
d)            Identificar desviaciones o imprevistos.
e)            Retomar el camino

Para finalizar un buen hábito es descansar. Admiramos a hombres que duermen poco y hacen mucho, pero no hay peor cosa para nuestra vida que evitar el descanso por la preocupación, la avaricia y el afán por logros. El mundo se girando aún y cuando descansemos o no. Todo sigue su curso. Esas energías que no se recuperan pueden llevarnos al colapso y a pasar mucho tiempo en tratamientos médicos. Dios nos dio una lección con la creación. 6 días de trabajo y uno donde reposo. Esa palabra no esconde  nada. Reposó, descansó, lo apartó. Este recuerdo nos lo dejó, para que el hombre descanse y recuerde Su Hogar. Recuerde que lo más importante no es lo que haga aquí, sino estar preparado para su encuentro con el Creador. Descanse lo suficiente. Recuerde que la vida no es para siempre y que mientras mejor se encuentre el cuerpo, el alma y el espíritu, mejor estaremos para enfrentar la vida.


“Cuando me acuesto, me duermo enseguida, porque sólo tú, mi Dios, me das tranquilidad.” Salmos 4:8 TLA

Para finalizar, fuimos hechos con un propósito y de nuestros buenos hábitos dependerá que se alcancen y vivamos una vida con gozo y sin nada de qué avergonzarnos.

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