Susurro del Cielo: Dios el Gran Restaurador.

Dios el Gran Restaurador

 “Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son tontos y no tienen importancia, Dios los eligió, para que los que se creen sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. Así, Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada.” 1ª Corintios 1:27-28 TLA 


Dios convierte lo ordinario en extraordinario.
Lo olvidado en legendario. 
Lo destruido lo renueva. 
Lo deteriorado lo transforma. 
Da vida donde se proclama muerte. 
Él hace a los invisibles, los hace valientes. 
Saca lo mejor de su pueblo en los momentos de crisis. 
Capacita y se toma el tiempo necesario en perfeccionar nuestro llamado. 
Pueden ser 3 años y seis meses como los 12 apóstoles. 13 años en la cárcel como José. 40 años en el desierto como Moisés. 40 años peleando como Josué. 25 años de espera como Abraham. En fin. El tiempo es lo que menos le preocupa a Dios. 

Ver a Pedro que era un pescador y lo convirtió en un gran predicador, liderando el mensaje de las buenas nuevas. Un terco y amante de los rituales como Saulo, lo convirtió en el más prolífero escritor de su Palabra. A un pastor de ovejas llamado David, olvidado por su familia lo convirtió en uno de los más grandes reyes que ha tenido Israel. Moldeó sus habilidades, su carácter y su compromiso hasta llamarlo: Hombre conforme a mi corazón. 

A un muchacho débil, en medio de un pueblo temeroso, que encontró segando el poco trigo a su padre, lo convirtió en un valiente llamado Gedeón, que logró vence a un ejército 450 veces más grande que el suyo. A un asesino y con problemas para comunicarse fluidamente, lo convirtió en el libertador de Israel y uno de los pocos (realmente, pocos) seres humanos que han tenido la oportunidad de hablar con el Eterno. 

A un mentiroso y estafador llamado Jacob, le dio la oportunidad de ser el padre de la nación escogida. Ese mismo que engañó a su padre, tuvo las agallas de Luchar con Dios y recibir su bendición. 

Hombres comunes. Hombres Olvidados. Algunos demasiados jóvenes. Otros demasiados viejos. Criminales. Iletrados. Relegados por todos, pero amados por Dios. 
¿Alguno de ellos tenía la capacidad? 
¿Tenían poder, autoridad o riquezas? 
¿Eran valientes? 
¿Tenían fama? 
¿Venían de familias honorables? 

Al ver su carácter, siempre se dejaban llevar por sus instintos y sus emociones. Al ver su integridad, la lista es corta. Sólo José, Josías, Samuel y Daniel aprueban. Los demás, serían juzgados por cada uno de sus actos. Algunos, hasta dignos de la muerte. Su genealogía parecía una lista saca de una prisión o algo parecido. Ninguno de ellos cumplía con los requisitos, pero eso es lo bueno de Dios. Mientras el mundo tiene a grandes exponentes de Liderazgo como Jack Welch, renombrados por sus éxitos en sus empresas. A grandes inventores o más bien dicho innovadores como Steve Jobs. A grandes atletas como Michael Jordan, Roger Federer o Lionel Messi. Con altos estándares. Con grandes condecoraciones. Con excelsos legados, Dios tiene a personas como tú. Como yo. Comparándonos con ellos, no somos nada, pero eso es lo bueno de Dios. Él no compara. No elige por capacidades. No hay que cumplir requisitos, solo tener DISPOSICIÓN. 

Tener el ímpetu suficiente de dejar la comodidad y arriesgar todas las fichas por Él. Porque cuando Él quiere que le sirvas, jamás sales de su mente. Puedes esconderte (como Jonás) pero siempre te encontrará. Puedes poner las mejores excusas (como Moisés) pero te convencerá sin sobresaltos. Puedes irte de sus caminos (como Sansón), pero él siempre terminará lo que preparó para tu vida. No hay forma de decirle No. No hay argumentos. No hay. Así que cuando tengas un LLAMADO no dudes. Ese es tu destino. Ese es tu propósito. Ese es tu legado. Porque no se trata de cuán famoso llegues a ser, sino cuánto lo hagas estar orgulloso a Él. El Señor es el que hace las cosas, no nosotros.

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