“Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. El que con lágrimas anda, llevando la semilla de la siembra, en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus gavillas.” Salmos 126:5-6 LBLA
Hay un oficio que se nos ha sido entregado a todos los seres humanos. Algunos de los que leen son doctores, albañiles, agricultores, ordenanzas, oficinistas, en fin. Sin embargo todos somos sembradores.
La vida es así. Se nos dan semillas que nos permiten avanzar y continuar por sitios inhóspitos, caminos complicados y situaciones que parecen imposibles de sobrepasar.
La vida nos hará enfrentar la soledad, ese poderoso acompañante que nos nubla la visión porque podemos encontrarnos acompañados de muchas personas, pero hay un sentimiento de aislamiento.
El miedo que tratará de paralizarnos y conducirnos al inicio y a la incertidumbre. Cada día nos toca sembrar y estas son las semillas que Dios nos brinda para tener una cosecha.
Semilla No. 1
“Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.” 2ª Corintios 5:7 NTV
Tienes tu fe. Una fe genuina. Una fe que ha sido depositada en tu corazón y alma para que confies en Aquel que te formó, que te dio una nueva vida y estará contigo siempre. Una fe capaz de convertir lo imposible en posible y que te hará entender que los logros no depende solo de tu capacidad, sino de la Soberanía de Aquel que hace toda las cosas posibles.
Esa fe que te hace mirar al cielo y encontrarte con Dios. El gran YO SOY. Aquel que te provee, sana, libera, ama, cuida, salva, protector, castillo, entre otras miles de formas de entregarte su amor y que te recuerda que no pierdas la visión de Quién es Él para ti y eso te mantendrá firme hasta el final. Esa semilla te dará la capacidad de continuar con perseverancia, determinación y paciencia hasta que todo finalice.
Semilla No. 2
“El que trabaja su tierra tiene abundancia de pan; el imprudente se ocupa en cosas sin provecho.” Proverbios 12:11 DHH
Tienes el tiempo. Ese inmutable y continuo juez que no permite cambiar lo que pasó, ni adelantarse a lo que viene. Serás el administrador de ello. Serás capaz de decidir qué hacer y que dejar de hacer. Podrás ocuparlo para lo correcto o solo lo tirarás dejando pasar los mejores momentos. Es tu decisión. Lo importante con él es que no lo pierdas. Ama. Cáete y levántate. Llora pero no te deprimas. No pases por la vida pensando que nunca alcanzarás nada.
Si te llenas de ansiedad, el tiempo será tu verdugo. Si te llenas de disciplina, puntualidad (Dícese de estar plenamente enfocado) y resolución, el tiempo será un compañero fiel que te permitirá cambiar tu destino y ser cada día mejor.
Lo importante es lo que dijo el Predicador: "Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde no dejes de trabajar porque no sabes si la ganancia vendrá de una actividad o de la otra, o quizás de ambas." Eclesiastés 11:6 NTV.
Semilla No. 3
“Sé fuerte y valiente, porque tú serás quien guíe a este pueblo para que tome posesión de toda la tierra que juré a sus antepasados que les daría.” Josué 1:6 NTV
Tienes el coraje y el valor suficiente para afrontar todo lo que venga. Acude siempre a rellenar tu ánimo en esa buena actitud que Dios te ha regalado. Sé luz en medio del desánimo. No olvides que tienes que ser agradecido, noble y animado. No lo pierdas nunca. Recuerda que el coraje solo es el entusiasmo potenciado que te permite enfrentarte a lo que venga con los recursos que cuentas y con un propósito fiel.
Semilla No. 4
“Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable.” Eclesiastés 10:1 RVR1960
La integridad. Para esta semilla hay una muy bonita historia:
Un día el rey de una comarca llamó a jóvenes a una audiencia privada con él, para darles un importante mensaje.
Ellos asistieron y el rey les dijo: "Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino".
Así se hizo, cada joven sembró su semilla con la esperanza de lograr alcanzar la promesa del Rey. Todos hablaban de sus bellas y exóticas plantas. Excepto uno. A él nunca le logró germinar la semilla. Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas. El joven estaba demasiado triste pues su semilla nunca germinó, ni siquiera quería ir al palacio, pero su madre insistía en que debía ir pues era un participante y debía estar ahí.
Con la cabeza baja, y muy avergonzado, desfiló hacia el palacio, con su maceta vacía. Todos los jóvenes mostraban sus plantas, y al ver a nuestro amigo soltaron en risa y burla. En ese momento el alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey, todos hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas.
Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó al joven que llevó su maceta vacía. Atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción.
El rey dijo entonces: "Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas; pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente, cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece".
No importa lo que venga o la recompensa. Si eres íntegro tendrás la capacidad de dar la cara y cumplir con lo trazado sin necesidad de mentir, de socavar la confianza de los demás y construirás una reputación de alguien respetable y honorable.
Semilla No. 5
“Mejor es ser paciente que poderoso; más vale tener control propio que conquistar una ciudad.” Proverbios 16:32 NTV
La paciencia. Esta semilla es la más complicada porque anhelamos la satisfacción instantánea. Amamos el éxito fácil, el triunfo rápido y la fama viral. Se nos ha enseñado que mientras más vertiginoso sea nuestro ascenso es mejor; pero eso es falso. Según cuentan el bambú durante sus siete primeros años (si, siete años) crece hacia abajo, haciendo expandir sus raíces hasta lo más profundo. ¿Por qué? Porque es sabía y se está preparando. Se está preparando para después ser capaz de alcanzar el mayor de los éxitos y ser la planta con el crecimiento más rápido que existe en todo el reino vegetal. Otro ejemplo, Moisés pasó 40 años en el desierto para luego pasar 40 años llevando al pueblo judío hacia su destino. David pasó 13 años huyendo de sus enemigos y siendo fiel para llegar al trono. Los éxitos efímeros finalizan así como comienzan. Solo aquellos que esperan con firmeza logran germinar y logra cosechar un legado que dura permanentemente.
Siembra y no dejes de sembrar. Utiliza todo lo mejor para que las semillas germinen y procuren una cosecha que deje sorprendido a todo el mundo.
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