La ansiedad es el miedo de lo que puede pasar en el futuro. Te paraliza. Te acecha. Te agobia. Te quita el gozo de lo que vives hoy. No te deja avanzar, no te deja disfrutar la fidelidad de Dios, el amor de tu familia y la esperanza de hoy, pero recuerda que la fe es el coraje de para enfrentar al mañana. Es la convicción de que un obstáculo estará enfrente pero Dios va a tu lado para sobrepasarlo, es decir, es la fe es el instrumento vital para vencer la ansiedad.
“La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, Pero la buena palabra lo alegra.” Proverbios 12:25 NBLH
Dios es misericordioso con quien lo busca, pero implacable e intolerante con aquel que le da la espalda, con aquel que perdió la sensibilidad espiritual.
“Dios es un juez justo que condena la maldad en todo tiempo.” Salmos 7:11 DHH
La pasión nos llena de determinación para enfrentar lo que viene, paciencia para esperar con sabiduría y genera el entusiasmo suficiente para dar un paso a la vez convencido que lo mejor está por venir.
“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.”—Gálatas 6:9
Hay una enorme diferencia entre la vanidad y la estima saludable. Mientras la vanidad oprime al corazón hasta llenarlo de soberbia, la autoestima nos hace entender que no somos perfectos (estamos en constante aprendizaje), que siempre habrá alguien mejor (y no por ello no sirvo para nada) y que nuestro valor no viene dado por lo que pueda tener, sino por quién de verdad soy.
“Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario;” Proverbios 30:8
Un corazón amargado deja cicatrices profundas en los demás. Un corazón lleno de amor deja hermosas huellas que jamás se olvidan.
“Cuando Esaú se enteró de todo lo que su padre le había dicho a Jacob, y de que éste se había ido a Padán-aram, comprendió que las mujeres de Canaán no eran del agrado de su padre. Por eso, además de las mujeres que ya tenía, se casó
con una de las hijas de Ismael hijo de Abraham, la cual se llamaba Mahalat, hermana de Nebaiot.” Génesis 28:6-9 TLA
La adversidad es el mejor lugar para probar la calidad de tu oración.
“Le pedí a Dios que me ayudara, y su respuesta fue positiva: ¡me libró del miedo que tenía!” Salmos 34:4 TLA
Solo hay dos cosas que cierran las puertas de la misericordia de Dios: Un corazón indiferente y una conciencia endurecida y una mente insensible a Su amor.
“Cuando levanten las manos para orar, no miraré;
aunque hagan muchas oraciones, no escucharé,
porque tienen las manos cubiertas con la sangre de víctimas inocentes.
¡Lávense y queden limpios!
Quiten sus pecados de mi vista.
Abandonen sus caminos malvados.
Aprendan a hacer el bien.
Busquen la justicia y ayuden a los oprimidos.
Defiendan la causa de los huérfanos y luchen por los derechos de las viudas.
Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto
—dice el SEÑOR—.
Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve.
Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana.
Si tan solo me obedecen, tendrán comida en abundancia.
Pero si se apartan y se niegan a escuchar, la espada de sus enemigos los devorará.
¡Yo, el SEÑOR, he hablado!».” Isaías 1:15-20 NTV
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