“Tengo bien presentes todos mis problemas y me siento demasiado triste.
Pero nunca olvidaré algo que siempre me dará esperanza.
El fiel amor del SEÑOR nunca termina; su compasión no tiene fin”
Lamentaciones 3:20-22 PDT
Hay batallas silenciosas.
Te enfrentarás al temor, te agotarás, probará tu valentía, determinación y arrojo para ver a los gigantes y tomar valor para enfrentarlos y que tu mano se quedé pegada a la espada.
Te enfrentarás al rechazo. Serás probado con humillaciones, dolor y señalamientos. Si vences tu estima será más fuerte que el acero.
Te enfrentarás a la duda. Tu fe está siendo probada en el fuego para purificarla hasta que sea pura como el oro.
Lucharás contra la autosatisfacción. Tus deseos egoístas tratarán de prevalecer y convencerte que te mereces un poco de placer sin compromisos, una salida sin límites que probablemente te llenará de placer inmediato pero con consecuencias funestas a largo plazo. Tu carácter está siendo moldeado para no dejarte envolver por el marketing de la tentación.
Hay batallas dolorosas.
Te dejan hundido, triste y sin ganas de seguir.
No hay nada de malo en sentirte desfallecido, cansado y sin saber que hacer. Eres un ser que siente, que se emociona, que duda.
Muchas batallas Dios se mostrará cercano y te levantará. Muchas veces será un silencioso espectador, que dejará que te suceda todo, porque desea moldearte, fortalecer tu carácter y llenar tu fe.
En ocasiones, sin hacer nada obtendrás victorias. En otras miles, tendrás una derrota, pero eso no significa que hayas fracasado.
Esas batallas nadie se enterará.
No temas.
Esas batallas forjan a los valientes.
Esas batallas en la intimidad, te llevarán a cambiar tu destino.
Los hijos de Dios, no somos personas que no pierden. Somos personas que viven las derrotas como una lección.
Dios está observando tus batallas. Él está pendiente de ti. Él te consolará en los fracasos y te acompañará en el valle de sombre de muerte.
Sin lugar a dudas, cada día seremos como Él.
Sufre sin angustia. Él prometió que estará con nosotros y Dios no puede mentir. No pierdas la fe, no pierdas tu energía. necesitas levantarte otra vez y pelear. Pelea cada batalla como una nueva oportunidad de ganar.
#BatallasSilenciosas.
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