Ama. Ama a
Dios y entrega todo por Él.
Hay poco que decir en
esto y es poco no porque no haya nada que decir, sino porque es probable que se
haya dicho todo. Miles de historias,
personas que fueron incapaces de optar por amarse a si mismo más que a
Dios. Aquellos que sabían que tenían muchas debilidades, pero los sostenía su
debilidad por el Señor. No podían quedarse afuera. No podían evitar oír su voz
y quedarse pasivo. Eso es amor. Amor que arriesga. Amor desenfrenado. Amor que
espera. Amor que debilita. Amor que satisface. Ese es el amor que debemos
tenerle a Dios.
“Ama a tu Dios con todo lo que piensas y con todo
lo que eres.” Sn. Mateo 22:37.
Haz todo lo posible por presentarte ante Dios aprobado.
Este
punto es una cuestión de elección. Puedes elegir entre la mediocridad
espiritual o la santidad. No se desea hablar de la santidad que juzga, sino la
que edifica. La que libera, la que proyecta, la que tiene aquellos inconformes,
que no esperan una orden, actúan con prontitud, solo con entender lo que Dios
desea. Aquellos que se les puede señalar de atrevidos, arriesgados y de
soñadores, pero jamás de flojos e indolentes. Esos son aprobados. Por ello
debes decidir de qué lado estás. Al final entenderás el porqué y eso lo
escucharán tus oídos, podrá ser un siervo malo y negligente o un Bien buen
siervo y fiel. La elección es tuya. El momento será cuando lo enfrentes cara a
cara.
"Haz todo lo posible por presentarte delante
de Dios como un hombre de valor comprobado, como un trabajador que no tiene de
qué avergonzarse, que enseña debidamente el mensaje de la verdad" 2a
Timoteo 2:15 DHH
Nunca dejes de atreverte.
Los que se
atreven son los que cambian su historia familiar. Son los “Josías” que se
levantan cada cierto tiempo y escriben una historia diferente a la de sus
antecesores. Si hubo dolor, vergüenza y corrupción, trabajan firmemente por
posicionar la integridad, la verdad y el valor como las bases de sus actos.
Son aquellos
que dejan atónitos a todos los experimentados. Son aquellos “David” que con
olor a oveja y con bolsas de pan y queso, pero con un corazón de campeón pasan
el obstáculo de la burla, del señalamiento y de la falta de fe en ellos y se
convierte en alguien que vence sus gigantes.
Los atrevidos
son aquellos “Isaías” que en medio de un suspiro, de un anhelo, se toman el descaro
de responder: “heme aquí, envíame a mi” Esos que no fueron llamados pero que
están siempre en la primera línea pidiendo ayudar como sea y en lo que sea.
Los atrevidos son aquellos que se describen en Hebreos 11: “que
por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon
bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron
filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas,
pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Además: Fueron
apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron
de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres,
angustiados, maltratados; De ellos se dice esto: “Este mundo no era digno de
ellos. Vagaron por desiertos y montañas, se escondieron en cuevas y hoyos de la
tierra.” Solo los arriesgados se convierten en valientes y escriben
historias para poderle contar a sus descendientes.
“Y dijo
David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y
peleará contra este filisteo.” 1ª Samuel 17:32
Ayuda a los
necesitados:
No hablo de aquel que pide una moneda en la calle. Es
necesario ayudarles, pero voltea hacia tu entorno. Hablo de ese joven que permanece distante. Esa mujer
con mirada triste. Nuestros hijos encerrados en su cuarto esperando atención.
Nuestra esposa que necesita una mirada. Ese familiar que necesita un abrazo.
Esos son los más necesitados de nuestro afecto, atención y amor. Muestra tu compasión. Abre tu corazón.
Escucha. Ayuda a quien lo necesite, sácale
una sonrisa, una lágrima de alegría y nuevos vínculos que jamás se rompan.
“Cuando vio a las multitudes,
les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin
pastor.” Sn. Mateo 9:36
Ten miedo a la
indiferencia:
Involucrarse no es una opción, es necesario. Es
inevitable. No tomes distancia. No puedes hacerte a un lado sólo viendo que el
mal toma el control y apartarte.
Recuerda que algo mucho peor que el mal, es cuando los buenos no hacen
nada. Cuando se no pelea contra de la injusticia y se deja de tomar riesgos. Cuando
el corazón se cauteriza y volteamos nuestra mirada para no ver el dolor ajeno.
A eso debemos temerle, a perder la sensibilidad.
“Pues el corazón de este pueblo
está endurecido, y sus oídos no pueden oír, y han cerrado los ojos, así que sus
ojos no pueden ver, y sus oídos no pueden oír, y su corazón no puede entender,
y no pueden volver a mí para que yo los sane.” Sn. Mateo 13:15 NTV
Usen sus habilidades:
Muchas veces viene un toque de realidad a nuestras
vidas: No todos ganaremos una medalla de oro, un Óscar de la Academia o seremos
campeones en algún deporte. Muy pocos lo lograrán. Sin embargo, esto no debe
ser impedimento para usar nuestras habilidades de la mejor manera. Lo peor que
le puede pasar a una persona es dejar de usar el talento entregado. Hacer esto
equivale a dejarse morir. Cada día morimos si no utilizamos esa capacidad de
escuchar, resolver problemas, mediar conflictos, contar un buen chiste,
escribir una bonita historia.
No te quedes sin hacer nada. Tampoco esperes
reconocimientos. Sólo toma lo que se te dio y entrégalo a los demás, repártelo y
compártelo. Cada día serás mejor.
“Cada uno de ustedes ha
recibido de Dios alguna capacidad especial. Úsela bien en el servicio a los
demás.” 1ª Pedro 4:10
Conviértete en un
indomable:
Los indomables son un linaje diferente. Aquellos que
pelean por un mejor destino. Aquellos que no se dejan vencer por los obstáculos
y dificultades. Son apasionados. Son determinados. Son perseverantes. Son
aquellos que demuestran su corazón en todo lo que hacen. Aquellos que no dejan
de aprender. Aquellos que no dejan de soñar. Aquellos que no se pueden quedar
aprisionados en las 4 paredes del conformismo. Los que necesitan un campo libre
y están llenos de creatividad, esperanza y fe.
Necesitamos ser cada días más indomables, capaces de batallar
contra el sistema que nos pide vender nuestros principios y valores en pro de
la tolerancia. Capaces de perderlo todo y aun así seguir apostándolo todo por
lo correcto. Capaces de continuar con pasión pasando el testigo a otros. Que saludan
de lejos lo prometido con una sonrisa. Indomables. Hambrientos. Insatisfechos. Eso
necesito ser. Esos necesitamos ser. Tomados por locos. Tachados como tontos.
Convencidos de hacer lo mejor.
“« ¡No
permita el Señor
que la beba! —exclamó—. Esta agua es tan preciosa como la sangre de estos
hombres
que arriesgaron la vida para traérmela». De manera que David no la tomó.
Estos son ejemplos de las hazañas de los Tres.” 1ª Samuel 23:17 NTV
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